The Vampire Diaries 7×10: el día de la marmota
Si algo está demostrando esta temporada The Vampire Diaries es, que tras la marcha de Nina Dobrev, está tratando de renovarse en cierto modo, probando cosas que no había hecho nunca.
El claro ejemplo de eso es el capítulo de esta semana, un capítulo que probablemente sea de los que se recuerdan debido a su temática, o más bien, al desarrollo del mismo. El modo con el que han jugado con la mente de los personajes y también del espectador.
En el último capítulo antes del parón, dejamos las cosas muy regular para los Salvatore. Ambos apuñalados por la daga que posee la piedra Fenix, significando eso que sus almas pasan a estar en dicha piedra, donde se recrea un infierno personal para cada alma.
El capítulo comienza justo donde nos dejaron el año pasado, un joven Damon en mitad del campo de batalla herido. Pero está claro, al menos para el espectador que algo no está bien cuando ve a su madre Lily, la está muerta. Ignorando ese hecho que el propio Damon puede culpar a el estrés de la guerra, se dispone a salvar a su compañero Henry. ¿Os suena Henry? Seguro que si, yo me he pasado todo el capítulo pensando donde lo había visto. Ha sido después de verlo cuando he descubierto que Henry ya apareció en la serie en un par de capítulos allá por 2010 (fiiiuu).
El caso es que a los minutos parece que empezamos de nuevo. Damon tirado en una camilla de una especie de enfermería en mitad del campo de batalla y Henry junto a él en otra camilla. Pero en esta ocasión Damon ya no está herido, su camisa no está cubierta de sangre, ¿qué está pasando? Aunque nosotros sabemos que lo que estamos viendo no es real, al menos no en este momento, Damon parece no ser el Damon de ahora sino el de entonces. Él no es consciente de lo que realmente está pasando.
Entonces, una carta de su hermano Stefan hablando sobre el abandono que ha sufrido por Valerie, es la que desencadena todo. Damon decide tratar de pedir un par de semanas de permiso para visitar a su hermano. Cosa que no le va a ser fácil puesto que, a cambio de las dos semanas se ofrece para cualquier tarea y el Coronel no duda en ofrecerle una misión: capturar a un par de desertores escondidos en una casa. Tarea aparentemente fácil.
Damon se coge a Henry por banda y se lo lleva a dicha misión, pero antes de que les de tiempo a nada, Damon está dentro de la casa siendo encañonado por los dos desertores. Es cuando Henry vuelve de la planta de arriba que todo se vuelve del revés y comienzan a volar las balas dejando una imagen sangrienta siendo los únicos supevivientes Damon y Henry.
¿A donde lleva todo esto? ¿Este es el infierno de Damon? No es tan malo después de todo, ¿no? Es cuando baja al sótano donde estaban los desertores, y vuelve a ver a Lily cuando empieza a coscarse del asunto. Cuando se da cuenta que está atrapado en la piedra, que está reviviendo un momento en el que mató a sangre fría por primera vez pero nunca más hablo de ello.
Y de repente estamos en la mansión Salvatore con el Damon de ahora y Bonnie, después de 3 meses muerto. ¿Ya está? ¿Ya está fuera de la piedra? ¿Ese ha sido todo el castigo? Mmm… vale, vamos a tomarlo como un sí.
El caso es que aunque Bonnie ha sacado a Damon (y le ha costado) no ha tenido tanta suerte con Stefan (aunque realmente descubrimos por Caroline que sacaron antes a Damon en un intento de evitar que volvieran sin humanidad y decidiera matar a Bonnie para revivir a Elena). Pero eso no es lo peor, lo peor es que el cuerpo del pequeño de los Salvatore no está donde lo habían dejado. Julian (el cual se ve no se ha cansado de dar por saco) se lo ha llevado y espera a tener a Damon de espectador para BOOM quemar a Stefan.
Es cuando lo vemos en llamas que de nuevo nos damos cuenta de que algo no va bien, y de nuevo Lily. Esto tampoco es real. Y de nuevo estamos en la camilla del campo de batalla, y de nuevo Henry, y de nuevo el cartero, y de nuevo todo. Pero Damon ya es consciente de que aquello no es real y que para acabar con ello de una vez por todas necesita llevar a cabo la misión y poder ir a ver a su hermano.
Y se repite de nuevo la escena, pero esta vez es el Damon del presente el que está en ella. Y parece que lo tiene todo bajo control. Ya sabe lo que va a pasar, ya sabe como evitarlo. O eso cree él. Y la historia se vuelve a repetir. Tal cual. Todos muertos.
Y volvemos al supuesto presente y parece que de nuevo todo se va a repetir hasta que aparece Stefan vivito y coleando. (¡parad de jugar con nuestras mentes y la de Damon!). ¿Puede que ahora sí sea el verdadero presente? Nah, Stefan recordándole la matanza de la casa de los desertores es la pista definitiva. ¿Qué está pasando?
