Outlander 5×09 Review: “Monsters and Heroes”

¡Buenas tardes, sassenachs! Volvemos una semana más cargadas de muffins para llorar con “Monsters and Heroes”. Outlander sigue haciéndonos sufrir como condenad@s en este episodio. ¿Confirmamos que los episodios 9 son los mejores? Confirmamos. Jamie se encuentra al límite y eso hace que los sentimientos estén a flor de piel. Ninguno de los personajes se guarda sus sentimientos. Porque cuando uno está al límite, cuando la línea entre la vida y la muerte es tan delgada los sentimientos se vuelven más reales y la necesidad de decirlos es imprescindible. ¡Vamos a vivir una nueva aventura en el Cerro! 

Al principio del episodio, los hijos predilectos de la familia Fraser tienen su pequeño momento de intimidad. Y Roger me sigue llevando esos pelos de oso amoroso que me desconcentran durante la escena por el asco que me dan. Pero vamos a ver Roger, que existe algo maravilloso llamado cera, úsala. Por favor y gracias. 

Toma nota Roger

A Jemmy le estaremos agradecidas infinitamente porque nos haya ahorrado ver aún más tiempo esa pelambrera que se gasta su padre. No así sus padres, que están fastidiados porque se han quedado sin su pinchito mañanero. Pero, ¿cómo se puede uno molestar con la adorabilidad en persona? Nadie, y menos ellos. Jemmy los tiene con las babas colgando y comiendo de su pequeña mano cuando dice su primera palabra “daddy. Es que nos lo comeríamos entero, sin patatas ni nada.  

Nuestra reacción

Además de esa palabra, para disgusto de su madre, ha aprendido otras cuantas que un niño a su edad no debe saber, cortesía de su padre y de su abuelo. Pero nos da igual, es tan mono que puede decir lo que quiera. 

Cuando parecía que Jemmy los iba a dejar tranquilos para su pinchito mañanero, le toca a Jamie interrumpir. Así que definitivamente no hay pinchito, los dos se medio visten corriendo como pueden y Roger no sabe dónde meterse. ¿Quién más podía ser? Pues su suegro, el que le lleva haciendo la vida más difícil y también algo más interesante desde que lo conoció. Parece que se ha puesto de acuerdo con su pequeño para fastidiarle la alegría de la mañana. 

Jamie solo quería invitar a Bree a cazar junto a Fergus, Ian, uno de los hermanos Beardsley y él. Se acuerda que Bree era muy buena cazando y que, de hecho, fue en una cacería cuando empezaron a conocerse realmente, como padre e hija. Quiere repetir la experiencia y compartir de nuevo esos momentos con ella. Sin embargo, Bree declina y apunta a Roger. Éste, sin comerlo ni beberlo, de echar o intentar un pinchito mañanero se encuentra en una cacería con su suegro. Y quiere matar a Bree un poquito porque eso es lo último que desea hacer. 

Pero Bree tiene su propio plan. Fue en una cacería donde su padre y ella hablaron de verdad. A ellos les funcionó. ¿Por qué no les funcionaría a Roger y Jamie? Los dos necesitan limar asperezas. Son familia, Bree los quiere a los dos y necesita que ambos puedan estar en una misma habitación sin lanzarse los trastos a la cabeza y sin miradas recelosas de por medio. Necesita que empiecen a sentirse y a actuar como familia. La cacería parece la oportunidad perfecta para ello. Por eso no duda en meter a Roger de por medio y hacerle una encerrona tanto a él como a su padre, para que no tengan más remedio que aceptar e ir juntos. 

Eso es exactamente lo que pasa. A ninguno le agrada la idea pero no quieren ni pueden decepcionar a Bree, así que aceptan a regañadientes. El plan de Bree sale a la perfección, los conoce muy bien. Como dicen, qué malo es conocerse…

Parándonos un momento aquí, tengo que decir que entiendo y me gusta la premisa que han utilizado para darle un empujón tanto a Jamie como a Roger de que estén juntos y, por fin, hablenPero estoy tan necesitada de escenas entre Jamie y Bree que me hubiese encantado que ella hubiese aceptado ir a esa caza junto a su padre. Así está la cosa.

Siguiendo con la escena, Jamie no podía dejar las cosas así. A pesar de que han intentado disimular, se ha dado cuenta de lo que estaban a punto de hacer su hija y su yerno. La peor pesadilla de un padre es tener conocimiento de que su niña está siendo tocada de esa forma. Corazón que no ve…Y, probablemente, la peor pesadilla de la niña sea que su su padre lo sepa y la de un yerno que lo pillen con las manos en la masa. Así que, toda esa conversación y situación es bastante incómoda para todos. Y Jamie no se ha podido resistir a hacer notar que lo sabe. Eso ha hecho que Roger se avergonzara e incomodara aún más. Puede que tenga que ir a una cacería con él…pero eso no significa que tenga que dejar de fastidiarlo, ni un poquito. 

Es digno de mención que Roger ya tenga su voz de siempre. Tal y como os comenté en la review anterior, su recuperación me parece demasiado apresurada. Deberían haber dejado a Roger con una voz rasgada, casi ahogada, durante un tiempo para que fuera creíble. 

Ya en la cacería, Jamie y Roger se separan de los demás y, cuando se preparaba para disparar, a Jamie le pica una serpiente venenosa en la pierna. Es un dolor repentino pero lacerante…él solo puede matar a la serpiente golpeándola una y otra vez, para igualar las cosas. Y lo confesamos: Jamie es todo el fandom matando a esa serpiente maldita. 

Fandom vs Serpiente

Pero su pierna no se cura con eso. Roger va a ver lo que ha sucedido y la herida está bastante mal. Debe cortar y chupar todo el veneno, para expulsarlo cuanto antes. Un detalle que llama la atención es que Jamie desinfecta el cuchillo antes de dárselo a Roger, ha aprendido muy bien de Claire y estos pequeños detalles me encantan porque significa que la escucha y la valora como nadie. Roger casi no se atreve a tocar a Jamie y hacerle daño. Sabe que le dolerá y causarle daño a otra persona no es algo que él quiera hacer…no sabe cómo comportarse para evitarle ese dolor o para que duela menos…pero no puede hacer nada. Jamie necesita su ayuda. Así que es él el que le insta a que lo haga rápido. Cuanto antes lo hagan antes terminará todo.

Roger por fin consigue hacerlo y la curación inmediata está hecha. Pero Jamie no está bien. Deben encontrar a los otros y llevarlo hasta Claire lo antes posible. Jamie intenta andar pero le resulta imposible…lo que significa que Roger debe ir a por los demás. Antes de irse, en un impulso, coge parte de la serpiente que ha matado Jamie. Tiene un presentimiento de que la necesitará y será útil. No sabe lo acertado que está. 

Un detalle importante que sucede en esta escena es que la voz de Roger empieza a fallar. Me gusta que hayan tenido el detalle de mostrar que la recuperación de Roger no es completa y su voz puede errar. Sin embargo, no tiene demasiado sentido – más allá de que cada vez que habla su garganta acusa el esfuerzo – que esté hablando normal y, de repente, su voz falle. Me sigue sin convencer la forma de mostrar la recuperación de Roger. 

A raíz de lo que ha sucedido, es de destacar el comentario de Lizzie mientras hacen las tareas en el Cerro. “Es un buen día para morir”. ¡Ala, y se queda tan pancha la tía! Porque esa es una reflexión que todo el mundo hace mientras está haciendo la colada. Claro que sí. Nada más que ha dicho eso he pensado: “ya está, una tragedia va a suceder y Jamie se nos muere o le cortan la boa”. Esta chica no puede ser más agorera.

Cada vez que habla sube el pan y lo gafa todo. Ya lo hizo cuando acusó a Roger y mirad la que se lió. Desde aquí, secundamos una moción para que se calle la bocaza que tiene. Que en boca cerrada no entran moscas, Lizzie. Pero ella sigue a su bola y le ha echado a los habitantes del Cerro una mardición gitana que ríete tú de lo que pasó en el episodio 7. 

¿Te enteras, Lizzie?

Cómo no podía ser de otra manera, tras las palabras de Lizzie – alias la bocachancla – todo se va cayendo hacia abajo como las fichas de dominó y empeora hasta tal punto que casi nos da una taquicardia. Qué de sufrir con esta familia, de verdad. Casi tanto como con los pelos de Roger. 

Pero antes de que las noticias sobre la serpiente lleguen al Cerro, hay una maravillosa conversación entre Claire y Bree que está sacada directamente del libro. Si ya en papel era magnífica, lo es aún más en pantalla. Adoro ver cómo ambas se apoyan y aprenden de las experiencias de la otra. En la conversación, Bree le pregunta a Claire cómo supo que quería ser doctora. Es algo que se nota que Bree lleva pensando un tiempo. ¿Qué hacer en ese siglo?

Por el momento, ellos están atrapados allí y ella no se quiere ir pero, a parte de disfrutar de sus padres, ¿qué puede hacer para rellenar los días? ¿Qué puede hacer para sentirse realizada? Claire parece tenerlo tan claro…desde que tiene uso de razón, su madre ha sido doctora y le gustaba su trabajo, se sentía bien. Incluso en ese siglo, las dos veces que viajó a través de las piedras jamás dejó de curar a la gente. Eso es lo que Claire es. Nunca hubo espacio para la duda. Pero, ¿y Bree? ¿Quién es ella a parte de esposa, madre e hija? Claire es la única que la puede comprender y ayudarla en esto.

Así que ella intenta explicárselo. Quería ayudar a la gente, siempre quiso hacerlo. Cuando era más joven, antes de casarse, no pensó exactamente en ser más allá de esposa pero, al final, su camino estuvo tan claro para ella, que no hubo otra cosa. Ella supo lo que quería hacer, lo que quería ser y nunca dejó de hacerlo. Pero Bree sigue con dudas. ¿Y si no lo hubiese sabido? ¿Qué hubiese hecho entonces? ¿Cómo se hubiera encontrado a sí misma? Claire intenta explicarle que todos solemos encontrar nuestra verdadera vocación a lo largo del tiempo porque, de algún modo, nos llama.

Pero esto es una reflexión algo filosófica para una mañana tan clara como esa. ¿Por quién está preguntando Bree? ¿Ella o Roger? Porque está claro que ambos necesitan un propósito a parte de estar simplemente allí. Sobretodo si desean quedarse un tiempo. Y es algo bastante esencial para Roger ahora porque, después de lo que sucedió, necesita algo con lo que llenar el vacío de no poder cantar o no poder hacerlo como antes, lo único que lo hacía sentirse realizado ya no es lo mismo y necesita algo nuevo que lo llene. Bree responde que lo pregunta por los dos. Ambos necesitan ese propósito, hacer que sus vidas allí los realicen como persona y no sean un mero paso a través de la historia. 

Los dos se han planteado enseñar, creando una especie de escuela para los niños del Cerro. Pero…mientras que eso puede realizar a Roger, no lo hará con ella. Lo sabe. Aunque, por otro lado, no es que pueda terminar sus estudios de ingeniería allí ni tampoco ejercer como tal con sus conocimientos así que la enseñanza parece la única salida. Sin embargo, ni Claire ni yo estamos de acuerdo en esto. No hay nada que impida a Bree ejercer su profesión, aunque la tenga que adaptar a ese siglo. Igual que nada le ha impedido a Claire ser médico. 

