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Arrow 6×22: A situaciones desesperadas, medidas desesperadas

Wow! Menudo capítulo el de esta semana de Arrow. La temporada ha estado llena de altibajos pero la verdad que en esta recta final se están saliendo. Nos están dado el material de calidad del que deberíamos haber disfrutado durante toda la temporada. Desde luego, están sacando todo el material de artillería para cerrar la season de forma apoteósica. Este capítulo ha sido otro ejemplo de ello, escenas realmente emocionales con la angustia que todos disfrutamos y con el foco puesto en los personajes y las dinámicas principales. También con un cambio en la estrategia del Team porque a situaciones desesperadas, medidas desesperadas.

AVISO SPOILERS SI NO HABÉIS VISTO EL 6×22 NO SIGÁIS LEYENDO Y RECORDAD QUE PODRÉIS DISFRUTAR DE ESTE EPISODIO EL 18 DE MAYO A LAS 22:00 EN SYFY

De nuevo, tenemos un episodio que es todo un conjunto que hay que analizar como tal. Todo está conectado y lleva a la decisión final de Oliver, una decisión que tendrá consecuencias…¡vamos a ello!.

Hemos empezado el episodio de forma tan bonita y relajada, tan…irreal que hasta Felicity y yo nos hemos puesto nerviosas. Todos los personajes estaban disfrutando de tiempo de calidad con sus familias sin pensar en lo que pasaba con Díaz. O quizás pensando en ello. Han estado a punto de perderlo todo, sobre todo Oliver y, tal y como él le confiesa a Felicity, se está empapando de las razones por las que lucha solo para recordarlas y tenerlas siempre presentes – un reflejo de lo que están haciendo todos. Solo para recordar el tierno momento en el que su hijo y él estaban cocinando un desayuno para cenar. O cómo saben los labios de Felicity, lo sedoso que es su pelo o cómo se sienten sus brazos alrededor de él.

Esos momentos son tan preciosos…y estar a punto de perderlos te da una perspectiva distinta. Necesitas parar un momento y dejar en el fondo de tu mente los problemas. Necesitas coger fuerza y recordar lo que te estás jugando, por lo que estás luchando. Esos recuerdos te darán fuerzas incluso en los momentos más oscuros.

Y todas as escenas pero sobre todo la de la familia Queen ha sido tan significativa, bonita y tierna que ya me he empezado a derretir cuando llevábamos dos minutos de capítulo. Solo la familia Queen consigue esto conmigo. La forma en la que Oliver valora a su hijo y al amor de su vida, el alivio que siente de no haberlos perdido…me emociona.

Pero pronto la realidad llama a la puerta y Anatoly los avisa de que corren peligro. La casa se convierte en una zona de guerra. Esa escena de Oliver acabando con todos esos hombres ha sido de lo mejor que hemos visto, ¡brutal!. Cuando todo se ha calmado llega el momento de ponerse a salvo. William debe irse para que ARGUS lo ponga a salvo. Y entonces Oliver, para aplacar el miedo que el pequeño siente por él, le promete algo que me llama la atención: “me he enfrentado a cosas peores y aquí estoy. No voy a permitir que nadie me separe de mi familia. Especialmente no Diaz”.

Esa última frase me parece importante porque aquí Oliver muestra que, como pensamos todos, Oliver se ha enfrentado a personas peores que Díaz. A criminales peores que un narco venido a más. Lo considera inferior a otros villanos – algo que es totalmente comprensible -. Y creo que esa frase marca el episodio, dado que, a pesar de que al principio Oliver pensó en una estrategia viable después el ritmo que marcaba Díaz les ha obligado a cometer ciertas decisiones impulsivas al querer darle el último golpe a Díaz de una vez.

