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Expediente X 11×01: Crónica de un destrozo anunciado

Buenos días, queridos seriéfilos. Después de una semana, que ha sido lo que me ha costado recopilar mis feels, ordenarlos y ser capaz de ponerlos en frases coherentes, os traigo mis opiniones sobre ‘My Struggle III’, el primer episodio de la temporada 11 de ‘Expediente X’. ¿Que por qué tanto enfado? Os cuento, ¡pero cuidado con los spoilers!:

‘My Struggle III’ empieza de manera bastante confusa. El capítulo retoma los acontecimientos del final de la temporada 10. Sin embargo, en lugar de situarnos en el puente en el que nos dejaban por última vez Mulder y Scully, volvemos al principio de ‘My Struggle II’. Según la nueva entrega, todo el episodio era una visión de Scully. Y aquí viene mi primera crítica (y está lejos de ser la última): si no me supiera ‘MSII’ de memoria, probablemente habría necesitado volver a ver el episodio para saber exactamente en qué punto comenzaba la visión.

Pero la confusión no es lo peor de cómo han abordado el inicio de temporada. Después de dos años de incertidumbre, resulta que el cliffhanger se ha resuelto de la forma más cutre de todas: borrando su existencia. “No, es una visión”, y con eso y un bizcocho volvemos al minuto ocho. Mira, no. Querido Chris Carter, si decidiste dejar la temporada abierta (porque te daba igual que el fandom se quedase a medias) y resulta que te renuevan la serie, por lo menos te curras una resolución decente a tu propio giro de mierda.



No voy a negar que la introducción del Cigarette Smoking Man me intrigó muchísimo, que la sintonía me obligó a silbar como siempre y que le hice una foto a la pantalla cuando “I want to believe” se convierte en “I want to lie”. Yo estaba preparada para amar la vuelta de ‘Expediente X’.

Y, en realidad, el episodio tiene sus cosas buenas. Scully en el suelo tras la visión, Mulder diciéndole “it’s me, Scully”. Los flashbacks a la serie clásica me hicieron pensar que tal vez Carter estaría diciendo la verdad cuando afirmó que la había escrito pensando en los fans. Ingenua de mí, quería creer, pero Carter es nuestro Cigarette Smoking Man personal. Destroza todo aquello que nos hace felices, siempre que puede se carga la relación entre Mulder y Scully y por mucho que haya gente que intente echarlo de la serie él siempre reaparece.

Así que nada, minuto 5:30 de ‘MSIII’ y Scully ya está ingresada en un hospital. Y Mulder, como siempre, está enfadado con la enfermera porque necesita saber qué le pasa. Eso sí, nuestro believer favorito no quiere salir a correr tras las respuestas como le vimos hacer tantas veces, sino que se queda junto a su mujer compañera.

Y aquí llega uno de los mayores errores que se pueden cometer en un producto audiovisual, en mi opinión: decir, en lugar de mostrar. La voz de Mulder nos cuenta que Scully es la persona que más le importa en el mundo, y que le aterra pensar que él sea la causa de todo lo malo que le sucede. Pero eso ya lo sabíamos, lo llevamos sabiendo 20 años, desde que le viéramos llorar silenciosamente en la cama del hospital en ‘Redux II’. De hecho, ese es uno de los momentos más angustiosos de toda la serie porque, sin necesidad de palabras, ves el dolor en la cara de Mulder. Ese efecto tan poderoso, una de las mejores armas de ‘Expediente X’, se evapora cuando se limita a una voz en off.

Scully despierta, y cuenta a su marido compañero su visión. De hecho, sólo piensa en salvarlo a él. Pero, contra todo pronóstico, Mulder duda de que lo que cuenta no esté únicamente en su cabeza (hijo, si la única cosa que sabíamos era que teníais que creeros el uno al otro y empiezas así, vamos mal). Scully le dice “It’s me, Mulder”, pero eso sirve para romperme el corazón a mí y poco más, porque él se va a hablar con los médicos. Y ella se queda destrozada, por favor, proteged a Dana Scully. Lo voy avisando ya. Por lo menos, Mulder termina creyendo su historia.

Mientras tanto, el Cigarette Smoking Man está mirando por la ventana al más puro estilo villano Disney. Divaga sobre su plan secreto y cómo las “fake news” lo taparían en el caso de que saliera a la luz, ante la preocupación de su secuaz… Monica Reyes. Por cierto, sigo intentando entender cómo hemos llegado a este punto en el destrozo de semejante personajazo. Pero vamos, ya que hablamos de destrozos, tampoco entiendo muy bien qué intentan hacer con Skinner.

Al menos, la conversación telefónica entre Mulder y Scully me distrajo de todo lo demás. Después de la temporada 10 y del inevitable distanciamiento entre los protagonistas, el miedo a que todo siguiese igual era grande. Pero en el momento en el que Dana le dice al teléfono “you need him, and I need you” fue como si volviéramos a la absoluta necesidad del otro que tenían en la serie clásica. Y no sé vosotros, pero yo vine aquí por esta mierda.