A ella la han llamado de todo en distintas épocas. Ha sido enfermera, doctora, curandera, bruja…pero en realidad ella siempre ha sido lo mismo, solo la han llamado de diferente forma. Ser doctora, curar a la gente, es lo que estaba destinada a ser y lo será hasta que muera. Da igual cómo la califiquen los demás, eso no cambia. De hecho, eso fue lo único que la salvó en los momentos más duros. Perderla a ella y a Jamie fue…destructivo. Una parte vital de ella se hizo añicos y desapareció, no estuvo completa sin ellos y nunca lo estaría sí los perdiera.

Pero gracias a su trabajo, a su vocación, logró salir adelante. Ahora Bree está en la misma situación. Si su vocación es ser ingeniera eso es lo que ella es y lo será siempre. Solo debe encontrar la forma de serlo en ese siglo. De adaptar y aprovechar sus conocimientos para contribuir a mejorar la vida en lo que ahora es su hogar. Y lo hará, encontrará la manera. 

Bree se queda más tranquila pero le entra curiosidad, ¿quién es su padre? ¿Cómo definiría su madre a su padre? Porque lo ve ser tantas cosas…quizá la palabra laird es lo que mejor lo defina. Lo que lo abarca todo. Un jefe, un protector. Pero, como Claire le dice, su padre no solo es un laird, también es un marido, un padre…su paciente. Porque lo fue alguna vez – una pista sutil de lo que estaba por venir -. Si ellos dos encontraron la forma de encajar sin renunciar a ellos mismos, a lo que son, Bree y Roger también lo harán. Solo deben tener paciencia.

De vuelta en el bosque, Roger, que hasta ahora gozaba de una buena voz, no se atreve a gritar para intentar que Ian, Fergus y los demás lo escuchen, así que hace lo siguiente mejor: dispara. Pero no lo pueden escuchar, así que, pensando que ellos dos ya están de vuelta en el Cerro, ponen rumbo a casa, sin saber que dejan a Jamie y Roger en el bosque, estando el primero muy malherido. Cuando llegan, Bree y Claire les aclaran que ellos dos no han llegado, les hacen preguntas…pero ellos no tienen respuesta. Ellas intentan no preocuparse pero presienten que ha sucedido algo malo. En su interior, lo saben

Parándonos aquí un momento, es muy poco creíble lo que han hecho con Roger. Estaba hablando normal durante todo el episodio. Momentos antes (cuando le pica la serpiente a Jamie) su voz le empieza a fallar y ya…no se atreve a gritar. La secuencia de los hechos no tiene demasiada lógica.

Puedo entender que la voz de Roger se vaya deteriorando al usarla debido a lo que le sucedió, pero ya es una casualidad muy casual que justo empiece a fallar poco antes de tener que gritar, máxime cuando, tras esa escena, la voz de Roger vuelve a ser perfectamente normal. Hubiese quedado mucho más creíble que Roger intentara gritar para alertar a los demás, no pudiera al no salirle la voz y entonces disparara pero, al menos, que lo intentara. Que no lo haga queda extraño y nada creíble. Es un detalle nimio, muy pequeño, puntilloso…pero son este tipo de detalles los que marcan la diferencia. 

Al no poder avisar a los demás, Roger vuelve junto a Jamie que asiente con la cabeza con tristeza. Roger no ha podido hallar al resto y eso significa que no va a llegar a Claire pronto y que quizás cuando lo haga…sea demasiado tarde. El conocimiento de ese hecho pasa a través de sus ojos en una décima de segundo. Pero no puede hacer nada.

Él no puede andar y está cerca de anochecer…deben quedarse allí. Además, es la hora de la cena. Jamie se está comiendo a la serpiente. A esa serpiente maldita que tal vez cause su muerte. Feels fair”, es lo justo. Nosotras estamos de acuerdo. Roger le confirma a Jamie que no pudo encontrar a los otros pero tiene la esperanza de que tal vez la hoguera que han hecho les desvele donde están. Y ninguno lo dice…pero ambos saben que es muy poco probable. Así, se prepararan para pasar la noche. 

Pero Jamie no está bien. Le intenta quitar importancia, sin embargo, lo cierto es que está sudoroso, casi no puede mover la pierna y le duele como el infierno. Jamie sabe, siente en sus huesos, que esa puede ser la última noche de su vida. Ha estado al borde de la muerte otras veces y sabe cómo se siente. Esa calma fría, esa huída de los miedos, que precede al desastre. No puede irse sin hablar con Roger. Realmente hablar con él por primera vez. Lo quiere a su lado. 

Dado su historial, parece que Jamie ha bebido demasiado whisky (el mismo que nosotras al ver a nuestro Jamie así) pero, en realidad, esa broma de Roger es un intento vano de tapar lo evidente. Él también sabe que es grave. ¿Qué hacían en su tiempo para curar una herida así? ¿Allí tendría alguna posibilidad de sobrevivir? Roger ha captado el estado anímico ominoso de su suegro pero pensar en ese tipo de cosas no sirve para nada. Jamie necesita descansar no contemplar su muerte. Mientras él se acomoda como puede para un sueño inquieto, Roger le destapa la herida y ve que está muy infectada. Sabe lo que eso significa aunque no se atreva siquiera a contemplarlo en su mente.   

Jamie se despierta en medio de la noche y está mucho peor. Ahora sí. Antes sospechaba que no sobreviviría a esto pero en ese momento está seguro. Es un hombre religioso, católico, siempre lo ha sido, lo criaron así. Quiere rezar y confesarse, así que se lo pide a Roger. Aunque él sea presbiteriano, es hijo de un pastor. Si esa es la última batalla que va a librar, quiere irse en paz, quiere que escuche todos sus pecados y lo absuelva. Tenemos que parar aquí un momento. Esto está claramente relacionado con la vocación de Roger de la que Bree ha hablado con Claire. Que Jamie le pida a Roger que escuche sus pecados, que rece con él y lo absuelva no es casualidad. Es una pista. ¿La vocación de Roger será ser pastor? Parece que todo nos lleva a ello. 

Siguiendo con la escena, Roger intenta animar a Jamie. Él no va a morir en ese bosque, no necesita que lo confiese. Sin embargo, Jamie siente la muerte encima de él, lista para llevárselo. Pero antes necesita confesarle a Roger el asunto con Bonnet. Si él ya no se va a poder vengar de él, si no va a poder matarlo, debe hacerlo Roger. Será él quién deba proteger y velar por la familia cuando Jamie ya no esté. Así que le suelta la bomba de que Bonnet está vivo y debe acabar con él. Roger no puede creer lo que su suegro le está pidiendo. Jamie se lo explica todo.

Eso incluye el negocio del whisky con Wylie, que en realidad es una trampa para atraer a Bonnet y matarlo, la venganza que Jamie tiene preparada. En esta ocasión, es Roger quien sorprende a Jamie al confesarle que tanto él como Bree saben que Bonnet está vivo, porque Bree lo escuchó hablar con Lord John.

Las dos parejas estaban guardando el mismo secreto para protegerse entre sí. Como hace la familia. No es lo correcto, pero la protección a la familia está primero que cualquier otra cosa, aunque las formas no sean las correctas. Vamos a hacer un paréntesis aquí. Jamie le está pidiendo algo muy importante para él a Roger. Y no es porque sea el único disponible para hacerlo. Es porque confía en él. 

Las cosas han cambiado entre ellos después de lo que le sucedió a Roger (aunque, tal y como dijimos en la review del episodio 8, nos hubiese gustado verlo), Jamie ha sido testigo de cómo literalmente ha luchado por su vida y por su familia…y ha ganado la batalla. Jamie respeta eso porque sabe por experiencia lo que significa. También, ha visto que, a pesar de la relación tan tirante que han mantenido, ha hecho lo posible por mantenerlo con vida, por cuidarlo y protegerlo. Jamie siempre había tenido dudas de si Roger iba a ser capaz de cuidar de su familia y de proveer para ellos de la forma que fuera necesario.

Si podría confiar en que él lo hiciera. Roger le ha demostrado que sí lo puede hacer. Por eso le confía a él esto. Al hijo de su casa. No solo le está encargando una venganza, si no la protección de su familia, le está pidiendo que ocupe su lugar cuando él no esté. Como haría con su hijo. Porque así lo ve. Ha sido difícil, arduo, pero Roger se ha ganado su respeto, su admiración, su confianza y su cariño. Para Jamie, es un hijo más, es parte de su familia y no porque esté casado con su hija si no porque él lo siente así. Es muy bonita la forma que la relación entre los dos ha crecido. Este sentimiento de Jamie queda patente y marca el resto de la escena. 

Una vez dicho esto, sigamos, Roger no sabe si podrá matar a un hombre, aunque haya hecho lo que ha hecho Bonnet. Matar a un hombre entra en directo conflicto con sus convicciones morales. Aquí se ve clara la diferencia de las épocas que los separan. Para Jamie, la venganza pasa por matar a Bonnet y está justificada. Es la mentalidad de su siglo. Una traición, un ultraje al honor, una ofensa a la familia…debe ser reparada con sangre. Hacerlo no es solo un derecho si no un deber. Sin embargo, para Roger no lo es, es todo lo contrario. Para él es un acto brutal, que puede condenar el alma de un hombre y convertirlo en un monstruo. Si lo hace, traspasaría todas sus líneas morales e iría en contra de sus principios. No sabe si podrá.

Jamie intenta que lo mire con más perspectiva. Según Claire, su padre luchó en la guerra que vivieron en su época y tuvo que matar a sus enemigos. ¿Era su padre un monstruo? Para Roger no es lo mismo. Matar en una batalla, en una guerra, es bien diferente de planear un asesinato y matar a sangre fría. Jamie entonces se incorpora como puede para hacer énfasis en sus siguientes palabras. Roger tiene que hacerlo. Tras su muerte, es su deber defender a su familia y protegerlos. No lo puede hacer si no mata a ese desgraciado. Si lo deja con vida, su familia siempre tendrá que estar mirando hacia atrás, por encima del hombro, con miedo. Roger no puede cometer el mismo error que él: dejarlo libre. 

Él lo hizo y tras eso, por culpa de su error, por su culpa, mató a su amigo, aterrorizó a su esposa, les robó y violó a su hija. Bonnet no dejó nada atrás, lo destruyó todo, intentó acabar con todo lo que ama, con todo lo que le importa. Con toda su familia. No lo pueden dejar libre. No de nuevo. Él ya se siente lo suficientemente culpable y rabioso consigo mismo por haberle dado la oportunidad a Bonnet una vez, la inflexión y el tono desesperado de sus palabras son una prueba de ello.

Jamie le está ordenando a Roger que lo haga, confía en él para hacerlo y quiere que entienda por qué es necesario. Además, Bonnet sabe que Jemmy es el heredero de River Run y Jamie está seguro de que va a apartar al pequeño de ellos, va a secuestrarlo para llevarlo con él y así poder ser dueño de River Run y no podrán hacer mucho, dado la duda sobre la paternidad del pequeño. Matar a Bonnet es una necesidad y un deber para Roger si él no puede hacerlo. 

