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Supergirl 2×16: "Star-Crossed (I)"

¡Hola kryptonianos!

Si tuviera que definir lo que siento con este capítulo, creo que diría que tengo sentimientos encontrados. Porque sí, nos lo han vuelto a hacer, nos han vuelto a vender un crossover de dos capítulos con Flash y, de nuevo, sólo nos han metido 3 minutos de trama del crossover en el capítulo, y además ha sido en el final. Vamos algo así como lo que hicieron con el megacrossover con el resto de las series de la CW.

Sin embargo, sí que nos han brindado algo muy esperado, y era la introducción de los actores Teri Hatcher y Kevin Sorbo como los reyes de Daxam y, por lo tanto, los padres de Mon-El, que, como se preveía, han vuelto to make Daxam great again y chicos, supongo que ya os imagináis lo que significa eso.

Un gran cambio que ha conseguido Supergirl con respecto a la primera temporada, aparte de mejores escenarios y decorados de la mano de los papás de la CW y la inclusión de nuevos y grandes personajes como Maggie, Mon-El, Lyra o M’gann, es el mayor énfasis en el romance. Durante la primera temporada prácticamente sólo vimos la trama de amor no correspondido de Karolsen con la gran (y añorada todo sea dicho) Lucy Lane, y el quiero y no puedo de Alex con Maxwel. En cambio, en esta temporada la cuota de romance ha aumentado mucho hasta convertirse en uno de los ejes de la serie, lo cual hay que decir que se agradece para no caer en otra serie más del Arrowverso en el que sólo asistimos a las tribulaciones del protagonista como un héroe atormentado que no sabe qué hacer con su vida y para darle algo de sentido decide enfundarse en unas mallas. Ahora, gracias a Sanvers, Karamel, J’onn y M’gann y Lyra y Winn (que a estos últimos va siendo hora que se le busque un nombre de otp porque van camino de serlo), cada semana nos sentamos a ver una serie que busca no sólo contarnos esas relaciones, sino también sus alegrías, fallos y tribulaciones, que también se han convertido en parte clave de la narración.

 

El otro gran cambio ha sido la apertura de foco gracias a la inclusión en la estética de las series de superhéroes de la CW, lo que ha permitido a la serie expandirse más allá del ámbito de la historia del héroe. Kara sigue siendo el centro, el nexo de unión entre CatCo, el DEO, Mon-El, etc. y a su alrededor se disponen el resto de personajes permitiéndoseles brillar en ciertas ocasiones incluso más que ella, lo cual permitidme decir que es maravilloso.

El DEO sin duda es ahora mismo el foco principal de la serie (habiendo sido en la anterior temporada CatCo). Con Alex y ahora Winn a bordo del DEO en el soporte técnico, J’onn es libre de unirse Kara en la acción, ayudados por Mon-El que se suma aun sin saber qué poderes exactamente tiene el daxamita. Por su parte, Maggie se ha dejado ver un poquito más en este episodio, aportando esa relación necesaria con la aplicación de la ley a través del departamento de policía, aunque todavía echo de menos un poco más de implicación de su historia para que la podamos conocer mejor. Por último tenemos a James, que lleva dando tumbos como Guardian desde principios de la temporada como sustitutivo de su fallida relación con Kara, pero he de decir que, contando con la semana pasada y esta, estoy empezando a ver más útiles sus apariciones, lo cual ya considero todo un logro.

 

Otra cosa que me encanta es cómo están realizando continuas alusiones a la situación actual del mundo y referencias a series, películas y demás que ayudan al espectador a conectar con la serie al ver a sus personajes hablando y sufriendo los mismos temas que a nosotros nos afectan cada día. Aquí no sólo hablamos de la temática extranjera/extraterrestre en las minorías de Estados Unidos o con el drama de los refugiados en Europa, sino que también nos dejan perlas como el comentario de Daxam por parte de la propia Teri Hatcher, el de Alex diciendo que conoce a un actor del famoso musical Hamilton (y del que ya vimos una aparición estelar en el capítulo de Mr. Mxyzptlk) o el comentario de Kara tras realizar una maratón de Juego de Tronos en el que dice “estamos en la sexta temporada y el invierno todavía no ha llegado”. Sí, definitivamente esta serie made my day.

 

Os preguntaréis por qué soltaros todo este rollo antes de empezar a hablar del capítulo, pero es que ha sido el perfecto ejemplo de todos estos cambios que ha sufrido la serie gracias a la CW. Dado que fue despedida, la carrera de Kara en CatCo apenas ha sido mencionada. En su lugar, “Star-Crossed” nos brinda a todo el equipo del DEO juntos, incluyendo a James y Maggie, para enfrentarse a un grupo de criminales alienígenas, centrándose en los problemas sentimentales de no uno, sino de dos de las principales parejas de la serie.