Volviendo de nuevo a esa escena, Oliver y su despedida con William me ha vuelto a hacer llorar. “Adoro ser tu padre”. Dios, cuanto han avanzado ambos y cuánto ha crecido Oliver. Un hombre que nunca pensó que para él había algo más que morir entre las sombras y en solitario tiene una familia, alguien por lo que vivir y luchar todos los días. ¡Necesito pañuelos!.

Una vez que me he desahogado un poco, sigamos analizando la escena. Oliver quiere que Felicity acompañe a William pero ella tiene otros planes. Quiere quedarse junto a Oliver, insegura – como en la S2 o en la S1 – porque esa también es su lucha y no va a apartarse. Como siempre, Felicity combate la sobreprotección de Oliver. No es una damisela en apuros, es una heroína igual que él y una auténtica QUEEN. ¡Bravo!. Aunque Oliver no se lo va a poner fácil. Y está es la tónica que marca a la pareja a lo largo del episodio. Por fin una angustia alrededor de Olicity que nos encanta.

Todos, excepto el novio de Curtis, han salido bien parados del ataque de Día así que se reúnen y empiezan a trabajar juntos de nuevo. Es así, juntos, como ven el destrozo que los hombres de Díaz hacen en el búnker y cómo lo queman hasta los cimientos. El año que viene les va a tocar construir otro.

El Team decide trabajar juntos de nuevo, Oliver pide confianza y se la dan – aunque quería taparle la boca a Curtis cuando ha dicho eso de “suit up!” -. Y esto demuestra el movimiento tan tonto de meter una pelea en el equipo y, sobre todo, haberla alargado tanto. No había razón para ello y menos para destrozar a los nuevos porque si antes los aceptábamos ahora no los queremos, al menos yo, en ninguna parte cerca de OTA. Aunque no va q suceder, quisiera que se despidieran lo mejor posible y a tomar viento fresco. Pero bueno, lo que hay es lo que hay.

Los nuevos, debido a su inexperiencia, querían atacar a Díaz inmediatamente, llevados por la rabia. Pero Oliver es un estratega, él sabe que no es el movimiento correcto. Eso solo sería entregarse en bandeja a Díaz. Necesitan pensar un plan y rápido. Mientras que Díaz ha formado un caos, una zona de guerra en medio de la ciudad. Oliver pretende atacarle con movimientos sibilinos que no se espere. Y ese movimiento tiene un nombre: Anatoly. Díaz no se espera que él lo traicione. Lo tomaría por sorpresa y les daría ventaja.

En efecto, lo hace, les da cierta ventaja cuando van a atacar a Díaz pero todo sale mal y no logran acabar con él. Esto hace que los planes se precipiten y el equipo, con el beneplácito de Oliver, tomen decisiones que creen necesarias para atrapar a Díaz. Aunque algo le dice a Oliver que no es la forma correcta de hacer las cosas. A partir de este momento, el equipo devuelve los golpes a Díaz con la misma agresividad que él, casi sin calcular sus movimientos. Solo un golpe tras otro buscando que sea el definitivo.

Si algo tiene Díaz es que no es un estratega capaz de trazar los planes más astutos y sibilinos. Él ha crecido en las calles y lo distingue su fuerza bruta. Han “construido” un villano cuya clave no es su inteligencia. Si no su fuerza bruta. Por eso Díaz no traza un plan para acabar con todo el equipo, simplemente manda asesinos a que los acribillen a balazos. Lo mueve su agresividad, su complejo de hombre invencible. Piensa que nadie lo puede tocar, que él es el mejor en todo. Alguien invencible.

Y, si bien eso lo ha ayudado bastante puesto que todo el mundo lo subestimaba, es un arma de doble filo. También es su punto débil. Cuando somos tan soberbios que nos creemos los mejores en algo, esa misma soberbia suele ser nuestra perdición. Para él, nada es imposible porque si alguien se interpone en su camino, lo aplasta. De hecho, Díaz también comete el error de subestimar al Team. Cuando ellos se han salvado de su brutal ataque, para él, han tenido “suerte”. No es capaz de reconocer que se enfrenta a rivales fuertes porque, en su mundo, nadie es más fuerte que él.

