Mi primera muerte seriéfila

Todos los seriéfilos pasamos por ese trauma.

¡ATENCIÓN! Este artículo lleva spoilers de Bones.

La verdad que las series, como todos sabemos, nos parten el alma (y si no, que se lo digan a Shonda), pero después de llevar todo el verano haciendo maratón de Bones he llegado a la conclusión de que hay personajes que viven rent free en nuestra mente y que solo hace falta un rewatch para hacernos revivir momentos, sensaciones y drama.

Eso me ha pasado con Bones. He llegado a la novena temporada y no sé si voy a continuar.

¿Por qué? Os preguntaréis. No le ha preguntado nadie, pero lo cuenta igual. Pues muy sencillo: porque se acerca el MOMENTO. Sí, el momento. Es decir, cuando ya sabes lo que va a ocurrir en una serie, pero lo pasaste taaaan mal que no quieres revivirlo, pero a la vez quieres avanzar en tu rewatch.

Eso me pasa a mí con de Lance Sweets.

Después de seis temporadas enganchada al personaje, que se convirtiera en uno de mis favoritos y que tuviese una parte tan importante en la trama, el actor decidió salir de la serie y a los productores no se les ocurrió otra cosa que matarlo. Para mi yo de 15 años aquello fue una traición, era MI PERSONAJE FAVORITO y muere.

No tenía sentido y menos en una serie como Bones en la que los protagonistas no morían, ¡que no estaba viendo Juego de Tronos!

Creo que después de ese momento no he vuelto a encariñarme tanto con ningún personaje y siempre que lo hago estoy en tensión por si muere. Ahora, después de diez años y una pandemia (hablando de pandemias, si queréis saber porqué esta serie ya se adelantaba a nuestros tiempo os recomiendo ver el capítulo 23 de la temporada 8), me vuelvo a enfrentar a mi primera muerte seriéfila. La pregunta es: ¿seré capaz de superarla? Apuesto a que no. Y vostros, ¿cuál consideráis que es vuestra primera muerte seriéfila?

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