¿Otro de los puntos positivos? Barbara Hershey y su nuevo personaje. Por fin una señora en la conspiración, una señora que quiere colonizar el espacio. Vivan los nuevos villanos. Y las cosas que provocan en Mulder: “I know someone who can save us. And I think you know her, too. Now get out of my way”. #BOOOOOOOOOOOM #MulderOut



Y llegamos al final…

Dos cosas quiero destacar de los últimos minutos del episodio: una buena y una mala.

Por un lado, la escena maravillosa que comparten Mulder y Scully en el hospital. Voy a ignorar el hecho de que el pesado de turno intenta estrangular a nuestra protagonista para centrarme en cómo Mulder acude al rescate y le acaricia la carita con todo el amor del mundo. Luego deciden juntos cómo van a proceder para encontrar a su hijo perdido. ¿Podrían ser más bonitos? No lo creo.

Por otro lado… La revelación del Cigarette Smoking Man: William no es hijo de Mulder, sino que fue él quien inseminó a Scully (durante ‘En Ami’, en la séptima temporada) mediante la ciencia. Primera reacción: PUTO CHRIS CARTER DE LOS COJONES.

Esto no sólo es terrible en un sentido, sino en muchos. Por partes. En primer lugar, porque esto constituye una (otra) violación a Scully. Si alguien está pensando que no la forzó físicamente, porque la preñó de manera artificial: me da igual, drogar e inseminar a alguien sin su consentimiento es violación.

Aquí cabe pensar, bueno, pero es algo que ha hecho el CSM. Forma parte de la trama, no quiere decir que Carter lo excuse. Esto sería cierto, si no fuera porque en una entrevista a EW, explicando que CSM no es el padre biológico de William, el señor dijo literalmente “he didn’t rape Scully”, es decir, “él no la violó”.

Y, aquí viene la queja principal, mi mayor enfado: señor Carter, deja de utilizar a Scully como un mero recurso pasivo para crear efecto de shock en la trama. Tienes una protagonista femenina envidiable, una de las que más han marcado la historia de la televisión. Deja de utilizarla como bolsa de puñetazos para crear una reacción en los espectadores mientras la mantienes prácticamente todo el episodio en el hospital.

¿Quiero decir que el giro no es válido porque es una violación? No. Hay violaciones bien representadas, con sus respectivas consecuencias (¿Un ejemplo? ‘Sweet/Vicious’, o incluso ‘The Bold Type‘) y que suponen para la historia mucho más que una herramienta para cambiar la paternidad de un personaje. Pero esta no es una.

¿Quiero decir que no se puede dañar al personaje femenino nunca para crear efecto shock? Tampoco. Pero para explicar esto mejor voy a recapitular. En la segunda temporada, la abducen y pasa varios episodios en coma. Durante la cuarta, el implante le da cáncer y descubre que su abducción la dejó estéril. Quinta, nos enteramos de que, cuando se la llevaron, la fecundaron contra su voluntad. Encuentra a su hija perdida y se ve obligada a dejarla morir. En la séptima temporada abducen a su compañero y amor de su vida justo cuando descubre que está inexplicablemente embarazada de él. Durante la octava temporada pasa varios episodios huyendo porque no sabe qué le han hecho a su bebé, si es alien o si va a morir, hasta el punto en el que da a luz en una casa abandonada rodeada de amenazas. En la novena temporada se ve obligada a dar en adopción a William para mantenerlo a salvo. Y esto sin contar las muertes de sus padres y de su hermana, que son otra historia.

Con esto me refiero a que, aunque se pueden utilizar las desgracias de un personaje para dar efecto de shock, abusar de esto es un error, y más aún de la forma en la que se ha llevado a cabo. Hacer daño constantemente a Dana Scully, centrándolo sobre todo en la familia y en su capacidad de tener hijos es utilizarla como recurso (mayormente explotando su condición de mujer y limitándola a este papel). Scully es muchísimo más, siempre ha sido muchísimo más, y hacer esto con su personaje es imperdonable. Y también machista.




Además, no es un buen giro de guión. ¿Quedaban dudas sobre la identidad del padre de William? No. Y no porque lo diga yo. En el episodio final de la octava temporada lo dice el propio Mulder. En la novena, se da por hecho constantemente. Y en la décima, Scully habla de él como el hijo biológico de Mulder cuyo ADN necesitan para salvarlo. Era ya un tema cerrado.

¿Alguien está sorprendido? ¿Fascinado? ¿No, verdad? Porque cuando juegas con la misma puñetera trama durante varias temporadas y lo cierras, volver a lo mismo es no saber cómo llevar la serie. Y, señor Carter, si no sabe cómo llevar su serie, DÉJELA.

Y, ya que estamos, contrate mujeres para escribirla en su camino hacia la puerta.


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