Outlander 5×03 Review: “Libre albedrío”

¡Bienvenidas una semana más sassenachs! Tras el capítulo anterior, Outlander vuelve con “Libre albedrío” un episodio que aumenta el ritmo y la calidad. Jamie y Claire vuelven a estar juntos en pantalla y nos enamoran con la magia que sólo juntos nos pueden hacer sentir, mientras que los personajes se enfrentan a conflictos emocionales que marcarán la temporada. ¡Vamos de visita al Cerro Fraser!

El episodio comienza con el reencuentro de nuestra pareja favorita: Roger y Bree. 

¡Que no! Ni en nuestras mejores pesadillas. Nos referíamos a Jamie y Claire. Él vuelve a casa, al hogar. Jamie se toma un momento para absorber el hecho de que vuelve a estar allí. Mira hacia su casa, sabe que Claire está dentro, probablemente en un sueño tranquilo, al calor del fuego, resguardada por una manta, a salvo e inocente, sumergida en el mundo de los sueños…el anhelo en su mirada y su expresión de felicidad, esa que dice que por fin está en casa, expresa más que cualquier otra cosa. 

Jamie entra en su casa, silencioso, para no despertarla. Quiere tomarse un momento para contemplarla, para beberla. Cuando la ve ahí, en la cama que comparten, sumergida en el mundo de los sueños, tan inocente, tan frágil, tan fuerte, tan preciosa, tan pura, tan perfecta, tan suya…solo puede dar gracias porque ella apareciera en su vida, porque lo ame y lo haya elegido a él, aunque Jamie aún cree que no merecía ser bendecido de esa manera. Así que recita su bendición en gaélico, la misma que le escuchamos en la season 2. Y nos ha pasado lo mismo que entonces, que nuestras pelucas – y lo que no son nuestras pelucas – han volado a Marte y nosotras nos hemos caído al suelo en un chorro de babas. 

Claire tiene el sueño ligero, inconscientemente esperando precisamente esto: su vuelta. Así que cuando oye a Jamie se despierta y solo lo toca, bebe de él igual que él bebe de ella, de su presencia, de que realmente está ahí. Parece un sueño, Claire no está segura del todo de que no lo es. Demasiadas noches esperando. Demasiadas noches soñando con ese momento. Pero lo está tocando, lo está sintiendo…es real y está ahí. A su lado otra vez, de donde nunca debería irse. De donde nunca lo va a dejar irse de nuevo. 

Entonces pronuncia su nombre, con alivio, con un anhelo, con un amor insondable, que se refleja en sus ojos. Es apenas un susurro al viento. Una palabra apenas susurrada en la oscuridad de la noche. Pero que contiene tanto poder, tanto sentimiento…es como si Claire hubiese estado ahogándose y hubiese vuelto a respirar justo en ese momento en el que tiene a Jamie de nuevo con ella. Porque ha vuelto a encontrar su hogar. Jamie es su hogar, su ancla, su corazón, su todo. Claire puede volver a respirar cuando lo ve porque por fin se siente en casa. 

A Jamie le pasa lo mismo, Claire es su hogar, su refugio, su vida entera. Estar separado de ella es estar separado de su propio corazón. Simplemente le falta la mitad de sí mismo, una mitad que necesita para seguir viviendo y funcionando. Estar sin ella es un infierno. Y ahora, en sus brazos, por fin vuelve a estar en casa. 

Tocarse…solo tocarse el uno al otro para sentirse es suficiente. Necesitan ese toque para convencerse de que están ahí, de que están vivos y de que están juntos, para sentir la presencia del otro como un bálsamo que cura todo lo que han sufrido. No dicen nada. No necesitan las palabras, sus cuerpos y sus ojos dicen todo lo necesario y mucho más. Tienen esta, esta conexión tan profunda que cuando se miran, sus almas están en contacto, hablando un idioma que solo ellas entienden. Y todo eso podemos sentirlo, casi podemos tocarlo con los dedos. Y es precioso.

Una vez que la emoción de reencontrarse ha pasado un poco, Claire le pregunta por su bendición. Quiere saber por qué está agradecido. Y Jamie Fraser es quien siempre ha sido: el rey de los hombres. Le contesta que está agradecido por ella, por solo la visión de ella, es un bastardo con suerte. Nosotras ya estamos deshidratadas de tantas babas que soltamos con este hombre pero es que no es para menos. ¿Puede haber algo más lindo que esto?

Mientras intentamos volver a hidratarnos, Claire y Jamie se ponen al día. Él le cuenta todo lo que sucedió en su aventura con Knox. Le habla de los presos, de lo que sintió, de lo que hizo Knox, de lo que tuvo que hacer él…se siente mal, se siente culpable, atrapado. En una encrucijada sin salida. Le caía bien Knox pero se dio cuenta de lo que era capaz de hacer…y del extremo al que llegaría él mismo por seguir jugando entre dos fuegos. Y no está seguro de estar bien con eso.