Roger capta la culpabilidad que siente su suegro. Sabe que lo reconcome y todo lo que sucedió después de que salvara a Bonnet, es un peso que lleva sobre sus hombros. Y quiere aligerarla. Bree entiende lo que hizo y no lo culpa de nada. Tampoco sirve que Jamie se sienta responsable de todo lo que sucedió, tomó una decisión que no se puede cambiar y el único responsable de sus actos es Bonnet. Tal vez esa es su penitencia, cargar con la culpa de los actos de Bonnet, vivir con ello, no perdonarse a sí mismo. Pero, lamentablemente para Roger, el hijo tiene que pagar por los pecados del padre. Debe pagar por su error y cargar una muerte a su conciencia, traicionando sus principios. ¡Nos paramos aquí porque estamos emocionadas! 

Actual footage of us

¡QUE JAMIE CONSIDERA A ROGER UN HIJO! Aquí se pone de manifiesto lo que comentábamos antes. Jamie siente a Roger como un hijo más, como parte de su familia. Lo está llamando y reconociendo como tal. Por primera vez. El hijo de su casa. Esta vez no lo dice por honor o por guardar las apariencias. Lo dice porque lo siente de verdad. Y emociona hasta las lágrimas. Lo lejos que han llegado, cómo Jamie quería que Roger supiera lo que realmente siente por él. ¡Un muffin por aquí, por favor!

Roger intenta cambiar de tema. Es demasiado pronto para hablar sobre eso. Jamie no va a morir y él no va a tener que matar a nadie. No deben pensar así, como si esos fueran los últimos momentos de Jamie. Él acepta ese cambio de tema e intenta bromear, de nuevo (y ADORO cuando lo hacen, verlos disfrutando y riéndose juntos es música para mis oídos y no puedo parar de sonreír) pero realmente los dos saben que la situación es demasiado grave como para guardarse cosas dentro. Y Jamie necesita aún algo de Roger.

Sigue seguro de que no va a salir de esta y quiere que Roger le prometa, que le jure, que, sea como sea, lo llevará hasta Claire, hasta el Cerro, hasta su hogar y que será allí donde descansarán sus restos. No en ese bosque, lejos de su familia y del amor de su vida, si no junto a ella, junto a ellos

Roger sigue intentando animarlo, negándole que deba preocuparse por eso y disponer sus últimas voluntades. Él vivirá…pero Jamie no puede parar. No ahora, sabe que Roger simplemente intenta hacer que se sienta mejor. Vuelve a insistir en el deber de Roger de matar a Bonnet. Es la única forma de proteger a su familia. Roger se da cuenta de la ironía, la primera vez que confía en él de verdad, que cree en él, lo hace para encargarle matar a un hombre, poniéndolo en un dilema moral, enfrentándolo a sus propias convicciones. Jamie contesta a esto que Bonnet se merece morir. Lo que ha hecho…es imperdonable. Si lo dejan vivo, solo hará más daño. 

Hay una fina línea que separa a monstruos de héroes. Eso es justo lo que Jamie le estaba intentando hacer ver antes. Su padre no fue considerado un monstruo por matar a un enemigo, si no un héroe. Sin embargo, los casacas rojas sí fueron monstruos por las represalias que tomaron con el ejército jacobita tras Culloden o, mucho más cerca en el tiempo, con los reguladores. Fueron monstruos al matar a su padrino. ¿Qué separa a un héroe de un monstruo?

Cuando los dos matan, ¿por qué uno es tratado como un héroe y el otro considerado un monstruo? Hay una línea tan fina…¿Roger o el propio Jamie sería un monstruo por matar a alguien que les ha hecho tanto daño e impedir que les siga haciendo daño a ellos y a todos con los que se cruza? ¿O serían héroes por librar al mundo de un miserable así? ¿Cuál es el baremo que mide estos dos extremos? 

Hay muertes que son aceptadas e incluso recompensadas. Un mismo hombre puede ser un monstruo y un héroe a la vez, depende de quién cuente la historia, depende de a quién se le pregunte. Siguiendo con el ejemplo del ejército inglés, para los suyos, fueron héroes, para los escoceses, monstruos. El padre de Roger, para los aliados era un héroe, para los asquerosos, desgraciados e hijos de perrilla nazis, un monstruo. Sin embargo, sus acciones y las personas a las que dieron muerte fueron las mismas. ¿Qué eran en realidad? La línea es tan delgada…que es prácticamente inexistente. Cualquiera puede ser un héroe o un monstruo. Todo depende del cristal con que miren los demás y se miren a sí mismos.

La escena sigue. Jamie no se puede ir sin sacarlo todo. Todo lo que siente sobre Roger y su presencia allí. Sin ser sincero con él. Roger llegó a ese tiempo por el amor que le tiene a Bree. Jamie y Claire cambiarían muchísimas cosas…pero no eso. No su presencia allí ni su relación con Bree. Jamie esta feliz de que Roger y Bree estén ahí, de que él esté ahí, de haberlos conocido, de haberlos amado. Ahora confía en él para que enfrente a un verdadero monstruo…y le gane la batalla. 

De nuevo, no podemos estar más emocionadas con estos dos. Necesitamos otra bandeja de muffins. Es la primera vez que Jamie le dice algo así a Roger, la primera vez que le hace sentir querido por él, que le hace sentir como su hijo, como de la familia. Y Jamie se lo dice todo lo incorporado que puede, mirándolo a los ojos, para que vea la verdad en ellos. Para que Roger entienda. Está siendo sincero. Han pasado por tantas cosas, han tenido posturas tan enfrentadas…Jamie había desconfiado de Roger y lo había minusvalorado, no lo creía capaz de sobrevivir a ese siglo y de proteger a su familia. Pero ya no más.

Jamie se ha dado cuenta de que estaba equivocado con él. En todo. No solo le ha demostrado su valía si no que se ha ganado su lugar en su familia y su cariño como padre. Se alegra de haber vivido esos momentos junto a él y se arrepiente de no haberse dado cuenta de todo antes. Con los ojos le pide que lo perdone y Roger lo hace. No puede ser de otra forma porque él también lo considera un padre. Ahora no es solo su coronel, como lo consideraba hace unos episodios, es su familia. Y no quiere que muera. No va a permitir que lo haga. 

Y menos si debe enfrentarse a Bonnet. Jamie debe enseñarle a luchar, él no sabe. Aquí Roger le está diciendo sin palabras que acepta sus disculpas y que ese cariño que Jamie siente por él es recíproco. También está haciendo una declaración, Jamie vivirá para poder disfrutar de muchos momentos más juntos, esta vez, como padre e hijo. Y nosotras estamos tal que así.

El fandom ahora mismo

Jamie se deja caer de nuevo, ya puede descansar tranquilo. Le ha dicho a Roger todo lo que necesitaba y le ha arrancado las promesas que debía. Ahora está seguro de que su familia se queda en buenas manos. Roger los protegerá y él descansará junto a Claire, en su hogar. Le promete a Roger que le enseñará a luchar. Y lo piensa a hacer. Si vive para contar esta aventura, él y su hijo disfrutarán muchos momentos juntos. Es un juramento. Así, se queda dormido mientras nosotras nadamos en un mar de lágrimas. ¡Más muffins por aquí! 

Mientras tanto, en el Cerro, Ian sabe que algo va muy mal cuando se encuentra con uno de los caballos de Roger y Jamie sin jinete, así que recluta a Fergus para ir a buscarlos mientras que, en el bosque, Jamie ha empeorado y Roger sabe que si no lo lleva hasta Claire con urgencia no saldrá de allí. Así que improvisa una camilla y lo arrastra por el bosque para intentar llegar hasta el Cerro. Roger apenas puede avanzar pero lo intenta, está decidido a salvar a Jamie. Nada más que por eso le damos 2 puntitos. Que el hombre ha succionado el veneno de la herida de Jamie y ahora lo arrastra por todo ese bosque para salvarlo. 

Jamie, sin embargo, está seguro de que va a morir, así que empieza a rezar. Pero, aún en esa situación, su sentido del humor se impone. Con lo religioso que es Roger…parece como si lo estuviera conduciendo directo al infierno, así que no puede dejar de bromear con eso al decirle que está contento de que sea él quien lo lleve. Nunca es un mal momento para burlarse de su yerno. Los viejos hábitos tardan en irse…hay algunos que no se van nunca. Pero es una burla inocente, sin maldad, al contrario de lo que sucedía antes. Ese extraño sentido del humor…es una de las razones por las que amamos a Jamie. 

A pesar de ese pequeño momento, Jamie le pide a Roger que se detenga. Él no aguanta más ese ritmo y Roger tampoco. Además, se encuentra tan mal…siente que va a morir allí mismo, en ese bosque…y es una tontería que Roger se canse haciendo un esfuerzo inútil. Pero si es la hora de su muerte, quiere asegurarse de que su familia siga sin él…y a salvo. Sabe que la opción de irse está muy presente en las mentes de Bree y Roger pero no así en la de Claire.

Jamie la conoce, sabe que no se iría y que…incluso moriría con él. Allí, en esa época, como no pudo hacer en Culloden. Y no puede permitirlo. Ella no. Claire debe vivir. Ella es el corazón de todo el Cerro, de toda la familia. Todo lo demás puede sucumbir pero el corazón no…si falta el corazón, todo muere. Claire es ese corazón. Esto es tan precioso…pero es la más pura verdad. Claire es la que los mantiene funcionando a todos. El pegamento que los mantiene unidos. Ella no puede faltar. 

Pero tanto ella como Roger y Bree deben irse, deben atravesar las piedras de vuelta a su tiempo, donde será seguro para ellos y podrán vivir una vida larga, sin guerras ni muerte, solo muriendo de viejos. Aunque Claire no quiera irse y no lo quiera dejar atrás a él ni a sus recuerdos de la historia que compartieron…deben hacer que se vaya junto a ellos. Debe estar segura. Aunque ella los odie, igual que lo odió a él tras Culloden por hacerlo, deben asegurarse de que Claire sobrevive y consigue sobreponerse a su pérdida. No deben dejarla desvanecerse. Él puede que muera pero no soporta pensar en un mundo donde Claire no exista y eso, de por sí, es desgarradoramente hermoso. 

También, quiere que Roger le diga a Bree lo que siente por ella, todo lo que la quiere. Es algo que no se ha atrevido a confesarle a ella y ahora ya no hay tiempo. Pero la quiere, la quiere tanto…conocerla ha sido una bendición. Ella es parte de su alma, igual que lo es Claire, juntas, las dos, son todo su corazón, son su hogar, sangre de su sangre, huesos de sus huesos y pase lo que pase no se arrepiente de haberlas conocido, ni de haberlas amado, no se arrepiente de nada. Por eso deben seguir adelante. Roger debe hacer lo que sea para que sigan adelante. 