En ciertos aspectos es como un niño caprichoso. Desea algo y monta una rabieta hasta conseguirlo. Sólo que sus rabietas acaban con gente muerta. Por eso ha matado a La líder de Quadrans. Ella, a su modo de ver, era alguien molesto que se interponía en su camino y encima Anatoly en un movimiento muy inteligente, le ha hecho pensar que lo había traicionado. Era un lastre así que está fuera de juego. Como quiere liderar la organización criminal, mata a quien se lo impide.

No hay un orden especifico, un plan específico. Su plan cambia, al principio solo quería entrar en Quadrans, ahora quiere ser su líder. Mañana, será otra cosa. Es…impredecible porque no tiene un plan en mente. Solo forma caos a su alrededor. Esa forma de actuar hace que a Oliver, siendo un estratega como es, le resulte imposible leer a Díaz y sus próximos movimientos.

Oliver sabe leer a las personas cuando tienen un plan concreto. De alguna forma, él encuentra un patrón en sus movimientos y termina por conseguir adelantarse a sus movimientos. Hasta ahora, se había enfrentado con personas igual de astutas e inteligentes en ese aspecto como él. El problema con Díaz es que solo sus deseos lo mueven, su ego lo maneja. Es una de las razones por las que este villano es diferente: Oliver no puede leerlo porque nadie puede leer en medio del caos.

Como hemos comentado en otras ocasiones, la construcción de Dragón como villano ha dejado mucho que desear. Ha sido pobre y floja pero una vez que olvidamos eso por nuestra salud mental, estos pequeños detalles sí están bien hechos. Igual que cada vez que Oliver se ha enfrentado a Díaz directamente estaba de alguna forma mermado, en este episodio con el gas, anteriormente por la droga. Porque nadie nos creemos que un Oliver en plenas facultades no pudiera en una lucha cuerpo a cuerpo con Díaz.

En esta ocasión, como os he comentado antes, al final el equipo ha decidido devolverle a Díaz el golpe en su propio terreno: con agresividad y sin pensar. Dejándose llevar por la frase que le ha dicho Oliver a William sobre Díaz al principio del episodio, la que os comentaba antes que marcaba el episodio. Precisamente lo decía por esto. Saber que Díaz no es anda comparado con otros villanos hace que vuelvan a subestimarlo y casi mueran en el intento de ir a por él.

El plan ha salido mal. Oliver se ha dado cuenta de que, tal y como le decía su instinto, esta no era la forma correcta de ir a por Díaz. Necesita algo más. Y se mete en la boca del lobo. Va a ver a Watson y le explica la situación. Ella tiene una mirada victoriosa en sus ojos, sabe que ha ganado, que Oliver ha vuelto arrastrándose por su ayuda. Sabe que va a confesar su identidad, lo que siempre había querido. Es más, se lo exige. Pero le exige dos cosas y Oliver acepta sin llegar a saber cuál es la segunda.

Esto me ha sorprendido. Oliver es astuto, inteligente…un estratega. Calcula riesgos, si merece la pena correr un riesgo o no. Para eso, debe saber a todo lo que se enfrenta. Pero Oliver no espera y acepta el trato sin saber todas las condiciones. Creo que es una muestra de lo desesperado que está por atrapar a Díaz. Ha estado a punto de acabar con todo lo que es amado, de nuevo. No puede permitir que tenga una oportunidad más. Da igual el riesgo que deba correr, para él merece la pena.

La primera parte es fácil: confesar su identidad como GA a Watson. Pero, ¿cuál es la segunda?. Para mí está claro: que lo confiese públicamente. Watson no se va a contentar con sólo saberlo ella. Se ha jugado su carrera con este gran caso y no ha conseguido una victoria real en él. Eso hace que su credibilidad, su prestigio y hasta su carrera misma estén en la cuerda floja. Necesita que Oliver lo confiese públicamente para que nadie dude de ella. Y ese será el verdadero precio que pague Oliver por la ayuda de Watson.