No está seguro de nada. Pero Claire lo apoya y lo consuela. Las cosas no son fáciles pero ahora, Murtagh está a salvo. Sigue vivo y bien. Él esquivó una bala al despistar a Knox lo suficiente como para que no diera con su rastro. Y está en casa. Están juntos. Lo que sea que tenga que venir lo enfrentarán al día siguiente pero en ese momento, debe pensar en él aquí y en el ahora porque no puede hacer nada sobre lo demás. 

Jamie sabe que tiene razón pero no va a tener mucho tiempo para ello. Debe reclutar a una milicia. Los necesita para lo que vendrá. Esa parada en casa es corta. Solo necesitaba volver aunque fuera por tan poco porque estaba agotado física y mentalmente…pero pronto deberá volver a partir. 

Jamie no es el único que tiene novedades. Claire le cuenta absolutamente todo, desde Marsali y su intento de crear penicilina hasta su determinación a que Roger y Bree vuelvan a su tiempo, a un tiempo más seguro. Esto último a Jamie no le hace ninguna gracia y no está de acuerdo. Su hija…la acaba de conocer, la está empezando a disfrutar, a ganarse su cariño…renunciar a ella ahora sería…horrible. Lo rompería. Una parte de él se iría con ella

Casi podía soportar la separación cuando creía que nunca la iba a conocer. Pero ahora que lo ha hecho, ahora que ha tenido la oportunidad de realmente convivir con ella, de conocerla, de forjar una relación padre e hija con ella, de saber lo que se había perdido…ahora despedirse de ella, perderla para siempre es demasiado doloroso, es desolador. Es impensable. 

Aquí está el dilema, ¿es mejor mantener a nuestros seres queridos a nuestro lado o dejarlos ir para que estén más seguros? Claire lo tiene claro, en cuanto a Jamie…él desea como Claire que su hija y su nieto estén seguros. Pero desea poder tenerlos a su lado también, se jura en silencio a sí mismo que los protegerá de lo que sea. Pero nadie te puede proteger de una guerra, ni siquiera Jamie Fraser, y Claire lo sabe. En su tiempo, habría menos peligro. 

Ella ya ha pasado por ya separación así con Bree. Un adiós para siempre. Una parte de sí misma se quedó con ella pero sabía que era lo correcto. Ahora está en la misma situación. Jamie aún debe llegar ahí. Que precisamente ahora deba renunciar a su hija y para siempre. Saber que nunca más la podrá ver, hablar con ella, abrazarla, demostrarle cuanto la quiere, saber que no podrá ver crecer a su nieto y enseñarle todo lo que un abuelo le debe enseñar a su nieto…es demasiado horrible como para pensar en ello. Pero Jamie sabe que Claire tiene un punto aquí, aunque eso le destroce el alma y el corazón, ella tiene razón: estarán más seguros en su tiempo. Y por encima de él, de sus deseos, está la seguridad de Bree y el niño. Siempre. 

Afortunadamente, no es algo que deba contemplar ya. Aún falta saber si Jemmy puede cruzar y si merece la pena el riesgo. Pero ese dilema está ahí, pendiendo sobre sus cabezas…y en algún momento deberán enfrentarse a él.

Así como están las cosas, Claire decide irse con Jamie a reclutar a la milicia que necesitan. Él quiere que vaya, desea tanto que vaya, la necesita…pero, a la vez, quiere que se quede a salvo y cómoda en el Cerro. No quiere volver a ponerla en peligro ni a llevarla de un lado para otro, durmiendo al aire libre y cabalgando todo el día. Pero Claire prefiere eso que estar en el Cerro sin él. Ella también lo necesita. Y ha hecho su elección. Igual que todos. 

Murtagh decidió luchar con los reguladores, Jamie debe hacerlo con La Corona, todos han tomado sus decisiones propias y ella también lo ha hecho. Ira con Jamie. Él la necesita, necesita sus conocimientos médicos por lo que pueda suceder y eso es algo que no puede negar, así que es el argumento que utiliza para convencerlo. Pero Jamie ya está convencido, solo se negaba por ella pero ha sentido que Claire tenía la misma necesidad que él de estar juntos, fuera donde fuera, de no separarse más. 

Ya estuvieron separados tanto, veinte largos años…y eso ha tenido sus consecuencias. Les ha causado una sensación extraña el estómago y un dolor sordo en el pecho cuando sus caminos se separan, aunque sea por unos pocos días. Y es algo que no desaparece hasta que vuelven a reunirse. Es horrible para los dos y no desean volver a sentirlo nunca más. Y sí, Jamie la necesita, siempre lo ha hecho y siempre lo hará. Necesita sus conocimientos, su presencia, sus consejos…necesita todo de ella y eso nunca va a cambiar. Claire siente lo mismo por él así que no hay más que pensar. Viajarán juntos. Es simplemente hermoso. 