Jamie ha dicho todo lo que tenía que decir y, por fin, puede cerrar los ojos y abandonarse a la oscuridad. Sabe que Roger hará lo que sea necesario para cumplir lo que le ha pedido. Sabe que puede confiar en él. Así que, ya puede dejarse ir tranquilo, en paz. Roger está literalmente llorando por Jamie. Parece tan…ido. Así que reza, reza para que Dios tenga misericordia y ese hombre brutal y maravilloso al que admira, respeta y quiere como un padre no muera. Él no se lo merece. Toda su familia lo necesita. Él lo necesita y no tenía idea de cuánto hasta que no lo ha sentido al borde de la muerte. Porque en esos momentos ni las rencillas, ni los reproches ni nada cuenta…solo quedan los verdaderos sentimientos por esa persona. 

Al final, Ian y Fergus se acercan al lugar donde están Roger y Jamie. Roger los oye y es entonces cuando le vuelve a fallar la voz. Otra casualidad muy casual pero que en esta ocasión, no hay quien se lo crea, la verdad. Hace un momento estaba hablando tan normal con Jamie. En este punto no han tenido el detalle de que a Roger le fallara la voz antes…simplemente su voz estaba perfectamente y, de repente, no puede hablar. ¡Venga, por favor! Lo dicho, no hay quien se crea esto. O Roger está bien con su voz o no lo está. Pero estos cambios tan bruscos de que ahora sí, ahora no, marean al espectador, saca de contexto y no tienen lógica. Está bastante mal explicado. 

Dicho esto, a lo que vamos. Cómo Roger no consigue gritar, se las ingenia para hacer ruido y, finalmente, Rollo da con su rastro y consigue despertar a Jamie que había caído inconsciente. Y con esto, Rollo ha ganado a Adso en nuestro corazoncito Outlandero. Lo siento, Adso, pero Rollo ha salvado a nuestro rey de los hombres. 

We’re sorry, Adso

Así, Ian y Fergus consiguen llevarlos hasta el Cerro, hasta Claire y allí ella se ocupa de Jamie y de su herida, que cada vez pinta peor. 

Claire examina a Jamie nada más llega a sus manos y ve que su pierna está totalmente infectada. Como doctora, sabe lo que eso significa. Habla un momento aparte con Marsali. Le habla claro: es malo y sin inyectar penicilina no puede hacer mucho. Si tan solo tuviera su jeringuilla no habría problema. Pero el desgraciado de Brown se la rompió y ahora no puede curar a Jamie. Tiene penicilina y va a dársela de beber a Jamie pero como doctora sabe que eso no lo va a solucionar. Es como luchar con un brazo atado a la espalda. Mejor que nada…pero aún insuficiente. 

También va a intentar limpiar la herida con gusanos. Eso puede que funcione. Espera que lo haga porque si no y su pierna se gangrena…solo quedará una opción: la amputación. Claire no quiere pensar en ello. No puede hacerlo. Es demasiado doloroso y duro contemplar la posibilidad de que Jamie pierda una de sus extremidades, parte de sí mismo, no sólo por el hecho en sí sino porque lo conoce y sabe que para él sería horrible, no querría vivir así. Y, encima, tener que ser ella la que lo haga. La que se lo haga. Esa posibilidad la está matando. 

De hecho, Claire ha intentado desprenderse emocionalmente cuando hablaba con Marsali. Ha intentado que Jamie solo sea un paciente más del que está informando del diagnóstico, pero no lo ha conseguido, no ha podido. Era imposible. Jamie es el amor de su vida y ahora se presentan ante sus ojos dos opciones horribles y casi no puede respirar. Hay un nudo que le oprime el pecho. Marsali intenta que no piense en eso ahora. No están en ese punto…no aún. Claire intenta hacerle caso pero ni la mente ni el corazón entienden de intenciones. 

Bree está junto a la cama de Jamie, bromeando con él, simplemente mirándolo, casi sin pestañear porque tiene miedo a que desaparezca para siempre si lo hace. Esta es una de las pocas escenas entre padre e hija de la temporada. Por fin los vemos juntos. Pero no es suficiente. Necesitamos más. Queremos más. Padre e hija se deben una conversación y más en estas circunstancias en las que Jamie está seguro que no vivirá mucho tiempo. 

Porque así de mal están las cosas. Claire hace que beba su última creación de penicilina. Intenta bromear recordándole lo que fue cuando le pinchó en el culo (después de que la loca de laguarri le disparara) pero Claire daría lo que fuera por poder hacerlo ahora. Sabe que la penicilina que le ha dado no va a ser suficiente y daría el mundo por poder pincharle con penicilina en el culo y oír a Jamie quejarse. Porque sabría que esos quejidos no serían de dolor real y viviría para seguir quejándose muchos años más. Pero no tiene nada así a mano. 

Bree quiere ayudar. Necesita sentirse útil. La aterroriza ver a su padre así y le frustra no poder hacer nada. Tiene que hacer lo que sea para intentar salvarlo. Necesita sentir que está haciendo algo por él, sea lo que sea. Ella necesita sentir que no lo está dejando morir sin luchar. Claire la lleva a parte para que sepa su plan con los gusanos. Es…un intento de parar el avance que los lleve a un desenlace horrible. Es una esperanza. 

Aunque Jamie no puede escucharlas, es perfectamente consciente de la presencia en la habitación de la sierra para amputaciones de Claire. Sin que ella se lo diga, sin que lo mencione, sabe que lo más probable es que ella tenga que hacerlo. Por eso esta esa sierra ahí. Inconscientemente, como médico, observando la herida, sabe que ese será el final y que solo está retrasando lo inevitable. Pero su subconsciente la ha traicionado y la ha hecho sacar, sin darse cuenta, esa sierra. Jamie la ve…y sabe sin que Claire hable con él sobre ello, sin que ella quiera ni pensarlo, qué es lo que realmente piensa ella sobre la solución para salvarle la vida. 

Claire entra a la cirugía, se acerca a su cama, a su lado y le coge la mano. Quiere saber cómo se encuentra…aunque realmente ya lo sabe. Pero Jamie ve a través de eso, a través de ella. Todo está en su cara, aunque ella no lo sepa. La conoce tanto…que no se cree su intento de darle ánimos y de tranquilizarlo, aparentando que es menos grave de lo que en realidad es. Sabe que algo va mal y quiere escucharlo de ella. Quiere la verdad. La merece. 

Claire no se guarda nada, le resume su estado pero hay algo, algo que la está matando poco a poco. ¿Por qué Jamie no está luchando más? Lo ve tan…ido, tan perdido, como si se estuviera alejando de su lado, muriendo cada segundo que pasa. Y eso la asusta hasta la muerte. No lo puede perder. Simplemente no puede, no de nuevo. Está aterrorizada. Y Jamie también. Ve la muerte tan cerca…casi la toca con los dedos y eso significaría perderlo todo, a su hija, a su familia, a ella. Es demasiado doloroso contemplarlo. Claire le jura, le promete, que nadie va a morir. No allí, no en su mesa, no en ese momento. No se van a perder. Pero nada es tan fácil como hacer una promesa. 

La mente de Jamie sigue a kilómetros de allí. En esa sierra de amputar. Así que cuando Claire sale un momento, él aprovecha para mover los dedos de los pies, para sentir esa sensación y jurarse a sí mismo que, mientras esté vivo, no dejará de sentirla. Cómo puede, coge la sierra y se enfrenta a Claire. Le deja claro que si la opción es vivir sin su pierna o morir…prefiere morir. Pero Claire no puede hacer eso. Es una locura. Ella odia la posibilidad de amputarle la pierna. Preferiría amputársela ella antes que hacérselo a él pero sí debe elegir entre la vida de Jamie y su pierna…elige su vida. No hay duda para ella. 

El problema aquí es que la decisión no es de ella, si no de Jamie. Y él no quiere que lo haga. No va a permitir que le ampute su pierna, aunque esté en juego su vida. Incluso aunque no pueda parar la infección y no haya más opciones. Claire puede que no tenga opción, pero Jamie sí y ya ha elegido. Recordamos lo que Jamie le dijo a Roger tras su ahorcamiento en el episodio anterior,Estás vivo, estás entero, todo está bien”. Para Jamie, estar entero es tremendamente importante, no podría vivir sin estarlo. Y Claire se lo prometió. En el episodio 3 ella le prometió que haría lo necesario en una situación así. Que respetaría la decisión que tomara Jamie, aunque la matara a ella, lo haría. Ahora, esa promesa…es más importante que nunca. 

Pero aún es demasiado pronto para eso. Aún hay otras opciones, otras soluciones. Así que Claire consigue, no sin esfuerzo, que Jamie suelte la sierra de amputar. No tienen por qué cruzar ese puente ahora. Aunque ambos, en el fondo, saben que inevitablemente tendrán que hacerlo pronto. 

En otro lugar del Cerro, Roger y Bree están intentando, junto con los demás, conseguir los gusanos que su madre necesita para salvar a Jamie. Pero ambos tienen la cabeza muy lejos de allí. Junto a Jamie. Bree está inmensamente preocupada por su padre. No puede perderlo ahora que recién lo ha encontrado. En cuanto a Roger, él no puede parar de pensar que si hubiese podido llevarlo a tiempo junto a Claire, si sólo hubiese tenido su voz para gritar, alguna forma de avisar o hubiese sido más fuerte para poder arrastrar a Jamie hasta el Cerro…Jamie no estaría al borde de la muerte como está ahora. 

Bree intenta consolarlo. Él hizo todo lo que pudo, no podía hacer más y tiene toda la razón. Roger intentó avisar a los demás, cuando los escuchó, les hizo señales que los llevaron hasta ellos, mantuvo vivo a Jamie hasta entonces y, también, lo arrastró todo lo que pudo por ese bosque. Nada de lo que está pasando es culpa suya. Ella lo besa para reafirmar todo lo que dice. Es un beso de aliento. 

Sin embargo, a parte de Jamie, hay alguien más que ocupa la mente de Roger: Bonnet. No puede quitarse de la cabeza lo que le pidió Jamie y las sospechas que compartió con él. Debe compartirlas con Bree. Ya no tienen secretos, afortunadamente, pasaron esa fase y ella debe saberlo. Además, también quiere medir su reacción. Bree apenas y dijo algo sobre Bonnet y la mayoría del tiempo solo evita el tema y lo mantiene recluido en un recóndito rincón de su mente. No se enfrenta a ello. Y Roger quiere que lo haga. Debe hacerlo. Deben mostrar un frente unido en esto, tienen que pensar qué van a hacer. 

Así que Roger le cuenta todo el plan que le ha detallado Jamie y también, sus sospechas, que Bonnet quiere arrebatarles a Jemmy por su derecho sobre River Run. Bree le deja bien claro a Roger que tendrá que pasar por encima de su cadáver. Pero las cosas no son tan fáciles. Bonnet tiene amigos, influencia…puede arrebatarle a su hijo por medios legalesSimplemente con sacar a colación su paternidad. No es que importara demasiado en ese tiempo, pero nadie, fuera de la familia (y Forbes) sabe que fue violada. No podrían utilizarlo. Hay una posibilidad real de que Bonnet consiga quedarse con Jemmy. 

Bree no puede contemplar esa posibilidad. Es demasiado horrible. Así que se cierra en banda y dice tajantemente que Roger es el padre de Jemmy y que eso lo protegerá. El problema es que esa afirmación no sirve ante las autoridades. Su boda con Roger fue después del nacimiento de Jemmy, por lo tanto, la paternidad no se presupone del modo que sí lo haría si hubiese nacido dentro del matrimonio. Ese resquicio es el que podría utilizar Bonnet. Y lo hará. Roger, al igual que Jamie, está seguro de que lo hará.