Otra vez a la camilla, Henry, los desertores. Por fin nos dejan ver realmente el presente y la cosa es muy distinta a lo que nos habían hecho creer. Stefan está fuera y junto a Bonnie, Caroline y Matt rodean el cuerpo de Damon tratando de sacarlo. Y POR FIN NOS DICEN QUÉ ESTÁ PASANDO.
Stefan por fin explica la especie de gymkana que tienes que realizar para salir de la piedra. Piensas que puedes resolverlo todo por ti mismo, pero no es hasta que Stefan se rinde a la clase de dolor que te rompe, que pudo salir de la piedra.
Y nosotros conocemos a Damon y sabemos que él no haría eso, que lo evitaría a toda costa. Como dice Stefan puede convertirse en una misión imposible sacarlo de la piedra Fenix.
Y el día de la marmota sigue en esa piedra. Damon sigue tratando de capturar a los desertores y numerosas veces falla. Por distintos motivos, pero el plan nunca va bien. Al más puro estilo Supernatural (me ha recordado muchísimo a ella) vemos a Damon fallar una y otra vez incluso de forma cómica. ¡Gracias por darle algo de ritmo a la serie!
El colmo es cuando vemos que la historia se invierte, y sin darse cuenta Damon se convierte en el desertor que tiene que esconderse y Lily ocupa el lugar de las tres mujeres. Dan una vuelta más de rosca el ser Stefan, junto al ataud con el cuerpo de Elena, el que lo espera en el sótano.
Y ahí es donde se resuelve todo. Stefan empuja una y otra vez a Damon para que diga que fue lo que realmente le impulsó a llevar a cabo esa misión, a matar a sangre fría y a no volver a hablar de ello. Y pese que Damon está empeñado en que fue con el propio Stefan “¿A quien quería en aquel momento antes de enterrar todos tus secretos, antes de que aprendieras a esconderte del dolor?” Y esta vez la respuesta no es Stefan. Damon quería a su madre.
Damon ha llegado a ese punto que minutos antes explicó Stefan que debía rendirse ante el tipo de dolor que acaba contigo. Ha sacado eso que tanto y tantas veces había ocultado, enterrado.Pero no dura demasiado porque en la próxima escena, de nuevo en el campo de batalla, Damon vuelve a estar bajo la coraza del odio hacia Lily.
La culpa de perder a Elena, de que Lily no fuera valiente para dejar a su marido, de que muriera, de que nunca volviera por él. La ha perdido numerosas veces y el problema no es haberla perdido, es que no ha sido capaz de decirle lo que sentía entonces. Y Damon solo quiere disculparse, quiere una oportunidad para hacer que lo quiera.
Y una cuarta vez ocurre que la pierde sin poder decirle lo que siente, porque Lily muere en mitad de la confesión de Damon. Ahí está el infierno de Damon Salvatore, el nunca poder llegar a disculparse con su madre, a pedirse esa nueva oportunidad.
Y de vuelta al presente Damon despierta. Y no de la mejor manera. Se ha quedado a medias, no ha podido terminar la confesión a su madre, su cabeza no está en el lugar adecuado, no es él mismo. Quiere volver, necesita volver, una vez más pide para intentarlo de nuevo con su madre.
Y el daño de ese infierno hace mella haciéndolo creer de nuevo de que no es la realidad. Y en un momento acaba con todos los allí presentes esperando volver a revivir ese día que tantas veces ha vivido. Pero no ocurre nada.
Este capítulo se podría catalogar como una oda al personaje de Damon Salvatore. El vampiro, si no me equivoco, ha estado en todas y cada una de las escenas del capítulo y ha servido para profundizar en la mente del mismo y saber cual sería el mayor miedo, el infierno, del mayor de los Salvatore.
Y como todo en la vida de los Salvatore, se reduce a una mujer, pero no del modo en el que estamos acostumbrados. Madre no hay más que una y Damon no supera el haberla perdido una y otra vez sin haberle dicho como se siente, haciendo totalmente lo opuesto.
Y es que las corazas que nos hacemos contra el dolor, la mayoría de las ocasiones hacen más daño del que evitan, y a Damon Salvatore le va a pasar factura. ¿Qué veremos en el próximo capítulo? ¿Conseguirán hacerlo entrar en razón? ¿No vamos a ver o saber nada del infierno de Stefan? A él también le tendrá que pasar factura…
The Vampire Diaries no está acostumbrada a hacer cosas así, pero esta es la temporada del “vamos a probar” y aunque la serie está desde hace tiempo condenada, a los que la vemos nos lo está haciendo algo más ameno. El cambio de día de emisión en un principio no parece haberle hecho daño en cuanto a la audiencia, es más el canal puede que se vea beneficiado al haber ganado algo en comparación a los viernes de los últimos meses.
Almu Hache
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