Una vez decidido el viaje de la pareja para reclutar a una milicia, Jamie necesita anunciarlo y, para eso, llama a Fergus y se lo encarga. Creo que todos hemos sentido la emoción que irradiaba de Fergus, las ganas de hacer algo. Él necesitaba sentirse útil. Sabe que no puede enrolarse en la milicia y luchar en el campo de batalla junto a los demás pero necesita hacer algo. Tiene que sentirse útil. Necesita ayudar cómo pueda a su padre. Por eso, cuando Jamie le pide ayuda, Fergus rebosa de emoción y simplemente no puede esperar a ayudarlo, como sea. Así que se pone a ello. 

Esto es muy importante para Fergus. Él sabe que la pérdida de su mano vino con limitaciones y en esta situación de guerra en la que hay que luchar y él no puede, corre el riesgo de sentirse como un hombre incompleto, inservible. Pero Jamie lo tiene en cuenta porque para él no hay ninguna diferencia. Para Jamie, que Fergus no tenga mano no es un problema y lo incluye. Exactamente de la misma manera a cómo lo incluiría si tuviera su mano. Exactamente de la misma forma a cómo lo incluyó cuando se conocieron y lo adoptó en Paris. Porque, para Jamie y para toda su familia, nada cambió cuando aquel desgraciado le cortó la mano. Y ese hecho conmueve a Fergus y lo hace sentirse de la misma forma sobre sí mismo, incluso en los peores momentos. 

Tras la decisión de Claire de irse con Jamie, ella quiere dejarlo todo lo más preparado posible. Ha estado ilustrando a Marsali tanto en las bondades de la penicilina como en su preparación. De hecho, Marsali ha terminado sospechando de los conocimientos tan avanzados de Claire. Ella ha salido del atolladero como ha podido pero…¿nos estarán preparando para la revelación de la verdad?

Para Claire, la creación de la penicilina ha sido ensayo y error, varios de ellos. Pero ella tiene paciencia y sabe que lo terminará consiguiendo. Le ha ido ensañando a Marsali lo que debe hacer y ella está todo lo lista que puede estar cuando llega el momento de partir. Aunque nunca viene mal un último repaso, como toda madre que se precie. 

Claire me ha recordado más que nunca a una madre. Estaba nerviosa, intentando asegurarse de que Marsali lo tenía todo controlado y de que no se le olvidaba nada. Aunque sabía que ella estaba preparada, necesitaba repasar todo una y otra vez intentando calmar sus propios nervios. Es la primera vez que Claire va a dejar el Cerro por un tiempo desde que se decidieron a establecer un hogar allí. Hay tantas cosas que podrían pasar…tanto en su misión lejos como en el mismo Cerro. Así que está nerviosa por alejarse de su hogar y de su familia por primera vez. Tiene miedo de que la necesiten y ella no esté…pero no tiene nada de lo que estar nerviosa: el Cerro se queda en las mejores manos, con Marsali y Brianna al frente. 

Me encantan estos pequeños momentos típicos de madre-hija entre Claire y Marsali. Claire ya hace tiempo que la ve como una hija más y para Marsali, aunque sin esperarlo y casi sin quererlo, Claire se convirtió en una figura materna, en otra madre para ella. Su relación ha avanzado tanto…por eso me ha faltado un abrazo bien sentido como despedida entre ellas. 

Lo cierto es que echo de menos más escenas entre ambas. Su relación ha cambiado, ha crecido, ahora se sienten como familia pero solo nos dan unos pocos momentos para disfrutar de eso. Creo que faltan escenas entre ellas que nos muestren ese cambio y, por supuesto, ha faltado ese abrazo en esta despedida. Espero que ahora que Marsali va a estar ayudando a Claire, las escenas entre ellas sólo acaben de empezar. 

El abrazo que sí ha existido ha sido entre Claire y Brianna. En su despedida, Claire le ha confesado a Bree que estaba nerviosa, que no quería dejarla sola. Hace años, cuando los tambores de guerra estaban empezando a sonar en Escocia al igual que están sonando en ese momento en América, ella solo tenía a Jamie y Murtagh por los que preocuparse. Y nunca los tuvo que dejar, no hasta el final. Pero ahora es distinto, deja a sus hijos allí, y a todas las personas que conviven con ellos. 

Bree intenta tranquilizarla, ellos estarán bien, y ella volverá pronto. Debe irse y todo estará controlado, no es como si se despidieran para siempre. No es como cuando se despidieron en el siglo XX. La echarán de menos pero esto es lo correcto. Se abrazan muy fuerte, se aferran la una a la otra para recordar ese abrazo cuando estén lejos. Claire necesita a su hija…y Bree necesita a su madre más que nunca, aunque Claire no tenga ni idea de por qué. Pero lo hace…aunque debe dejarla ir. 

Tras esta despedida, hay una breve mirada entre Bree y su padre. Ella tiene una mirada angustiada, le está suplicando que los mantenga a salvo, a su madre y a Roger…y que también se mantenga a salvo él. Porque no puede perderlos a ninguno de los tres. El asentimiento de Jamie y esa media sonrisa le hace saber a Bree que lo ha entendido y le ha hecho una promesa silenciosa: los mantendrá a salvo, estarán bien y los tres volverán junto a ella. 