Ahora bien, ¿realmente lo ayudará?. El empeño de Watson por atrapar a Oliver y acabar con los vigilantes parecía más personal que profesional, ¿está en la nómina de Díaz? Si lo está, Oliver estaría hundiéndose a sí mismo por nada. Sólo le daría más poder a Díaz. Si no lo está, es posible que otros agentes del FBI sí lo estén. Como veis, la situación de Oliver es bastante delicada. Pero a situaciones desesperadas, medidas desesperadas.

Una vez que hemos analizado esto, vamos con nuestra parejas favoritas. Olicity y Dyla. Dyla y Olicity. Son las dos caras de una misma moneda. Siempre hemos dicho que Dyla era el futuro de Olicity y cada vez que hemos tenido oportunidad de ver a las parejas juntas en pantalla – por favor, que Audrey (Lyla) sea regular en la S7, gracias – se ha comprobado. En esta ocasión no ha sido la excepción.

El plan trazado significaba que tanto Lyla como Felicity debían estar en primera línea de fuego, sobre todo Lyla. Pero sus maridos debían estar apartados, a la espera por si los necesitaban. Diggle lleva bien esta situación pero Oliver no. Como al principio del capítulo, Oliver sobreprotege a Felicity. No quiere que esté en el campo de batalla. Ella le recuerda que no será su primera vez y él le contesta que no era madre entonces. Ahora está William y Oliver está dispuesto a arriesgarse sólo si sabe que el pequeño tendrá a Felicity a su lado. Pero, ¿qué quiere Felicity?. Oliver no lo tiene en cuenta.

Él solo quiere protegerla tanto…que no la deja elegir. Desea encerradla en un búnker junto a William para que nada pueda tocarla. En una jaula de cristal. La trata como una damisela en apuros no porque quiera que lo sea si no porque necesita asegurarse de que una de las personas que más ama en el mundo está a salvo. Pero Felicity es lo más lejano a una damisela en apuros, igual que lo es Lyla. Ella se va a arriesgar y Diggle, sintiendo lo mismo por ella que Lyla por Felicity, la apoya, la ayuda. No le impide elegir y ser quién realmente es.

Oliver tiene pocos argumentos en esto así que se va a lo más fácil “Lyla es un soldado” pero el caso es que, como le deja bien claro Felicity, no es necesario ser un soldado para arriesgarse. Por supuesto, es diferente en cuanto a las posiciones que han de tomar pero ser soldado no te hace ser más que quién no lo es. Entiendo a Oliver y su necesidad de proteger a Felicity, tanto que esa necesidad le hace dar a entender algo que no siente, pero estoy totalmente de acuerdo con Felicity AKA reina. Ella tiene que ser quién es y no puede permitir que nadie le haga ser quién no es o la trate diferente. Estoy muy orgullosa de ella.

Felicity le pide consejo a Lyla. Como se ha visto claro en la conversación Olicity, Dyla está en la misma situación que ellos y Diggle suma no le resta a Lyla. Felicity necesita saber cómo lo han conseguido. Dyla es el futuro de Olicity, ellos llegarán a estar ahí y Felicity necesita saber cómo lo conseguirán.

Lyla la ayuda, le deja claro que ambos saben que sus vidas van a correr peligro ahí fuera. Es la vida que han elegido, es su vida, corren riesgos a diario. Y, amándose como se aman y teniendo una familia, se preocupan el uno por el otro. Les aterroriza perderse…pero en algún punto es una pérdida de tiempo. Porque les evita disfrutar de los momentos juntos, incluso de los que viven en medio de una batalla campal. Cualquier momento puede ser el último en las vidas que han elegido. La clave está en aceptar que van a correr riesgos y confiar en la capacidad del otro para salvarse a sí mismos y ayudar cuando haga falta.