Roger necesita que Bree reaccione, que diga…algo. Lo que sea. Cualquier cosa. Pero no lo hace. Sigue intentando encontrar esos gusanos para salvar a su padre. Y descarga en ese pico todo lo que está sintiendo por dentro. La ira, la frustración, la furia, el miedo…está aterrorizada de que algo como lo que está describiendo Roger llegara a pasar. No sabe qué haría sin Jemmy. El solo pensarlo hace que no pueda respirar y se siente morir. Pero no comparte lo que siente con Roger.

Es como si su garganta se cerrara y su mente se negara a pensar en ello porque es una posibilidad demasiado horrible. Es su peor pesadilla. De nuevo, Bree no se enfrenta a sus miedos y prefiere relegarlos a un rincón. Porque no se ve capaz de enfrentarlos. El problema con los miedos es que, si no los enfrentas, no desaparecen, se multiplican y se hacen cada vez más grandes…hasta que lo engullen todo. 

Tras esta conversación, la bocachancla Lizzie la lía otra vez. ¡Qué giro tan dramático de los acontecimientos! ¡No lo veíamos venir, en serio! (Ironía mode on) 

Uno de los animales que Roger y Jamie estaban intentando cazar, invade el lugar donde Lizzie está cuidando de Jemmy y haciéndole carantoñas – esto es parte de la mardición gitana, claramente – pero Lizzie, lejos de proteger al pequeño, se queda paralizada y gritando de terror como una posesa. Si es que cuando yo digo que a esta chica le falta un hervor…

Tiene que ser Bree quién salga, distraiga al animal, llevándose una buena cornada en el proceso y salve a Jemmy del peligro. Desde luego, con cuidadores como Lizzie…anda que los padres podrían estar tranquilos. Regla número uno cuando se cuida de alguien, Lizzie: protégelos en vez de gritar. Gritar perfora los tímpanos pero no ayuda en nada.   

Claire, por su parte, también reacciona rápido y consigue abatir al animal antes de que haga más daño. Jamie, al oír tanto jaleo, sale arrastrándose como puede a ver qué ha sucedido. Ha escuchado disparos, gritos y agitación, algo o alguien estaba amenazando a su familia y no se podía quedar como si nada. Esté como esté tenía que ver qué sucedía y asegurarse de que no corrían peligro. Tenía que protegerlos, aunque no pueda andar y tenga que ir arrastrándose los protegerá. Siempre. Ese instinto de protección de Jamie es una de las cosas que nos enamoran de él. 

Pero tiene un precio. La aventura de Jamie cual serpiente (pun intended) por los suelos tiene sus consecuencias y la herida está aún peor. Por suerte, los gusanos que Claire estaba esperando ya están ahí y Marsali se los entrega. Y la seguimos amando fuerte cuando no puede evitar soltar un comentario inoportuno. Es como si no tuviera filtro y ¡nos encanta! 

Claire intenta que la herida de Jamie mejore con esos gusanos en una escena altamente asquerosa y no aconsejable a personas con estómagos sensibles (así como yo). ¡Qué quiten eso de nuestras pantallas, por favor y gracias! 

Nosotras ahora mismo

Algo más tarde, Roger visita a Jamie y ambos bromean, sin acritud y como familia. Todo ha cambiado entre ellos ahora. Ya lo había hecho tras lo que le sucedió a Roger pero la conversación que mantuvieron en el bosque y el riesgo que Roger ha corrido para llevarlo junto a Claire, a casa, unida a la lucha incansable de Roger para que sobreviviera han terminado de cambiar las cosas. Jamie lo respeta, lo quiere y a Roger le sucede lo mismo con él. Es la primera vez que realmente se comportan como familia entre ellos porque se sienten como tal. Y no podemos estar más feliz de ver a estos dos cabezotas tan unidos. 

Bree habla fuera con su madre. Necesita saber lo que realmente está pasando. No quiere que Claire lo endulce o intente minimizarlo tiñiendo todo de una esperanza que cada vez se apaga más. Quiere la verdad. Entonces Claire deja de fingir de cara a los demás, deja la fachada que le estaba costando tanto mantener por la tranquilidad de Jamie y la de todos y le dice a Bree cómo están realmente las cosas. 

Jamie no está mejorando. Los gusanos van a hacer su trabajo pero la infección está demasiado extendida como para que hagan la diferencia. Claire ha repasado todo en su cabeza, buscando una opción, por extraña que sea, cualquiera antes de…amputar. Casi no puede ni pensarlo pero es una palabra que cada vez se presenta más clara en su mente. Es la única opción que le queda. Y eso la hace sentirse enferma. No cree que pueda hacerlo, no a Jamie. Y ella le ha prometido que no lo hará, que lo dejará ir…pero tampoco puede hacer eso.

No puede perder la mitad de su alma, no puede perder su corazón, no otra vez. Romper su promesa…tampoco es una opción. Claire está en un callejón sin salida. Así que llora, llora todo lo que no puede llorar delante de Jamie porque él y el resto del Cerro la necesitan fuerte, para poder sostenerse de ella. Pero la realidad es que no puede más. Y se deja ir, encontrando consuelo en los brazos de su hija. 

Ella intenta animarla, aún es pronto para pensar en eso. Cruzarán ese puente una vez que lleguen a él. Quizá los gusanos sí hagan la diferencia. Pero Claire sabe mejor. Sabe que no la harán y si tiene razón…no habrá más opciones. Ni más esperas. Tendrá que cumplir su promesa…y dejarlo ir. Bree sabe que su madre no podría soportarlo, no de nuevo. La ha visto durante esos 20 años viviendo a medias, apenas sobreviviendo, con solo destellos de verdadera felicidad, todos ellos relacionados con ella. Pero verla con Jamie…su madre ha sido más feliz en el tiempo que ha pasado desde que que volvió a él que en los 20 años anteriores. Y la barrera. Esa barrera que siempre había entre ellas…ya no está. 

Bree no puede volver a ver a su madre así, como si fuera un fantasma, distante, encerrada en sí misma, respirando, pero no viviendo. Claire no soportaría de nuevo perder a Jamie y Bree tampoco soportaría verla así y perder a sus dos padres. Así que plantea la opción de que Claire no cumpla su promesa. Su padre la ama, sí, se enfadará pero, al final del día, estará agradecido de que Claire haya roto su promesa, porque así puede seguir junto a ella y toda su familia por muchos años más. 

Pero las cosas no son tan sencillas y Claire lo sabe. Si hace lo que Bree sugiere, Jamie no la perdonaría nunca y ella tampoco se perdonaría a sí misma. Cada vez que lo viera, sería un recordatorio de que no pudo mantener su palabra, de que traicionó la confianza de Jamie y no estuvo ahí como él le pidió que estuviera, que le falló. Que le falló como él nunca le hubiese fallado. Y Jamie…el verse así, limitado, porque Claire rompió su promesa y traicionó su confianza lo hundiría y el rencor hacia Claire empezaría a surgir y crecería cada vez más hasta acabar con todo. Hasta acabar con ellos

Ya estuvieron a punto de perderse por promesas rotas hace años. En París. En ese momento, Jamie odió aceptar lo que ella le suplicaba (que no acabara con Jack Randall) pero lo hizo, se lo prometió. Eso es un reflejo de este momento. Ella odia aceptar lo que le pide Jamie…pero se lo promete de igual modo. En París, Jamie rompió su promesa por una buena razón (igual o mejor de la que tendría ella) y eso y las consecuencias que tuvo casi los destroza. No puede permitir que vuelva a pasar. Eso tampoco es una opción. 

Por el momento, Claire solo puede esperar…y desahogarse llorando, para poder volver dentro, junto a Jamie, con una expresión compuesta y una media sonrisa en el rostro, para que él pueda consolarse y apoyarse en ella. Claire solo se permite un momento de desahogo, de dejar fluir todo el dolor, el sufrimiento de sentir su alma partida en dos y el miedo que siente, para volver dentro y ser fuerte por Jamie, por Bree, por Roger, por Ian, por Fergus, por Marsali, por ella…y por todos. 

Por su parte, Jamie le pide a Roger que lo ayude a acostarlo en propia cama, quiere dormir allí y no en la cirugía. Él está tan seguro de que va a morir…que quiere hacerlo en su propia cama y junto a su esposa. Roger duda…pero Jamie está tan mal y lo que pide tiene lógica, sabe que es importante para Jamie y no ve nada de malo en ello así que, al final, acepta. Se encuentran por el camino a Ian que, aunque con objeciones porque cree que lo mejor es que Jamie se quede donde Claire ha dicho que lo haga, ayuda a trasladarlo. 

Una vez instalado en su propia cama, la obvia conversación tiene lugar. Jamie les confiesa que conoce a Claire y que, aunque no le diga nada, ella cree, al igual que él, que no hay nada que hacer…más que amputarle la pierna. Y no piensa dejar que lo haga, no piensa permitirlo. Antes que estar tullido prefiere estar muerto. Porque no sería un hombre completo. Esto es tan absurdo y tan injusto que Ian no puede evitar saltar. ¿Qué hay de su propio padre? ¿Y de Fergus? Ambos tienen una extremidad de menos. ¿Son menos que él por eso?

Jamie intenta salirse por la tangente para contestarle que no es lo mismo cuando es exactamente lo mismo. Pero Jamie se excusa en que la pérdida de la pierna y la mano de Fergus e Ian fue de alguna forma heroica y honorable. Las perdieron luchando contra su enemigo, defendiendo a los suyos. Y que aceptaron la pérdida y las limitaciones que vienen con ella con una entereza que él no tiene. 

Esto enciende más a Ian (y a mí de paso), ¿las limitaciones que acarrea la pérdida de una extremidad? Ellos son los mismos. Perder parte de su cuerpo no los cambió. No hizo que fueran menos. Solo es piel, carne, músculos y huesos, nada más. Pero, para Jamie, es una cuestión de honor. Es tan cabezota y tan estúpido en esto que siente más honorable morir que perder la pierna por un motivo distinto al enfrentamiento contra el enemigo. A mi me dan ganas de darle un par de bofetadas con la mano abierta. Bien fuerte. Pero Ian hace algo mejor: lo ataca con las palabras dándole donde más le duele, en su orgullo. No hay nada honorable en lo que le ha pasado. Ha sido un infortunio bastante absurdo. 

Roger no sabe dónde meterse al ver a tío y sobrino tirarse los trastos a la cabeza. Esto es tan personal que siente que sobra. Pero Ian quiere que se quede. Quiere que sea testigo de lo que va a decir. Y es aquí cuando yo dejo de aplaudir a Ian sentada para proceder a hacerlo de pie. Le deja las cosas bien claras a Jamie, sincerándose como nunca antes con él, furioso y decepcionado con su tío como no lo había estado jamás. 

¡Así se habla Ian!

