Seguimos en junio y con ello el mes del Orgullo continúa. Si hace unos días propuse una lista de series LGTB de la que vuelvo a pedir perdón por la cantidad innecesaria de gays (podría estar citando a Disney ahora mismo) hoy os traigo algo diferente: un propuesta. HBO, Amazon, QUIÉN SEA, me gustaría una serie que ahonde en esta lucha contándonos las vidas de todos esos activistas que han puesto su granito de arena (o su ladrillo) para que otras personas podamos estar un poco mejor. ¡Señores guionistas, tampoco tenéis que pensar mucho porque yo os traigo algunos ejemplos para vuestro producto al que yo llamo “Activismo LGTB y series”!
Marsha P. Johnson y Sylvia Rivera
Comencemos con esta clásica pareja. Marsha y Sylvia fueron dos de las más influyentes activistas del colectivo cuya voz originaria de Estados Unidos alcanzó todos los rincones.
Marsha era una trabajadora sexual y sin techo que marcó profundamente su vida y futuro activismo. Junto a Sylvia fundaron en 1970 STAR (siglas de Travestis Callejeras de Acción Revolucionaria), colectivo que ayudaba a aquellas personas LGTB en situación de riesgo en Manhattan. Proporcionaban cobijo, alimento y ayuda a cualquiera que la necesitara y era financiado a través, principalmente, de su trabajo de prostitución. En la década de los 80 participó en ACT UP, un grupo que daba visibilidad al sida, promovía la investigación y asistencia a enfermos. Finalmente, en 1992 su cuerpo fue encontrado en el río Hudson y fue considerado un suicidio de acuerdo con la policía; sin embargo, la gente más cercana a Marsha aseguraban que se trató de un homicidio.
Sylvia Rivera era una activista que luchó por los derechos de las personas trans. Fue fundadora de los grupos Gay Liberation Front y Gay Activists Alliance en junio y diciembre de 1969. Comenzó sus andaduras activistas en la época de la guerra de Vietnam, seguido por la segunda ola feminista y, finalmente, los disturbios de Stonewall en los que también participó Marsha P. Johnson el 28 de junio de 1969. Durante una parte de su vida se apartó del activismo hasta que un año antes de su muerte reestablecieron la organización STAR y continuó su trabajo. En 2002 murió por debido al cáncer de hígado que padecía.
Arsham Parsi
Se trata de un activista gay que actualmente vive exiliado en Canadá. En 2001 fundó la Rainbow Group que, conforme pasaban los años y ganaba renombre, pasó a llamarse International Railroad for Queer Refugees. Esta organización ayuda al colectivo LGTB en Irán y lucha por los derechos humanos en el país. La IRQR ya ha demostrado que día a día sufren casos de tortura, persecución y ejecución en el país. Desde 2008, Arsham y su organización han ayudado a refugiados de Irán, Afganistán y Siria, entre otros países, a escapar de su situación y comenzar una nueva vida en Canadá, Estados Unidos y otras zonas del mundo.
Chi Chia-Wei
En marzo de 1986, Chi fue la primera persona en Taiwán en decir abiertamente que era gay en televisión durante una campaña de prevención del VIH. Desde ese mismo año, se convirtió en una figura que luchaba constantemente por el matrimonio entre personas del mismo sexo, lo que le costó 162 días de prisión en una ocasión (cuando realmente eran 5 años pero fue perdonado por un juez). Finalmente, casi después de 30 años, en mayo de 2017 Taiwán se convirtió en el primer país asiático en aprobar este tipo de matrimonio.
Kasha Nabagesera
Kasha es una activista LGTB de Uganda y fundadora de la organización FARUG (Freedom and Roam Uganda). Farug se encarga de ayudar a mujeres lesbianas, bisexuales y trans a través de charlas informativas, talleres y eliminando poco a poco el estigma que se tiene de este colectivo. Actualmente se trata de la única organización LGTB del país.
Es una de las pocas voces que habla sobre homosexualidad en Uganda, algo totalmente ilegal en ese país. Ha sido objetivo de insultos, golpes e incluso violaciones correctivas. Debido a que sus datos personales se publicaron en una revista ugandesa, ha cambiado en varias ocasiones de residencia por miedo a ser asesinada. Su lucha por los derechos humanos la ha llevado a ganar varios premios, entre los que se encuentran el premio Martin Ennals y el premio Right Livelihood.
Hasta aquí los posibles de muchísimos ejemplos. Ya solo queda que alguna plataforma de streaming caritativa se digne a llevar a cabo este proyecto. Mientras tanto podéis añadir a todas esas personas activistas que conozcáis en la sección de comentarios o en nuestro Twitter para expandir esta lista todo lo posible.
Rubén
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