Eso es lo que hace Dyla. Justo eso. Cuando el plan sale mal y atrapan a Lyla en medio del fuego cruzado. Ella empieza a disparar y confía en Diggle para que llegue a tiempo y la ayude. Felicity tampoco escapa de la pelea y logra llegar hasta el dispositivo que buscan, aunque Díaz está a punto de acabar con ella y Oliver lo distrae para que Felicity pueda escapar. La situación con respecto a Dyla es igual. Sin embargo, mientras que para Dyla es solo rutina, a Oliver le cabrea que Felicity haya corrido ese riesgo. Pero es sólo quién es. No huye de una pelea, ninguno lo hace, ¿por qué ella sí? De nuevo, Oliver y su necesidad de protegerla toma el control e intenta evitar que sea…ella misma.

Esto se ve en la discusión que mantienen cuando están en un lugar seguro. Felicity desea que le reconozca su valentía pero sabe que no lo va a hacer. Oliver le dice que le va a decir todo lo que le va a decir porque la ama. Si, la ama. Pero aquí Oliver confunde las cosas. En este momento, para él amarla significa protegerla de todo y de todos, incluso aunque Felicity se resista a esa situación.

La parte de Oliver que sólo quiere encerrarla en una jaula de cristal para mantenerla a salvo está al mando. Pero amarla no significa eso, si no todo lo contrario. Significa dejar que luche, aunque una parte de ti se muera de preocupación por ella, porque así es como ella es. Una luchadora. Es una de las cosas que ama de ella. Que no huye de una maldita pelea cuando la tiene en frente, igual que él no lo hace. Sobreprotegerla tanto exigiéndole que deje de luchar escudándose en el amor no es lo correcto. Lo correcto es dejar que luche precisamente porque la amas y sabes que pedirle que no luche es como pedirle que deje de ser ella misma.

Diggle aprendió esa lección y Oliver lo hará. Pero, de momento, para él lo que ha hecho Felicity ha sido una estupidez. Felicity lo ve de otra forma, era un riesgo calculado. Igual que el propio Oliver, ha calculado el riesgo que corría y el beneficio que podía obtener y ha actuado en consecuencia. Pero Oliver ha visto a Diaz a punto de matarla y eso lo ha vuelto loco, su lado sobreprotector ha salido aún más a la superficie.

Felicity no da su brazo a torcer – y la amo aún más por ello -, el riesgo merecía la pena. Podrían haber salido mal muchas cosas, como cada vez que salen ahí fuera pero no ha pasado y han logrado una victoria. Oliver, como siempre que algo le afecta más de lo que está dispuesto a reconocerse a sí mismo, se pone a la defensiva. Ver a Díaz a punto de matar a Felicity le ha afectado de forma muy profunda y no puede dejar de repetir esa escena en la cabeza y lo cerca que ha estado de perderla, para siempre. Y siente que si Felicity no se hubiera arriesgado y hubiese huido nada hubiese pasado. Él no estaría tan aterrorizado como esta, no tendría ese nudo en la garganta. Esas ganas de abrazarla tan fuerte que sus dedos dejen una marca en su cintura y no dejarla ir jamás.

En vez de hacer precisamente eso, no duda en sacar la conversación de que esos riesgos innecesarios y la preocupación que conllevan fue el motivo de que trabajará solo. A Felicity le duele recordar cómo Oliver se refugió en esa soledad, excluyéndola incluso a ella de esa parte de su vida, entonces le planta cara. Así no es como funciona. Son un matrimonio. Son la fuerza el uno del otro. No están solos. Nunca más lo estarán.

Para Oliver no es tan sencillo pero en realidad sí lo es. Es así de sencillo. Felicity conoce a Oliver y sabe que siempre aprende…aunque con tiempo. Pero no tienen tiempo. Felicity necesita que lo empiece a ver así porque están en el límite con Díaz.