Ian deseaba que Jamie fuera su padre. Lo admiraba, lo respetaba, quería ser como él. Y deseaba que fuera su padre. Mientras que veía a su padre ser complaciente con sus enemigos y simplemente seguir su vida en Lallybroch, como siempre, sin que nada cambiara, veía en su tío, en esa capacidad que tienen los niños en ver como héroes a personas fuera de su casa, a un aventurero, a una persona valiente que se arriesgaba y que vivía al límite. Prefería ser cómo él antes que como su padre.

Esos pensamientos lo avergonzaban y lo llenaban de culpa porque su padre era un hombre admirable. Ha crecido y se ha dado cuenta de que su padre era igual de valiente que su tío porque luchó por su familia y siempre los protegió, aunque le fuera la vida en ello, fuera cual fuera el riesgo. Pero eso, esa admiración hacia Jamie, era lo que sentía. Por eso siempre quería estar al lado de su tío y elegía irse con él lejos de su hogar, de su padre, a vivir mil y un aventuras y a meterse en otros tantos líos. 

Pero ahora, sabiendo cómo es su padre y escuchando a Jamie hablar así de las personas que, como él, han perdido alguna extremidad, siente vergüenza. Vergüenza y decepción de su propio tío, de su referente, de su héroe. No pensó que llegaría ese día pero lo ha hecho. Siente vergüenza de alguna vez haber deseado que fuera su padre y de haber despreciado al suyo propio por alguien como él. Este es un golpe muy duro para Jamie. Ian es como un hijo para él y escuchar que se avergüenza de él y que lo ha decepcionado es…terrible. Inmediatamente se siente culpable, siente el peso de las palabras que ha dicho, de lo que ha pensado, porque sabe que Ian tiene razón. 

Y la tiene, toda completa. Jamie aquí ha sido un estúpido y un insensible, por decir lo menos. No tiene excusa tampoco en el siglo en el que vive, no toda, al menos. Lo hubiese entendido de cualquier otra persona ignorante de ese siglo. Pero no de él, no de alguien que tiene a un hijo y a su cuñado (que es prácticamente un hermano) en esa situación y día a día los ha visto superarse a sí mismos. Día a día ha luchado con ellos para que lo hicieran. Francamente, yo también me he sentido decepcionada de Jamie en este punto. Así que mis dieses para Ian. Bien merecido se tiene Jamie que le ponga los puntos sobre las íes. 

Claire entra de nuevo a la cirugía para revisar a Jamie pero no lo encuentra. Se asusta pero, al final, logra encontrarlo en su cama. Exige explicaciones. Se ha asustado hasta la muerte al no ver a Jamie, precisamente en el momento que más necesita verlo para sentir y comprobar que aún sigue ahí y había dado órdenes de que se quedara en la cirugía para poder controlarlo y tratarlo mejor. Roger huye al oler a problemas. Puede que haya ayudado a Jamie pero no quiere ver a Claire enfadada de ninguna de las maneras. Le impone bastante…y le asusta un poco. 

En cuanto Claire mira a Jamie, todo ese enfado se evapora. No puede culparlo por ser un cabezota y querer descansar en su propia cama. Ser un cabezota es una de las cosas que ama y odia de él. Está incluido en el pack. Y no puede enfadarse con él, no cuando lo ve tan débil, tan frágil, tan…mal. Cuando lo mira se le cae el alma a los pies. Es tan fuerte, tan robusto pero lo siente tan desfallecido. No merece la pena discutir en una situación así. 

Así que simplemente se sienta a su lado y le coge la mano. Lo mira con ternura, con amor, con todo el amor que le tiene. Aún así, Jamie intenta explicarse. Quiere que ella duerma a su lado esa noche, como todas las noches desde que la conoció. En la cirugía no podía hacerlo y no piensa renunciar a eso. La quiere en sus brazos, acurrucada contra su pecho, donde debe estar. La quiere sentirY si ya una no se podía enfadar con él, ¿cómo en la tierra alguien se puede enfadar con este hombre después de decir algo tan romántico? Nadie, y Claire, menos. Jamie es el rey de los hombres por algo. Por cosas como estas es que lo amamos y nuestro enfado anterior con él ya no existe. Es imposible seguir enrabietadas con este hombre. Demandadnos

Tras su discusión con Jamie, Ian sale ofuscado de la habitación y se encuentra con Fergus. Le cuenta cómo se encuentra Jamie y su opinión sobre la amputación. Ian no quiere que Fergus vaya a visitarlo porque teme que Jamie diga algo que le haga daño. Lo está intentando proteger. Ahora su tío no mide sus palabras ni su actitud y eso puede afectarle. Pero a Fergus no le importa. Lo que diga Jamie en un momento de desesperación y rabia no importa. Importan sus acciones. Él estuvo ahí cuando aquel malnacido le cortó la mano. Jamás lo dejó, siempre lo apoyó y lo protegió y nunca lo hizo sentirse de menos. Al contrario, contó con él para todo, exactamente igual que lo había hecho siempre. Y lo sigue haciendo. 

Y ahí está el kid de la cuestión: que no lo trató de forma diferente. Seguro que tenía sus pensamientos sobre lo que significaba perder una extremidad y más para un niño de tan corta edad. Pero para Jamie no hizo ninguna diferencia si tenía mano o no, cuando sí había diferencia con respecto a los demás e incluso con respecto a sí mismo.

Pero no para Jamie. Eso es lo que importa. Jamie siempre estuvo ahí cuando lo necesitó y ahora es Jamie quien lo necesita a él. No le va a fallar. Aunque sus palabras puncen y duelan. No lo abandonará. E Ian debería de hacer lo mismo. Jamie también estuvo para él. Siempre. Lo cuidó como un padre cuidaría a un hijo y no lo dejó caer. Que no esté de acuerdo en algo con él, que le haya tenido que poner las cosas claras, no significa que no esté ahí para Jamie cuando más lo necesita. 

Es como lo que dice Marsali, deben centrarse en lo que tienen y no en lo que pierden. Ella aplica esa filosofía en todos los aspectos de la vida y también con él cuando se compadece de sí mismo y de sus circunstancias. Y ella tiene razón. Ahora mismo, Ian y Fergus tienen un padre (me sigo emocionando cada vez que Fergus lo llama padre o Jamie lo llama hijo. Soy así de tontorrona) y un tío que los quiere con todo su corazón y ellos deben estar ahí para cuando los necesite. Ahora lo hace y simplemente no pueden abandonarlo. Ian se da cuenta de que tiene razón. 

Es una maravillosa reflexión y una hermosa escena que muestra el vínculo de ambos personajes con Jamie y cómo para los dos es una de las personas más importantes de sus vidas. Solo te puedes enfadar de verdad con las personas que realmente quieres pero eso no importa cuando te necesitan. Siempre se debe estar ahí. 

Esa noche, Jamie se despierta agitado, llama a Claire que está dormitando a su lado, en una silla. Él sabe que ese es el momento. Su hora. Se está muriendo…y solo ella puede salvarlo, solo ella puede traerlo de vuelta. Necesita que lo salve. Así que la llama desesperado. Ella sabe que algo va muy mal. Ve a Jamie con menos fuerzas que nunca, casi desvanecido, cada vez más como una cáscara vacía. Así que se acuesta a su lado, sin dejar de preguntarle cómo se siente, sin dejar de acariciarlo por todas partes en un intento de hacerlo reaccionar, de devolverlo a la vida, a ella

A pesar de que Jamie se está adentrando cada vez más en la oscuridad no deja de bromear, para quitar hierro al asunto, para intentar proteger a Claire de lo que realmente está pasando. Pero ella lo sabe. Lo siente. Y las lágrimas aparecen en sus ojos sin ser llamadas, cayendo como un torrente. No puede parar de llorar. Lo está perdiendo. Pero Jamie está luchando por volver a ella, está luchando por no dejarla. Le pide que no lo deje, que no lo abandone, que no se vaya de su lado y que no le permita caer en la oscuridad. Claire le jura que nunca lo dejará. Es imposible. Está…tatuado en su alma, en su piel. Dejarlo no es una opción. Nunca lo fue. 

Jamie siente que la oscuridad cada vez lo engulle más…así que le pide a Claire que lo toque, sabe que su toque es lo único que lo puede traer de nuevo a la superficie de la vida. No puede luchar más…sus fuerzas se agotan y queda inconsciente. Claire lo llama a gritos, desconsolada, entre lágrimas. Él no puede haberse ido. Se niega. Debe hacerlo volver de entre los muertos como sea.

Lo besa, lo besa desesperada, suplicándole a gritos que se quede con ella, sin poder dejar de llorar. Se acurruca junto a su corazón, para sentir sus erráticos latidos, para sentir que está vivo y evitar volverse loca por perderlo. Los siente. Jamie aún vive pero su pulso es débil. Lo besa ahí, justo ahí, en su corazón, el lugar que es suyo por derecho. En el pecho. En sus labios una negativa a dejarlo ir, a dejar que la vida se termine de apagar. 

Él no la puede dejar, tiene que quedarse con ella. Así que se desnuda, lo toca, le hace el amor con la mano para llegar a él, este donde esté, para traerlo de vuelta, para insuflarle vida, la vida que solo su amor puede darle, mientras le suplica “don’t leave me, stay with me” y nosotras vamos a por otra ración de muffins porque esto es demasiado para nuestro corazón. Y lo consigue. 

Claire lo trae de vuelta. Jamie vuelve a respirar, vuelve a ellaEs tanta la alegría y el alivio de Claire que simplemente lo besa sin parar por toda la cara, necesita tocarlo, esa conexión física para sentir que de verdad está de vuelta a su lado, que la oscuridad no lo ha engullido. Y se acurruca junto a él, haciéndose un ovillo, con su oído en su corazón, para escuchar sus tranquilizadores latidos, testigos mudos de que Jamie aún sigue ahí, junto a ella y de que está vivo para, más tarde, quedarse dormida. Una escena sublime. Tan desgarradora, emotiva y preciosa que es imposible que no nos conmueva. 

A la mañana siguiente, Jamie está despierto mientras Claire aprovecha sus últimos minutos de sueño. Está mirando al vacío, perdido en sus pensamientos, mientras el amanecer baña con su luz la habitación. Y ha tomado una decisión. Cuando Claire se despierta se lo dice. Ella le dio su palabra de que lo dejaría morir antes que amputarle la pierna. Ahora quiere echarse atrás en su petición. Ha decidido que entre su vida y su pierna, elige su vida. “Do what ye must”.

Las palabras de Ian lo han hecho reflexionar y sabe que él llevaba razón en cada palabra que le dijo. Ian padre no era una persona diferente porque no tuviera su pierna. No era menos hombre por ello. Seguía siendo valiente, orgulloso, fuerte, un guerrero, un hombre en toda la extensión de la palabra y la mejor persona que ha conocido. No tener su pierna no fue una limitación ni una humillación para él. Igual sucedió con Fergus. No tener mano no lo define como persona, ni como hijo, ni como padre, ni como marido.

Se puede vivir plenamente con una extremidad menos y prefiere hacerlo que no vivir en absoluto y no poder seguir siendo ni marido, ni padre, ni laird. Así que le pide a Claire que, cuando llegue el momento, le ampute la pierna. Ella acepta. Asiente con la cabeza con todo el dolor de su corazón. Aún no puede ni pensarlo…pero cada vez la posibilidad se hace más real en su cabeza y está empezando a aceptar que aunque la rompa en mil pedazos, deberá hacerlo…pronto.

