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Si los Winchester van a salvarme, que vengan los monstruos

Hace un montón de años, mi chico y yo descubrimos Sobrenatural, una serie que nos pareció que merecía la pena. Trataba de unos hermanos cuya madre había sido asesinada por un demonio, y que dedicaban su vida, junto a su padre, a cazar “monstruos”: Fantasmas, vampiros, hombres-lobo, y todos esos seres sobrenaturales. El caso es que vimos la primera temporada, él por la música, yo por los chicos: Los hermanos son a cada cuál más guapo (aún no sé si me gusta más Jared Padalecki con sus 1,94 o Jensen Ackles y su cara de bueno).

Desde entonces, leía a la gente comentar la serie en las redes sociales, algunos amigos me la recomendaban, veía a sus actores recibir premios, y era testigo de la amistad de Jared con otra de mis debilidades, Stephen Amell -AKA Oliver Queen-, pero nunca me planteé seriamente volver a verla. ¡Si es que no doy abasto con tantas series! Glee, Anatomía de Grey, Bones, Agents of SHIELD, Castle, Juego de Tronos, Grimm, Homeland, Sleepy Hollow, House of Cards, Arrow… –Tengo que hablaros de Arrow-. Y el otro día en el grupo de Facebook en el que nos hacemos preguntas frikis a modo de trivial, alguien hizo una sobre los hermanos Winchester, y me dije: “Voy a retomar esta serie”.

Y me puse con la primera temporada, de la que solo recordaba al padre de Dean y Sam (Jeffrey Dean Morgan, el inolvidable Denny Duquette de Anatomía de Grey). Pero lo que no esperaba era que a partir de la segunda se iba a convertir en una especie de fiebre adictiva. Nueve temporadas en mes y medio. A cinco episodios por día, bueno por noche, porque no sé si os he dicho alguna vez que sufro de insomnio.

La serie es bastante sencilla: Dean, es el mayor. Adora a su padre, el ex-marine que ha llevado a sus hijos desde niños a todas sus aventuras, y los ha criado como auténticos soldados; e intenta ser como él en todo. Siempre ha cuidado de su hermano. Siempre. Es ligón, cínico, pasota, algo chulo, y mataría por una buena cheeseburger. Y no conoce, ni concibe otra vida que la que vive.

Dean es el hermano pequeño, el rebelde, pero responsable; odia a su padre, y esta existencia que le ha tocado en suerte. En cuanto tuvo la posibilidad “escapó”, para hacer una vida normal. Se matriculó en la universidad, se echó novia, y olvidó todo lo que tuviera que ver con fantasmas y demonios. Hasta que se ve obligado a volver a la caza. Su padre desaparece, su hermano le pide ayuda, y su novia muere, en las mismas circunstancias que su madre, algo por lo que se siente culpable. En realidad estos dos siempre se sienten culpables por algo, soportan el peso del mundo sobre sus hombros, a veces demasiado literalmente.

A partir de ese momento los dos van a viajar por todo Estados Unidos, recorriendo pueblos y ciudades en su Chevy Impala del 67, escuchando rock clásico, que a Dean le encanta (como a su padre) y Sam odia, y a la caza de monstruos, disfrazándose de técnicos de mantenimiento, periodistas, investigadores universitarios, y, sobre todo, de agentes del FBI, que siempre se llaman como músicos de rock, y a los que el traje y la corbata sientan estupendamente.

Pero no están solos; además de su padre, una gran variedad de personajes les va a acompañar con mayor o menor frecuencia. El padre “adoptivo”, el ángel, los diferentes demonios, una nómina de monstruos y de cazadores que vienen y van, y que compartirán aventuras, whisky (¿cómo pueden beber tanto?) y momentos dramáticos (los más) y alegres (raramente), y van a ser testigos de la relación de amor fraternal de los dos. Una relación un tanto especial. Los dos hermanos se adoran.Darían la vida, literalmente, el uno por el otro. Pero no he visto nunca a dos personas mentirse tanto como Sam y Dean. Aunque, al final, siempre terminan por decirse la verdad, (y por llorar) normalmente mientras conducen de noche, en una carretera solitaria.  Circunstancia esta que se utilizó como una de las múltiples bromas de la serie.

Y es que los creadores de Sobrenatural (o Supernatural, en su título original en inglés, -hago un inciso: siempre lo recomiendo, pero escuchar a estos dos, con sus voces profundas y su acento de Texas es una experiencia casi religiosa-) han bañado los diálogos y los personajes de la serie una gran dosis de humor, para compensar algunos momentos realmente dramáticos, sobre todo con la muerte (o la amnesia, o la muerte-resurreción-muerte, -y es que “resurrecciones” hay unas cuantas-) de algunos personajes.

Hay dos episodios, para mi, especialmente remarcables. En uno de ellos Sam y Dean quedan atrapados en un mundo televisivo, en el que van viajando de canal en canal (¿os acordáis de aquella película de John Ritter en la que le pasaba algo parecido?); especialmente irónico es el momento en el que son protagonistas de un drama hospitalario, y se burlan del fantasma que ha quedado atrapado en el hospital porque está enamorado de una de las cirujanas; ¿no os recuerda al personaje que interpretó el que sería su padre?

El otro les lleva a un mundo alternativo, el del plató en el que se graba la serie. En él la gente cree que son Jared y Jensen, y se dedican a bromear sobre ellos mismos, sus nombres, su pasado, sus relaciones personales, y todas esas historias que circulan por internet, como cuando se rumoreaba que no se hablaban entre ellos, algo curioso, teniendo en cuenta que Jensen fue testigo en la boda de Jared, con una de las actrices que interpreta un papel recurrente en la serie.

Otro tema a tener en cuenta son los cameos. Robert Englund(sí, Freddy Krueger), James Masters (Spike) y Charisma Carpenter (Cordelia), de su antecesora Buffy Cazavampiros,Linda Blair (la niña de El Exorcista), hasta ¡¡Paris Hilton!!, en otro episodio para no perderse…

Vale, como en tantas otras ocasiones, me he subido tarde al tren. O en realidad, me bajé a estirar las piernas por el andén, y el tren se fue sin mi. Pero ahora estoy bien instalada en este AVE, y os tengo que decir una cosa: Si no la habéis visto, tenéis que ver esta serie. ¡Pero ya!

Post original de deamorybesos: https://deamorybesos.wordpress.com/2014/10/07/si-los-winchester-van-a-salvarme-que-vengan-los-monstruos/


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