Felicity tiene experiencia porque ella está siempre en la posición en la que está Oliver ahora. Ella está en el búnker esperando y confiando en que Oliver es capaz de volver a casa. Ella sabe cómo se siente y también sabe que, por muy preocupada que esté, no sería justo pedirle a Oliver que no lo haga más porque le estaría pidiendo que renunciara a una parte de quién es.

Oliver lo ve de forma distinta, seguramente si Felicity le pidiera que lo dejara él lo haría. Igual que lo hizo en su momento por William. Por eso no comprende que Felicity no haga lo mismo. La diferencia es que Felicity sabe perfectamente que no debe pedírselo precisamente porque amarlo significa que no debe hacerlo. Oliver aún no ha llegado a ese punto de comprensión.

De hecho, para Oliver la preocupación que siente cada vez que Felicity está en peligro hace que no esté al 100% porque su mente y su corazón están pensando en ella. Eso es parte de querer a alguien. Esa persona se convierte en nuestra mayor debilidad pero también en nuestra mayor fortaleza.

En la conversación con Diggle, Oliver reconoce que está cambiando las reglas con Felicity porque de solo pensar que le suceda algo…es superior a él. Más ahora que tienen a William y él la necesita si a él le sucede algo.

Oliver le confiesa a Diggle que la decisión que tomó de aislarse fue por sus palabras pero Oliver lo entendió todo mal y solo se refugió en su lugar seguro. Él se está centrando en lo que podía haber salido mal…y Diggle en que no lo a hecho. Porque John sabe que debe centrarse en eso, en que ambos están vivos y que pueden compartir más momentos. Que eso merece más la pena que él no poder parar de pensar en todo lo que podría haber salido mal.

Es más, Diggle le comenta lo que os he dicho antes: Felicity se siente así todos los días. Y le deja bien claro que sus palabras no iban dirigidas a que Oliver apartara de esa parte de su vida a todas las personas que le dan fortaleza. Porque Felicity, William, le dan fortaleza. Son su punto fuerte. Porque es la razón por la que está luchando. Es como al principio del episodio, Oliver necesitaba un momento familiar para recordar por quién estaba luchando, para coger fuerzas de ellos. Oliver sentía esa necesidad porque en el fondo sabe que ellos son su fortaleza. El resto es simplemente dejarse llevar por su necesidad de sobreprotección y por su miedo.

Por cierto, aquí, igual que con el Team, se demuestra que no tiene sentido la brecha entre Oliver y Diggle. Estos personajes son familia, pelearse así no van con ellos. Y menos sin haberlo arreglado ya.

Cuando Díaz ataca el búnker de reserva, Oliver intenta, de nuevo, que Felicity deje todo y se ponga a salvo. Pero ella no es así. Nadie del Team huye de la pelea y ela no es diferente. Se queda hasta que su trabajo esté hecho o no tenga más remedio que irse. Oliver la deja y le cubre las espaldas. Empiezan, por fin, a trabajar juntos.

Felicity intenta que Oliver se aleje pero él no la va q dejar, ni en un millón de años. Aquí ya no está intentando nada más que cubrirle las espaldas. La está ayudando a estar a salvo. Las palabras de Oliver “no chance” son un paralelismo con las palabras que dijo Felicity al final de la S4. No hay ni una oportunidad en el infierno de que se abandonen entre sí.

Las cosas se ponen muy feas y se están ahogando con el gas que los hombres de Díaz han introducido en el búnker. Felicity intenta quedarse porque sabe que es ahora o nunca y…prefiere morir ella que él. Felicity daría la vida por él igual que Oliver lo haría por ella. Y William necesita a su padre. Pero aquí Felicity se equivoca, los necesita a ambos. Los dos, juntos, van a salir de ahí. Sea como sea. Oliver va a encontrar otra forma, como siempre ella le ha dicho que haga. Van a protegerse las espaldas y se van a ayudar el uno al otro a sobrevivir. Van a actuar como lo que son: un matrimonio.