Si bien esta escena es muy bonita por cómo se hablan y entienden con la mirada, merecemos más. Falta mucho más. Faltan palabras y un abrazo. Bree y Jamie son padre e hija y no han tenido una despedida apropiada. Hay tiempo para una despedida entre Claire y Bree pero no entre ella y Jamie. ¿Por qué? Ambos son los padres de Bree y deben buscar tiempo hasta de debajo de las piedras si hace falta para que ambos padres tengan una despedida apropiada con su hija. Francamente, prefiero ver eso que ver cómo unos panes se vuelven mohosos como un intento de crear penicilina. 

Por supuesto, entiendo que es necesario ver esos panes mohosos para que veamos que la penicilina no se ha creado de la nada, pero puestos a elegir…prefiero despedida entre Jamie y Bree #sorrynotsorry. 

Y ya no hay excusas para no tenerla. Al principio de su relación, ambos caminaban sobre cáscaras de huevo entre ellos, todo era demasiado frágil para saber qué decir, para sentir realmente lo que se decía. Después, todo el error de Jamie que llevó a que Roger fuera vendido a los indios estalló y la relación entre ellos no era la mejor. Bree estaba demasiado enfadada y Jamie se sentía demasiado culpable como para despedirse apropiadamente. Pero, más tarde, cuando todo se solucionó, tampoco vimos cómo se reconciliaban. 

Ahora que todo eso ha pasado, que su relación está avanzando, que se sienten como padre e hija y no hay nada que los separe…tampoco vemos una despedida apropiada entre ellos. Parece que siempre hay tiempo para todo excepto para una conversación oportuna entre padre e hija, máxime cuando se van a separar y una despedida está en orden. Y esta falta de conversaciones reales me está empezando a cabrear ya. Necesitamos ver a padre e hija hablar, al menos, hablar. 

Es que se pueden contar con los dedos de una mano los momentos en los que realmente han hablado y no peleado, solo hablado para conocerse y que lo que sienten por el otro, su relación como padre e hija, crezca. Así a voz de pronto, solo me viene a la mente el episodio 4×09, que fue cuando ambos estuvieron por primera vez juntos, y la pequeña conversación en el episodio 1 de esta temporada. Nada más. Y no puede ser. 

Brianna y Jamie llegan a ser realmente cercanos. Jamie la quiere con todo su corazón y Brianna siente lo mismo. Lo siente como un padre y se convierte en un pilar en su vida. En un pilar tan importante como lo es su madre, de hecho, creo que un poco más que ella. Su relación crece de tal forma que tanto Claire como Jamie, ambos, son imprescindibles en su vida. En definitiva, Jamie y Bree logran recuperar todo el tiempo perdido y construir una completa y verdadera relación entre padre e hija. Pero para llegar a eso, realmente deben construir esa relación. Y no pueden hacerlo si los personajes apenas hablan. Así que espero que esto no se vuelva a repetir y a partir de ahora, veamos a padre e hija construir la relación que tanto ellos como la audiencia merecemos. 

Después de esta despedida altamente insatisfactoria entre padre e hija, hay una mini escena de despedida entre Roger y Bree. Aunque no tengo nada que decir de Roger en este capítulo, ni bueno ni malo, – por el poco guión que tiene – sí que tengo que decir que me ha parecido tierna esa pequeña escena. Al igual que verlo a él junto a Jemmy, adorable. En cuanto a él y Bree, ambos se quieren, saben que tienen mucho de lo que hablar y que arreglar. Tienen que comunicarse, que es el gran problema de esta pareja, que no se comunican. 

Ahora mismo, hay un océano de cosas no dichas y secretos que están creando un muro entre ellos…pero dejan todo eso a un lado y solo se centran en lo que los une: lo que sienten el uno por el otro. Se centran solo en eso para despedirse porque ambos saben que correrán peligro y si sucede lo peor, no quieren que último recuerdo, sea un reclamo o un enfado, si no todo lo contrario. Roger y Bree en pequeñas dosis están bien…pero que no me den muchas dosis de ellos porque me empacho. 

Ya en camino, Jamie recibe la confirmación de que Bonnet está vivo y no duda en llevar a parte a Claire y decírselo. No quería estropear el momento de la boda y después no hubo tiempo porque él se tuvo que ir, por eso no se lo dijo pero ahora están juntos y tiene la confirmación en la mano. Ambos se comunican. Bree y Roger, aprended de los maestros en esto, por favor y gracias. 

La reacción de Claire es una mezcla de rabia y horror. Le horroriza que ese desgraciado siga con vida y pueda dañarlos y le da rabia que no haya muerto, debería haberlo hecho. Pero ahora, toca ser prácticos. La primera pregunta es obvia, ¿lo sabe Bree?, cuando Jamie le confirma que no, ambos están de acuerdo en que no deben decírselo. Y vamos a pararnos un momento aquí. 