 

El capítulo tiene además otro giro al tono de género de la CW muy al estilo de los 90, recordándonos a esas series de la Warner o UPN de 1998 como Buffy, Star Trek: Voyager, Embrujadas, etc. porque es un poco cursi, un poco telenovelera, y ciertamente simplista en la narración, pero manteniendo un núcleo divertido y optimista. A esto obviamente ayuda mucho el hecho de que me metas a dos grandes estrellas de las series de los 90 como Teri Hatcher (anteriormente en Lois y Clark: las nuevas aventuras de Superman) y Kevin Sorbo (anteriormente en rcules: sus viajes legendarios)

 

Supergirl siempre ha tenido esa tónica de las series cursis de los 90, pero este episodio supera ese encasillamiento dividiendo su tiempo en dos historias que, aunque de manera un tanto torpe, se disputan el protagonismo: Kara se enfrenta a la revelación de la verdad sobre la auténtica identidad y vida de Mon-El como príncipe de Daxam y Winn se enfrenta a la revelación de que Lyra es en realidad una ladrona de guante blanco. No es que ambas historias sean sorprendentes, pues la primera nos la veíamos venir desde hacía meses y la segunda es un recurso argumentativo típico, por lo que muchos consideran este episodio como de relleno. No obstante, el capítulo es bien consciente de lo que es, y en vez de disculparse por ello lo que hace es asumir su papel y desarrollarse de tal manera que nos resulte agradable de ver por lo que es: una historia que no va a trascender más allá pero que, mientras esté aquí, nos va a encantar.

 

Dicho esto es bastante probable que todos hayamos sufrido por la separación de Kara y Mon-El después de todo el tiempo que les costó juntarse, y yo personalmente aquí me debato entre dos opciones: o la separación dura muy poco o no vuelven a estar juntos, y esta última opción la veo menos probable ya que Mon-El al final decide quedarse en la Tierra y no regresar. Lo que sí me ha gustado mucho es cómo se ha conseguido mostrar tan convincentemente el punto de vista de Kara, ya que me temía que los guionistas la hicieran caer en el error de actuar como “no estoy enfadada por X, sólo estoy enfadada porque me mentiste sobre ello”. Aunque Kara está claramente molesta por la mentira, también está terriblemente enfadada por la propia identidad de Mon-El como príncipe (tal y como Jeremiah en su momento nos adelantó), argumentando que era una parte activa del sistema corrupto de Daxam tanto por tolerar la esclavitud como por manipular a su propio pueblo. Ella no puede ignorar esa parte de su vida, incluso aunque haya estado intentando reformarse desde entonces, porque el prejuicio de Kara contra Daxam que siempre ha tenido no hace sino aumentar su disgusto con Mon-El por su falta de responsabilidad como líder.

 

En cuanto a Winn, su participación en el episodio ha sido correcta, siendo un alivio para el actor que le da vida, Jeremy Jordan, que siempre que se le requiere saca lo mejor de él en esta serie. Le encontramos devastado al enterarse de que Lyra sólo había estado jugando con él como parte de un plan mayor, y se siente traicionado al darse cuenta de que no sabía de dónde venía ella en realidad. Resulta que todo era un plan para robar nada más y nada menos que La noche estrellada de Vincent Van Gogh (entendemos que se escogió este cuadro porque la audiencia lo reconocería fácilmente dada su fama) como pago a cambio de que se liberara a su hermano de las garras de Mandrax, un recluso de Fort Rozz que escapó y que, de nuevo muy en la línea de las series de los 90, se convirtió en criminal porque claro, no había otra cosa que hacer.

 

La empatía de Winn y el perdón hacia Lyra, a la cual protege en todo momento y de la cual se niega a creer que todo lo que han vivido de verdad fuera una mentira, se yuxtaponen con la incapacidad de Kara de perdonar a Mon-El. En este sentido, confesaré con orgullo que la escena de ruptura entre ambos me ha resultado súper dura, pensando que la conversación que tiene Kara con Winn al final sobre el perdón iba a terminar de encaminar la reconciliación, pero el problema llega cuando ella le pide que no puede volver a mentirle y él le responde un incomprensible “no sé”. En serio chicos, necesité verme dos veces la escena para entender esa respuesta y todavía sigo aquí con la duda.

 

Entre tanto, se puede decir que tuvimos el placer de disfrutar un poquito más de Maggie gracias al hecho de que su departamento se está encargando de la investigación del robo del cuadro. Quizás sea una pequeña llama de esperanza para pensar que a lo mejor la veremos un poquito más en cada episodio. Por otro lado, también me ha gustado poder ver a Lyra haciendo algo más que calentarle la bragueta a Winn (porque no nos engañemos es casi lo único que ha hecho la pobre), y ver que tiene su corazoncito, que Winn en el fondo le importa y que todo lo malo que ha hecho lo ha hecho por el bien de su hermano es bastante reconfortante para un personaje que sin duda promete mucho y que queremos que se quede para no dejar huerfanito a Winn.

Este episodio ha sabido sacar lo mejor de los 90 y sus placeres nos han hecho reír y llorar, mencionando aquí la escena de la cena real con los padres de Mon-El, éste y Kara, porque no tuvo ningún desperdicio y nos recordó el talento que tiene Teri Hatcher como actriz. Un capítulo que pone, para bien, en piloto automático la serie sin decepcionarnos para encabezarnos hacia ese final que nos lleva al ansiado crossover musical de la mano de la aparición del genial Music Meister.

Una vez más, National City está a salvo gracias a Supergirl

Por Paula (Twitter @PaulaGN_94)


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Paula

Empecé a hablar de series como quien hace habla de un libro, pero cuando descubrí el mundo que hay detrás mi friki interior empezó a gritar I WILL GO DOWN WITH THIS SHIP y desde entonces ya no he vuelto a ser la misma
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