Eso hacen, ambos están casi derrumbados debido al gas pero Oliver está ahí, animando a Felicity, sabe que ella puede. De hecho, la carga en sus brazos en un claro paralelismo al episodio 2×22. ¡Maravilloso!. Están a punto de lograrlo pero Día los interrumpe.

Dragón los ataca y Oliver deja con delicadeza a Felicity en el suelo para encararse a él. No puede casi moverse pero no va a permitir que le haga algo a Felicity. Tal y como dice Dragón, él haría cualquier cosa para salvarla…incluso equivocarse e intentar tratarla como una damisela en apuros cuando no lo es. Pero ya ha aprendido la lección y obedece a Felicity cuando le pide que detone la bomba, ella también le está cubriendo las espaldas.

Esta escena ha sido tan potente y tan significativa, incluso angustiosa porque en el fondo sabíamos que todo saldría bien pero ¡madre mía qué tensión!. Han logrado transmitirnos al espectador ese miedo que nos ha puesto los pelos de punta.

Al final, una vez que ambos están a salvo, Oliver sabe que lo ha hecho mal y debe disculparse. Tras una conversación súper tierna con William, lo hace.

No duda en abrirse con ella y aceptar que se equivocó. Jamás debería haberla excluido si no haber confiado en su capacidad para mantenerse a salvo a sí misma y en su propia capacidad para ayudarla. Igual que Felicity siempre ha hecho. Igual que Dyla hace cada día de su vida.

Eso es lo que Felicity deseaba desesperadamente escuchar, quería que lo entendiera y que aprendiera que no puede protegerla de todo. Si no que debe confiar en que ella sabe mantenerse a salvo y ayudarla cuando debe porque separados son fuertes pero juntos, son invencibles. Oliver lo ha aprendido y es consciente de que aún le queda mucho por aprender y que lo hará poco a poco. Es una promesa, unidos aprenderán lo que significa vivir como un matrimonio la vida que han elegido. Y nosotros estaremos encantados de acompañarlos en el camino. Por fin una angustia Olicity de las que nos encanta, ¡sublime!.

En cuanto a los stunts, es imposible no mencionar la lucha de Oliver contra los hombres de Díaz al principio, salvaje y brutal, Oliver solo contra tantos hombres, una de las mejores escenas de lucha que han hecho. Que Stephen haga estos stunts, sin necesidad de doble le da un plus de fuerza a la escena y mucha más potencia. ¡Enorme!.

CONCLUSIÓN

En conclusión, ha sido un episodio con el nivel bastante algo, coincidiendo con el listón que se han puesto en estos capítulos finales. Mostrando, una vez más, que cuando Arrow se centra en los personajes principales y las dinámicas que son responsables de su éxito, la serie da un salto de calidad y nos enamora a todos.

Este episodio nos ha demostrado que saben hacer las cosas bien cuando quieren. Manteniéndonos en tensión, con un nudo en la garganta de puro miedo y angustia y con lágrimas en los ojos de la emoción. Incluso, por fin, han sabido darnos una angustia en la pareja principal que es totalmente lógica entre ellos y han plasmado a la perfección cómo lo han superado uniéndose más si cabe.

Se están saliendo en estos últimos capítulos y este episodio nos lleva de la mano directamente a lo que parece ser una gran season finale.

Y hasta aquí la crítica del 6×22. ¿A vosotros qué os ha parecido este episodio?. ¡No dudéis en comentármelo!. Nos leemos la semana que viene con la crítica del 6×23, la season finale, “Life Sentence” y recordad que podréis ver este capítulo el 18 de mayo a las 22:00 en SYFY.

Por Raquel


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Raquel Morales

Un día descubrí las series, al día siguiente internet y mi vida muggle se fue a la basura. Escritora a tiempo completo, y fangirl como modo de vida.
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