Entiendo la premisa de unos padres que quieren proteger a su hija y no quieren hacerle daño. No quieren que ese desgraciado vuelva a ser una sombra en su vida, no quieren que vuelva a perseguirla en sus pesadillas. Lo entiendo. Pero, ¿Bree no se merece saberlo? Ese desgraciado puede buscarla a ella y a su hijo. Ella, por idiota, le habló del niño y ahora ellos dos están en peligro. Si Bree lo sabe puede estar alerta, puede estar preparada y tomar sus precauciones. Si no lo sabe, Bonnet puede tomarlos a todos desprevenidos. 

Además, ese miserable ultrajó a Bree, ella y su trauma están irremediablemente conectados a él. Hasta que ese asqueroso cerdo se muera y ella pueda ver su cadáver. Hasta que sepa que no les va a poder hacer más daño, ni a ellos ni a nadie. Puede que sea una pesadilla, que sea una conexión siniestra y horrible, una conexión que ni ella, ni Jamie ni Claire ni nadie quiere que exista, pero existe. Y Bree se merece saber que ese desgraciado está vivo porque es algo que le afecta directamente. Incluso merece ser ella la que se vengue a sí misma si siente la necesidad de ello. Merece decidir qué quiere hacer. Bree se merece la verdad. 

Por supuesto, ni Jamie ni Claire saben que Bree ya descubrió esa verdad el mismo día de su boda y eso cambió todo su mundo. No ha podido quitárselo de la cabeza desde entonces. Bree no los ha enfrentado ni les ha pedido ayuda, aunque debería haberlo hecho y ellos, están decididos a guardar silencio. Así, como sucede con Roger, entre sus padres y Bree empiezan a haber secretos y cosas no dichas que no deberían estar ahí. Eso, a parte de desgastar la relación con sus padres, es como una bola de nieve que cada vez se hace más grande, y Bonnet puede tomar ventaja de eso. Todo explotará por algún sitio, estoy segura. Y no será bonito. 

Siguiendo con la escena, Claire conoce a Jamie perfectamente y sabe que tiene intención de vengarse. Quiere vengar a su hija y expiar a la vez su propia culpa, porque él sigue sintiéndose culpable de haber salvado a Bonnet. Y no descansará hasta que esté muerto, sea a manos de La Corona o, preferiblemente, a sus manos. 

Claire sabe que no hay nada que pueda decir o hacer para cambiar esa determinación de Jamie. Él nunca dejaría libre al violador de su hija. Habría olvidado algo que le hubiera hecho a él, pero nunca perdonaría ni olvidaría una ofensa a su familia, que aterrorizara a Claire y que violara a su hija. Nunca dejará que ese hombre siga su camino como si nada. Así que Claire solo desea que lleve cuidado. Ambos saben cómo es Bonnet y no jugará limpio, ese desgraciado no tiene honor, Jamie sí, y solo quiere que esté alerta porque puede usarlo contra él. Jamie en ningún momento niega sus intenciones, sabe que sería absurdo y Claire se merece más que eso. Solo le hace saber que tendrá cuidado y volverá a ella. Siempre. 

La relativa tranquilidad que Claire, Jamie, Roger y el resto mantenían pronto se rompe por la aparición de los hermanos Beardsley. Joshía, al que conocimos en el episodio 1, tiene un hermano del que nadie sabía nada y ambos están huyendo desde hace un tiempo. Eran esclavos y su amo los maltrataba, tanto que el hermano de Joshía se quedó medio sordo. Han estado sobreviviendo como han podido. 

Esto obliga a Jamie y Claire a cambiar sus planes. Deben conseguir los papeles de propiedad de los hermanos para que no haya ningún problema y quieren investigar por sí mismos esa casa y hablar con él desgraciado que ha tratado así a unos niños. ni ellos ni Roger soportan las injusticias y no pueden comprender cómo alguien maltrataría así a otro ser humano y mucho menos a un niño indefenso, no hay más une ver sus caras de consternación, rabia, impotencia y asco que ambos ponen- y yo me siento igual -.

Pero si ellos se van…Roger debe quedarse a cargo de la milicia. Debe liderar a todos los hombres. Es el segundo al mando de Jamie y le corresponde a él continuar la misión de reclutar a más hombres. Jamie no está muy contento con eso porque no sabe si Roger está a la altura, no cree que pueda ser un líder…pero sabe que no le queda otro remedio. No puede desairar a Roger de esa forma, su honor no se lo permite y sus hombres no lo entenderían, porque lo pueden tomar como una debilidad en su liderazgo y retirarle su confianza. 

Así, Jamie le encarga a Roger que continúe reuniendo hombres para la milicia. No es solo una misión cualquiera. Roger es consciente que Jamie no confía en él para la tarea y solo se lo encarga por salvaguardar su honor y las apariencias. Así que sabe que este encargo es clave. La misión puede cambiar la forma en que Jamie lo ve. Puede demostrarle de lo que es capaz y hacer que empiece a confiar en él, que lo respete. Puede hacer que se empiece a ganar su lugar, tanto como su segundo como en su corazón. 