Roger y Bree están en su cabaña, callados, con la parte del cuerpo de la serpiente en la mano de Roger. Están meditando. ¿Y si sucede lo peor? Bree no se recuperaría de ese golpe, perdería a su padre por segunda vez y Roger…él tampoco. Acaba de empezar una verdadera relación con su suegro. Por fin confía en él y lo respeta. Por fin lo acepta y lo ve como a un hijo. Y Roger…no se había dado cuenta de cuánto le importaba Jamie, de cuánto lo quería hasta que lo está viendo así, moribundo. Simplemente no puede imaginarse que se despierten mañana y no esté. 

En medio de las peleas, de los amargos resentimientos y de las miradas desafiantes, Roger conoció a Jamie. Y aprendió a admirar a ese guerrero fuerte, padre y marido amoroso que daría su vida por los suyos, por su familia y por sus inquilinos. Lo aprendió a respetar, a admirar…y a querer. No quiere perder eso. No quiere perderlo a él y la relación recién descubierta entre ellos. Pero no está en sus manos. 

Roger va a quemar la parte que recogió de la serpiente, ni siquiera sabe por qué lo hizo. Simplemente, algo en su interior le animó a hacerlo y en ese momento parecía correcto. Pero no sirve para nada. Sin embargo, Bree le impide quemarla. Puede que Roger no vea su utilidad…pero ella sí. Es ingeniera después de todo y su cabeza se llena con miles de posibilidades. Su madre necesita poder inyectarle a Jamie penicilina directamente en la herida. Así que se pone en marcha para inventar una jeringuilla rudimentaria a raíz de los restos de esa serpiente. 

Roger y Bree, sin saberlo, han sido un equipo perfecto. Roger cogió esa serpiente porque algo le dijo que debía hacerlo y eso es lo que Bree necesitaba para salvar a su padre. Y Bree…ha encontrado su vocación después de todo y la forma de ejercerla, tal y como le dijo su madre. 

Eso sí, me hubiese gustado ver a Bree fabricando esa jeringuilla. Creo que es un momento importante para el personaje porque encuentra no sólo su vocación si no la forma de aplicar sus conocimientos en ese siglo. Encuentra su lugar en el esquema tan complejo del Cerro donde cada uno de los inquilinos tiene una misión. Bree encuentra un propósito. Y entiendo que poner demasiadas escenas de Bree fabricando la jeringuilla hubiese sido tedioso, aburrido y una pérdida de tiempo, creo que deberían haber colocado al menos una escena donde se la viera haciendo lo que solo ella sabe hacer. 

Sin saber nada de esto, Claire lo prepara todo para la amputación. En realidad, necesitaría más manos pero Marsali está ocupada y no está por allí. Pero la necesita y mucho. Está nerviosa, sus manos tiemblan como nunca lo han hecho. Jamie no es un paciente cualquiera y pensar en lo que le tiene que hacer la destroza por dentro. Pero no puede permitirse una vacilación, no puede derrumbarse ahora. Debe hacer lo que tiene que hacer, lo que sea necesario, exactamente como le prometió a Jamie. 

Él, por su parte, ha aceptado que esto va a pasar y que, tal y como le dijo Ian, aunque todo cambiará, en realidad nada importante lo hará. Él seguirá siendo quién es. Hablando de Ian, él, tras su conversación con Fergus, está justo a su lado. Y le pide perdón. Sabe que le dijo cosas dolorosas de malas formas pero Jamie es consciente de que necesitaba oírlas y lo que él mismo dijo fue cruel y estúpido. Es Ian quien debe perdonarlo. Nosotras estamos que nos morimos de amor por ver de nuevo a tío y sobrino unidos porque nos negamos a que alguna vez se vuelvan a enfadar. Son demasiado adorables. 

Ahora, todo está listo. El tiempo llegó. Pero antes, Jamie hace una última petición. Quiere que quemen su pierna y la desaparezcan en un lugar donde no la pueda encontrar nunca en cuanto esté hecho. Ha aceptado lo que va a suceder pero  el pensar que va a tener que verlo…eso no podría soportarlo. Una vez que aceptan, mueve sus dedos por última vez. Disfrutando de ese sencillo y simple movimiento, escuchando a sus articulaciones crujir y la tensión de sus músculos y tendones. Disfrutando esa sensación por vez última. Y llega la hora, Jamie se santigua y Claire, haciendo de tripas corazón, va a empezar. 

Es justo entonces cuando Bree los interrumpe y les enseña su nuevo invento. Les explica con rapidez que actúa como una jeringuilla rudimentaria, lo que su madre necesita para inyectarle penicilina a su padre. Al final, tal y como le dijo su madre, Bree ha encontrado la forma de ejercer su profesión, de ser una ingeniera y utilizar sus conocimientos en ese siglo. Y qué mejor forma de hacerlo que salvando a su  padre. 

Lo que va a salvar la vida de Jamie está hecho precisamente con la misma serpiente que casi lo mata. “Feels fair”, tal y como le dice Roger en un reflejo de las palabras de Jamie, y nosotras no podemos estar más de acuerdo. Claire usa esa jeringuilla con un nudo en la garganta, rezando para que funcione, esperanzada de que lo consigan y Jamie sobreviva sin necesidad de amputarle su pierna. ¡Y funciona! La infección baja, Jamie se pone mejor. Le vuelve el color al rostro y la sonrisa a sus labios (al igual que sucede con nosotras). Vivirá. 

¡El baile de la victoria!

Durante todo el proceso, Jamie sostiene la mano de Bree entre sus dedos, la aprieta, solo para sentirla a su lado. Junto a él. Y Jamie se la besa, mirándola a los ojos, con solo amor en los suyos. Amor y orgullo. Es su hija quién lo ha salvado. Gracias a ella no ha perdido su pierna. Sabía que era una mujer fuerte y maravillosa. Ahora también sabe que es extraordinaria. Y solo la puede mirar con todo el amor que siente por ella y ese orgullo de padre. No puede estar más feliz de que sea su hija. En Claire también se refleja el mismo orgullo. Ella sabía que Bree conseguiría encontrar su vocación y ejercer en ese siglo. Confiaba en ella y no se equivocó ni por un segundo. Ha salvado a su padre. 

Aunque esta escena entre padre e hija es muy tierna y se han comunicado a través de la mirada, necesito más. Esto y la pequeña escena que han tenido juntos antes no es suficiente. Ya no. Hubiese sido suficiente en la temporada anterior o incluso al principio de esta. Pero han perdido demasiado tiempo como para que nos conformemos solo con miradas y gestos. Me ha faltado una conversación entre ellos, a solas. Hubiese sido la ocasión perfecta al estar en una situación tan limite pero, aunque agradezco la mejoría (antes no tenia ni una escena y en este episodio hemos tenido algo), lo cierto es que siguen desaprovechando oportunidades a puñados para construir en pantalla una relación tan bonita como la de Jamie y Bree. Y es una pena. 

Roger está acompañando a Jamie mientras duerme profundamente por primera vez. Se ha quedado a dormir cuidándolo, para comprobar que estaba bien…y seguía vivo. Esto ya nos indica cuánto ha cambiado la relación entre ambos. Roger estaba realmente preocupado, quería que Jamie viviera. Después de todos sus enfrentamientos, no podía soportar pensar que él muriera. 

El recibimiento de Jamie, al contrario que en otras ocasiones, esta vez es cálido. De hecho, ambos bromean de buen humor, picándose, pinchándose, Jamie incluso le llega a decir que Roger ya no está obligado a estar ahí y escuchar sus últimos deseos y arrepentimientos (otra pista velada a lo que viene para Roger) porque no va a morir y también lo llama profesor en una burla cariñosa. Pero sin ánimo de hacer daño. Nada de lo que se dicen es ya con ánimo de herir al otro. Al contrario. Se tratan como lo que son: familia. Y nosotras podríamos estar todo el día mirándolos embobadas porque estamos bien orgullosas de los dos. Por fin estos dos cabezotas se han dejado de tonterías, se han escuchado y nos han dado una buena alegría.

Después de las bromas, el ambiente se pone serio y solemne de repente. Puede que Jamie ya no vaya a morir pero, aún así, quiere ir con él a atrapar a Bonnet. Esa misma mañana no estaba seguro de poder acabar con él, de traspasar sus convicciones morales y éticas, sus convicciones, a pesar de lo que había hecho pero, tras hablar con Bree y verla tan aterrorizada, tras pensar en las sospechas de Jamie y que se convirtieran en las suyas propias, tras sentir su propio terror en la boca del estómago, ha decidido. Matará a Bonnet. Y será él quien lo haga. Esta vez no va a echarse a un lado y dejar que Jamie lo solucione. Puede que se convierta en un monstruo por ello, no está seguro pero, al menos, su familia no vivirá con la incertidumbre y el miedo a cada paso.

Se acabó apartarse. Roger toma las riendas por primera vez en una acción así, que implique un enfrentamiento (un cambio muy significativo que habla sobre la evolución de Roger y su adaptación a ese siglo si lo comparamos con lo que pasó con los Brown. Roger por fin ha encajado). Esta vez va a ser él quien lo haga. Como padre de Jemmy, como marido de Bree. Debe ser él.

Jamie asiente, acepta que sea Roger. Lo mira con más respeto aún que antes. No se ha achantado y está dispuesto a defender a su familia. Todo lo que siempre ha deseado que el marido de su hija fuera capaz de hacer. Y Roger le acaba de demostrar que lo hará. Todas las dudas de Jamie son ya cosa del pasado, Roger le ha demostrado todo lo que tenía que demostrarle. Confía en él y lo respeta. Roger se lo ha ganado y, por fin, ha obtenido lo que tanto necesitaba y deseaba sin darse apenas cuenta de ello.

Más tarde, Claire va a ver a Jamie. Ella ya se ha dado cuenta de que él pensaba que iba a morir y por eso quiso que lo llevaran a su propia cama, para morir allí. Ella también lo conoce como la palma de su mano. Parándonos aquí un momento, me gustaría comentar que me hubiese gustado que esta parte la dejaran exactamente con en el libro. En él, Jamie no solo se acuesta junto a Claire en su cama si no que también deja la puerta de la habitación abierta para escuchar a sus nietos correteando por la casa, a sus hijos y yernos hablando…en definitiva, para escuchar a su familia.

Es un momento muy emotivo y significativo en el libro, Jamie quiere morir con su esposa en los brazos, escuchando la gran familia que han formado juntos. Aunque la serie lo adapta bien, me hubiese gustado que no hubieran modificado nada y lo hubiesen plasmado tal cual el libro. 

Dicho esto, seguimos con la escena. Jamie le confirma a Claire sus sospechas y se sincera con ella. Le confiesa que estuvo a punto de perderse en la oscuridad, que estaba resignado a morir…pero eso fue antes. Antes de que eligiera no hacerlo. Esa noche, con su toque, ella lo trajo de vuelta al mundo de los vivos. Su cuerpo y su mente ya lo habían abandonado y vio como una especie de túnel…fue entonces cuando supo que podía elegir. Podía elegir si cruzaba y seguía adelante en la otra vida…o no lo hacía y volvía atrás, a la vida, junto a ella. Y quería hacerlo, realmente quería cruzar para liberarse del dolor, a pesar de lo que dejaba atrás. 