Para Jamie, también es clave esto. Sea como fuere, Roger tiene esta oportunidad para demostrarle todo lo que necesita saber sobre él. Le ha dado esta oportunidad obligado por las circunstancias pero eso no quiere decir que no se la esté dando de verdad. Una oportunidad para comprobar si Roger realmente puede conseguirlo. Si pasa esta especie de prueba inesperada, él empezará a verlo con otros ojos y a creer que puede ser merecedor de su hija, a creer que puede proveer para ellos, a empezar a respetarlo de verdad y a pensar que ha estado equivocado con él todo el tiempo. Le dará una oportunidad.

Ambos son conscientes de que esto no es solo una misión: es una prueba de fuego. Así las cosas, Roger le deja claro a Jamie que entiende la importancia de esto, que puede hacerlo y que no le fallará. Le demostrará lo que vale y que es merecedor de estar casado con Bree. Le demostrará que es capaz de proteger a su familia de la forma en la que necesiten. Y ambos se comunican de forma silenciosa. Jamie acepta lo que le dice Roger y sus intenciones, acepta que ha comprendido la gran importancia de esto. Él y Claire se van y la prueba de fuego da comienzo. 

Roger consigue, no sin dificultad, añadir dos nombres más a la lista de la milicia. Y se siente bien, siente que lo está consiguiendo. Ahora, en ausencia de Jamie, es el líder de esos hombres y siente que ellos lo ven como tal porque se comporta como uno. De momento, ha empezado con buen bien esta prueba de fuego, ¿conseguirá superarla?

Una vez en la casa Beardsley, Jamie y Claire saben que hay algo raro. Les abre la señora Beardsley diciéndole a Jamie de malas maneras que su esposo está muerto y que se quede con sus esclavos. Pero él necesita los papeles de propiedad para que no haya problemas…y se siente algo muy extraño en el aire. Algo que da escalofríos y está en esa casa. A la que vamos a bautizar la casa de los horrores. 

Mientras la señora Beardsley busca los papeles de propiedad, Claire se pone a husmear y encuentra el pastel. Resulta que el señor Beardsley no estaba muerto, estaba de parranda…y muy perjudicado. Está tirado en el suelo, desnutrido, sin poder moverse ni hablar, maloliente…

Los instintos de doctora se Claire se ponen en marcha e intenta hacer algo por él. En el proceso, se da cuenta de que ese hombre ha sido torturado por su mujer y que ese hombre sólo puede esperar la muerte en ese estado vegetativo en el que está. No puede hacer nada por él. 

Con lo que les había hecho al pobre de Joshía y su hermano, nos imaginábamos que el hombre no era ningún santo. Pero resulta que es un monstruo. En una conversación de la señora Beardsley con Claire, nos enteramos de que había matado a sus cuatro anteriores mujeres y a que a ella la maltrataba desde que se casaron. Él quedó en ese estado y ella aprovechó para vengarse y devolverle todo lo que le había hecho sufrir. 

Esto por su puesto crea un dilema moral. Está claro que lo que hizo esta mujer no está bien y es cruel. Pero es comprensible, la entiendo. Y más en un mundo como ese en el que no tenia nada ni nadie que la protegiera. Estaba sola y ninguna ley iba a castigar a su marido por maltratarla, solo se tenia a sí misma. Así que hizo lo único que creía poder hacer para devolverle al bastardo algo de todo el dolor que le causó.  Francamente, el miserable ese no me da pena. Me da asco…pero, a pesar de verlo así, no me remueve ni un ápice el corazón. 

Cuando saben la verdad, la actitud de Claire y Jamie cambia. Claire se muestra más comprensiva con la señora Beardsley y Jamie incluso piensa en dejar morir al desgraciado ese. Pero, como doctora, es algo que Claire no puede permitir. Un doctor trata a sus pacientes, sean quiénes y cómo sean, es su deber. No puede simplemente no hacer nada…aunque no se lo merezca.

La señora Beardsley es toda una caja de sorpresas y aún tenía otra guardada: estaba embarazada y se ha puesto de parto. Claire la ayuda y juntas consiguen que nazca una niña…de color. Jamie se da cuenta y tanto él como Claire saben que eso es un problema en esa época. Y, si bien la señora Beardsley no tarda en restregarle al asqueroso de su marido que no es hija suya, es muy consciente de la situación. En esas circunstancias, su destino es ser repudiada y convertirse en esclava. No tendrá una vida fácil. 

Claire, en su conversación con la señora Beardsley, intenta averiguar quién es el padre para que ambos puedan criar juntos a su hija. El padre es un buen hombre pero era un esclavo…no es algo que vaya a tener futuro. Además, también hablan del infierno que vivió esa mujer en ese lugar, él mismo infierno que vivieron Joshía y su hermano, ambos se merecen ser felices. Claire intenta hacerle ver a la mujer que ella también. Pero ella sabe mejor…puede que tal vez lo merezca, pero nunca lo será. No tiene absolutamente nada, más que a una hija que no puede alimentar, cuidar o proveer. 

Claire le menciona que tiene esa casa pero ella no lo entiende. Ese lugar jamás fue un lugar para ella. Solo fue el infierno. No podría seguir viviendo ahí…y no tiene otro lugar al que ir ni a nadie a quien acudir. Está sola. En medio de esa conversación, la mujer se da cuenta de que a Claire no le importa que la pequeña sea de color. No hace ninguna diferencia para ella. Se da cuenta de que Claire no tratará a la niña mal o de forma diferente por ser de color. Se da cuenta de que no la despreciará si no que la querrá y la cuidará sin importar su tono de piel. 

Más tarde, todos deciden descansar por esa noche. Jamie y Claire se acuestan juntos y la señora Beardsley es testigo de la forma en la que se acurrucan juntos, de la forma en la que se buscan aún en sueños, de que se necesitan, de cómo tienen que tocarse, estar conectados, cogidos de las manos…se da cuenta de todo el amor que comparten. Ella sabe que ambos son un matrimonio por amor, bien raro en esa época y que ese mismo amor se lo darán a su hija, a la pequeña que acaba de dar a luz. 

Si la deja con ellos, a la pequeña no le faltará nada. Tendrá un hogar, unos padres amorosos que la querrán sin importar su color de piel, que serán compasivos, cariñosos y honorables. Lo tendrá todo. Todo lo que ella no le puede dar. Así que toma una decisión y abandona a su hija, dejándola a cargo de Jamie y Claire, dándoles también la llave de la libertad de Joshía y su hermano. Sabe que no pueden estar en mejores manos. 

Así, con un bebé en las manos, Jamie y Claire deben decidir qué hacer con el miserable de Beardsley. Jamie quiere acabar con su sufrimiento. Claire no puede hacer nada y llegado a ese punto, es lo más compasivo, lo más humano. Claire acepta a regañadientes que Jamie tiene razón. No puede salvarlo y ese hombre solo sufrirá lo poco que le queda de vida. Pero no es decisión de ellos, si no de él. 

Él no puede hablar pero sí comunicarse de otra forma. Jamie se asegura de que entiende lo que le dice y le pide permiso para acabar con su vida, quiere asegurarse de que es su elección y de que eso es lo que él desea. Ese miserable le da su permiso a Jamie y él le dispara, acabando con su vida. 

Es un momento bastante duro para él porque una cosa es matar en el campo de batalla y otra hacerlo así, a sangre fría. Jamie no siente que pueda hacerlo. Por eso, Jamie necesitaba saber que realmente no lo estaba matando, si no ayudándolo a morir. Él necesitaba saber que todo fue decisión de ese hombre y no suya. Solo así sentiría su conciencia tranquila, sabiendo que no había cometido un asesinato, si no un acto de compasión. De humanidad. Y es justo lo que ha hecho. 

La tortura que estaba sufriendo ese hombre, su sufrimiento, tanto, que lo más humano y compasivo era acabar con su vida, han afectado a Jamie. Lo han hecho pensar. Lo que dejó a ese miserable muerto en vida fue lo mismo que le sucedió a su padre. Y nunca lo había pensado, nunca se lo había preguntado, ¿él sufrió? ¿Vio la vida pasar, con un sufrimiento cada vez mayor que hacía que deseara estar muerto? ¿Qué pasa si lo hizo? Jamie es muy consciente de que su padre sufrió un ataque cuando lo vio ser azotado por el animal de Randall y su muerte es un peso que lleva en su conciencia, aunque no sea culpable de nada. 

Claire lo conoce, sabe que la culpabilidad, los remordimientos y el recuerdo de ese momento lo están consumiendo y llenándolo todo de oscuridad. Así que se apresura a aclararle que Jenny se lo habría dicho, ella no se calla nada y menos algo así. Pero Jamie aún tiene dudas. Quizá Jenny no quiso decírselo para no hacer sufrir…pero Claire insiste, en un intento de convencer a Jamie y de acallar sus propias dudas, en que Jenny lo habría dicho. Ella sabe que, en retrospectiva, Jenny no se habría callado algo así pero es una Fraser y ellos tienen un exacerbado interés en proteger a su familia, a cualquier precio. Si Jenny sabía que algo así haría sufrir a Jamie no es descabellado que no dijera nada para protegerlo. Y Jamie lo sabe. 

Pero necesita creer. Necesita creer que su padre no sufrió y fue inmediato. Que se fue en paz. Creer otra cosa lo rompería. Así que se aferra a lo que Claire dice. Jenny se lo habría dicho. Pero todo eso le ha hecho pensar en lo que él querría. No podía vivir así, no podría…simplemente estar empotrado en una cama con un dolor lacerante que nunca termina. No poder moverse, besar al amor de su vida, hacerle el amor, hablar con ella, con sus hijos o con sus nietos, no poder estar realmente con ellos, ni disfrutarlos. Simplemente estar físicamente ahí pero no estar ahí en absoluto. Eso no es vida para él. 