Pero no lo hizo. Claire hace la conexión. Ese fue el motivo por el que, desesperado, le pidió que lo tocara, que no lo dejara ir. Jamie vuelve a confirmar sus sospechas. Entonces le coge la mano, la aprieta entre las suyas, la mira a los ojos y con la verdad escrita en ellos le confiesa que eso, su toque, era lo único que lo traería de vuelta. Claire tiene lágrimas en los ojos, está emocionada pero, ¿por qué se quedó? Si Jamie tuvo esa opción, si quería cruzar…¿por qué decidió volver a ella? La respuesta es simple: “you need me”. Ella lo necesita, una verdad tan grande y tan sencilla como esa. 

Sin embargo, Claire se da cuenta de que Jamie no se quedó porque la amara, solo porque ella lo necesitaba (y realmente lo hace). Pero para Jamie eso no hace falta ni decirlo. Por supuesto que la ama. Y aquí el rey de los hombres nos vuelve a conquistar y a dejar con las babas colgando. 

¿Alguien más está como nosotras?

Le dice a Claire que no importa si está vivo o muerto, si están juntos o separados, él siempre la amará. Siempre será suyo. Su alma y su corazón le pertenecen a ella. Se pertenecen, ni siquiera la muerte puede cambiar eso. Claire es su corazón, su vida entera. Así que su amor no era un motivo para volver porque esté donde esté, su amor jamás acabará. ¿Cómo no amar a este hombre? ¡Pon un Jamie Fraser en tu vida! 

Claire está tan emocionada como nosotras y sonríe entre lágrimas. El amor de Jamie es tan sincero, tan grande, tan inconmensurable y eterno…como el suyo propio. Sentirse tan amada, tan especial…es algo que no había sentido nunca con nadie hasta que lo conoció. Y no lo cambiaría por nada. Lo ama tanto…su corazón es suyo.  

Pero Jamie aún no ha acabado. También eligió quedarse porque hay una guerra llamando a sus puertas. Dios le encomendó la misión de protegerlos y no piensa fallar, no importa lo que le cueste. Claire no puede parar de llorar, esta vez de emoción, de alegría, de alivio porque Jamie eligiera quedarse junto a ella.

Solo…lo acaricia, lo toca, para que la sienta, para que su toque lo queme y lo haga sentir tan vivo como el toque de Jamie le hace sentir a ella. Y se lo dice. Sea cual sea la razón para su elección, eligió sabiamente. Fue la decisión correcta porque ella lo necesita. Sin él…sin él su vida simplemente no merece llamarse así. Claire lo besa, imprimiendo todo el alivio y todo el amor que siente en ese beso, dejándolo marcado a fuego en los labios de Jamie y alargando ese beso tanto como la duración de su amor: hasta el infinito. 

Es una preciosidad de escena calcada del libro. Cuando lo leí me emocioné tanto. Ahora lo he vuelto a hacer viéndolo. Lo he sentido absolutamente todo. Todo lo que debía sentir. Cada una de las escenas de Jamie y Claire en este episodio me han llegado al corazón, son especiales y hermosas en su complejidad, incluso en su tristeza, pero esta…me ha marcado. Es mi favorita de toda la temporada y ya os digo que está en mi top 5 de toda la serie. ¡Bravo! No puedo decir más que eso. Chapó. 

En otro orden de cosas, ¡adoro a Claire y a Marsali juntas! Este episodio cumple mis deseos de ver más escenas de ellas y de que muestren su estrecho vínculo. En un primer momento, Claire está revisando a Marsali para comprobar que todo este bien ante la inminente llegada del bebé. Y Marsali se atreve a decirle algo que siente desde hace mucho pero nunca le había dicho antes: que quiere que este ahí. No solo como doctora si no como madre. Claire solo puede sonreír emocionada y contenta de que Marsali le pida algo tan especial. 

Pensar lo lejos que han llegado en su relación…Marsali detestaba a Claire pero, al conocerla y comprobar que es la felicidad de Jamie no ha podido más que quererla. Claire siempre la ha tratado como una madre trataría a su hija y no debió ser fácil para ella…pero lo hizo. Ese cariño fue creciendo hasta que de verdad la veía como una hija y Marsali, sin darse cuenta, la veía como una madre. Su verdadera madre está tan lejos…pero Claire está ahí, apoyándola, sosteniéndola, aconsejándola. Siendo su madre. 

Y quiere que siga estando ahí en un momento tan importante como el nacimiento de su bebé. Quiere que ella le coja la mano y le diga que todo va a salir bien. Que la ayude a conseguir traer una nueva vida al mundo. Como haría una madre, porque eso es justo lo que es para ella. Ese cariño es recíproco. 

Marsali no se lo había dicho antes porque en cierto modo se siente avergonzada de cómo la trató y de lo que pensaba de ella cuando se conocieron. La juzgó erróneamente dejándose llevar por lo que su madre metió en su cabeza. Tras ver las cosas por sí misma y formarse su propia opinión, Marsali estaba demasiado avergonzada como para reconocerle a Claire lo que sentía por ella realmente. Así que decidió simplemente dejarlo atrás y hacer borrón y cuenta nueva. No tenerlo en cuenta al igual que Claire no lo tenía. Pero Marsali se lo tenía que decir, necesitaba que Claire supiera que ella es importante para ella y qué mejor demostración que esa. Pedirle que esté junto a ella en el nacimiento de su bebé como una madre. Es maravilloso. Claire se ha emocionado y nosotras también. ¡Ración de muffins por aquí, gracias! 

Sin embargo, los deseos raramente se cumplen cuando la vida tiene otros planes. Marsali se pone de parto de improviso. Están en un lugar algo apartado, el bebé ya está aquí y no hay modo de que Claire llegue a tiempo, a pesar de los deseos de Marsali. Así que a un aterrorizado Fergus no le queda más remedio que asistirla. El pobre no sabe dónde meterse y hubiese preferido que se lo tragara la tierra, tiene miedo de que algo salga mal y de no poder ayudar a Marsali…y asistir en un nacimiento hace que le tiemblen las piernas, no es cualquier cosa. Pero Fergus está a la altura y le dan la bienvenida a una preciosa niña.

Una vez que las cosas en el Cerro están calmadas y arregladas, Claire examina y conoce a Félicité, la pequeña hijita de Fergus y Marsali – con la que se nos cae la baba de lo mona que es -. Es una pequeña sana y fuerte y, aunque a Claire le hubiese gustado estar para traerla al mundo y apoyar a su hija, está feliz de que todo haya salido bien. 

Esto es una pequeña desviación del libro ya que en él, Fergus y Marsali tienen una hija llamada Félicité pero utilizan el nombre de Claire como su segundo nombre. Me hubiese gustado que dejaran su segundo nombre porque siempre me pareció un bonito gesto de parte de Marsali y Fergus. Un símbolo que habla de que para ambos, Claire es su madre. Lo confesamos: ¡morimos porque Marsali empecé a llamarla madre Claire! 

Como apuntes extra, tengo que decir que me sigue gustando que nos presenten los episodios con la voz en off de Claire, como lo hacían en las primeras temporadas. Y que ya sabemos por qué la mardición de la bocachancla de Lizzie no ha surtido efecto: Roger ha pisado un mojón y todo el mundo sabe que eso da suerte. Caso cerrado.

Y ya está

En definitiva, se confirma la tendencia de que el episodio 9 es el mejor de todas las temporadas. Este es mi episodio favorito de lo que llevamos de la season 5. Mientras que una trama era claramente la principal, no ha sido una limitación, al contrario, ha sido el hilo conductor a través del cual han desarrollado otras subtramas del episodio, se han resuelto tramas centrales de la temporada y también hemos visto interacciones entre personajes realmente necesarias y que rara vez se dan. 

El equilibrio entre personajes sigue siendo perfecto. En esta ocasión, el peso narrativo ha vuelto a los personajes troncales, Jamie y Claire. Pero cada personaje encuentra su hueco y su trama para brillar con luz propia, dentro de su propia historia, perfectamente ensamblada y armonizada con el resto de tramas. Magistral. Este es el episodio de Sam, sin ninguna duda, está enorme y sublime. Ojalá la industria le diera el reconocimiento que se merece. Pero también es de destacar la fuerza de Claire, su fortaleza, maravillosamente interpretada por Cait. Esa resistencia de Claire, esa fuerza capaz de aguantar carros y carretas por las personas que ama y de ser fuerte por ellos mientras pone una sonrisa nos recuerda por qué amamos a este personaje y nos enamoramos de su historia hace ya unos cuantos años. Impresionante y admirable.

Hay diálogos prácticamente calcados del libro y los que no están perfectamente adaptados. Ha sido un episodio lleno de tensión, de emotividad. Nos han tenido una hora entera pegados a la pantalla, disfrutando de lo personajes, sufriendo con ellos, viviendo esta historia con ellos. Siempre pienso que los mejores episodios de las series, en especial de Outlander, es cuando logran que todo lo demás desaparezca de nuestras mentes y de nuestras vidas. Solo existe el episodio. Y, de repente, nos alejamos del siglo XXI y estamos en pleno siglo XVIII, en el Cerro, dentro de la cirugía de Claire, preocupándonos por la salud de Jamie. No solo ves el capítulo si no que formas parte de él. Lo vives. Está ahí con los personajes sintiendo lo que ellos sienten. 

Durante una hora, igual que pasa con los buenos libros, vives otra vida diferente. Pocos episodios consiguen esa capacidad de inmersión en la historia. Ese ensamblaje tan perfecto entre realidad y ficción. Esto es lo que ha sucedido en este episodio. Esa capacidad de envolver al espectador para meterlo dentro de la pantalla y de hacerle sentir todo lo que sus personajes viven es magnifica. Sí, tienen errores. Nada es perfecto. Pero esos pequeños fallos no desmerecen este gran capítulo. Seguimos viendo una serie que no se limita a sí misma, que sigue su propio camino. Y qué gran camino es. Bien dicen que la escritura es un arte, episodios como este ejemplifican a la perfección por qué.  

Y hasta aquí la crítica del 5×09 de Outlander. Nos leemos el lunes que viene con la review del 5×10 “Mercy Shall Follow Me”. ¿Y a vosotros qué os ha parecido el episodio? ¡No dudéis en comentármelo! Y recordad que esta noche podréis ver el episodio a las 22:00 en Movistar Series.

Por Raquel.

Imágenes propiedad de Starz.


¡No te pierdas nada!

Síguenos en nuestras redes y échale un ojo a todas las novedades. Recordad que podéis encontrar merchandising de vuestras series favoritas aquí, en la tienda online de Seriéfilos Enfurecidos.

The following two tabs change content below.

Raquel Morales

Un día descubrí las series, al día siguiente internet y mi vida muggle se fue a la basura. Escritora a tiempo completo, y fangirl como modo de vida.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Outlander 5×09 Review: “Monsters and Heroes”

de Raquel Morales Tiempo de lectura: 68 min