No consentiría vivir así y le arranca la promesa a Claire de que, si es imposible curarlo, ella acabará con su vida. De que tendrá compasión y le hará irse en paz. Si ese intento de ser humano de esa casa infernal obtuvo esa muestra de compasión de él, sí hasta un ser así se la mereció, él también quiere pensar que, a pesar de todos los pecados que sabe que ha cometido, también lo hace. Necesita que Claire se lo prometa, sabe que ella no romperá su palabra. 

Con todo el dolor de su corazón al solo imaginar una situación así, Claire le jura a Jamie que, si llega el momento, hará lo necesario. Ella ni siquiera puede pensarlo. Es demasiado doloroso, demasiado desgarrador, demasiado desolador…pero, aún así, se lo promete y sabe que lo haría. 

Ella conoce a Jamie y sabe a la perfección que esa vida no sería vida para alguien como él y ella por estar un tiempo más con él, en su presencia, jamás le haría vivir una vida que no querría, por mucho que al perderlo se perdiera a sí misma. No sería egoísta llegado el caso. Lo dejaría ir. Y lo haría ella. Porque Jamie no querría que fuera de otra manera. Aquí está de nuevo el dilema, ¿es mejor mantener a nuestros seres queridos con nosotros o dejarlos ir si es necesario? Claire, como al principio del episodio, ha elegido. 

Este diálogo es directamente calcado del libro y si ahí ya es precioso en su inmensa desolación, aquí simplemente es perfecto. Mágico. 

En síntesis, el episodio sube el ritmo y la calidad del anterior. Se ha hecho corto y nada pesado. Es curioso porque no ha avanzado prácticamente nada en cuanto a trama principal, así que es lento en ese aspecto, pero no se ha sentido así porque se ha desarrollado de forma natural y entretenida. El conflicto emocional está perfectamente explicado, planteado y desarrollado, mucho mejor que en el anterior. Además, el tema que trata es mucho más ameno e interesante que la medicina y la guerra, que son temas realmente aburridos. El episodio anterior es uno de los capítulos que ves una vez por inercia y ya está, y este es uno que repetirías una y otra vez #teniaquedecirlo. 

Por si fuera poco, los protagonistas indiscutibles son Jamie y Claire, corrigiendo la falta de ellos en el anterior. Y cuando ellos comparten escenas y son los protagonistas, la calidad de la serie sube y hay una magia, un sentimiento especial, un no sé qué qué se yo que se siente en el aire que no existe si ellos no están en el episodio. Es que es todo tan especial, esos pequeños gestos, sus miradas, sus caricias, cada vez que se tocan, él cómo se apoyan con todo lo que sea y contra todo lo que venga, incluso la vuelta del “mo nighean donn” de Jamie y el sassenach “only for muy husband”, recordando ese nombre especial lleno de cariño que le dio Jamie nada más que la conoció – aquí, en estos momentos, nos hemos derretido en nuestras propias babas -. 

En definitiva, el ser testigo de la forma en que sus almas encajan y han encontrado a su compañero de vida. Vamos, que preferimos un capítulo que no avance prácticamente en la trama principal con Jamie y Claire en él que uno que avance y tenga a los protagonistas separados. 

Es que hay una diferencia abismal entre lo que sucede cuando Jamie y Claire tienen tramas separadas a cuando comparten escenas. Casi inexplicable. Lo único que se acerca a definirlo es que Roger y Bree (por hacer la comparación en la que todos pensamos, ya que suelen ser los mayores beneficiados cuando los separan) son parte de Outlander pero Jamie y Claire son Outlander. Y por ellos es por los que seguimos aquí cinco años después. Así que me alegro de que nos hayan resarcido y hayan corregido el error que tuvieron el pasado episodio. 

También, creo que este episodio y los dilemas planteados aquí los revisitaremos más tarde en la temporada, cuando esté acabando. Lo que se plantea en el episodio es si es mejor mantener a los que quieres contigo o dejarlos ir para ponerlos a salvo. Ese es el debate alrededor de quedarse o no respecto a Bree y Roger e incluso respecto a lo que le hace jurar Jamie a Claire al final. Y no es un debate que se haya acabado. Respecto a Bree y Roger, ese asunto está pendiente y en cuanto a ese juramento de Claire…bueno, digamos que en Outlander nada se dice por casualidad, así que revisitaremos lo planteado aquí más adelante seguro. 

Y hasta aquí la crítica del 5×03 de Outlander. Nos leemos el lunes que viene con la review del 5×04 “The Company we keep”. ¿Y a vosotros qué os ha parecido el episodio? ¡No dudéis en comentármelo! 

Por Raquel.

Imágenes propiedad de Starz.


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Raquel Morales

Un día descubrí las series, al día siguiente internet y mi vida muggle se fue a la basura. Escritora a tiempo completo, y fangirl como modo de vida.

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Outlander 5×03 Review: “Libre albedrío”

de Raquel Morales Tiempo de lectura: 30 min