Shameless 7×10: Miss me?

Tal vez nos arriesgaríamos a decir que este se trata, del capítulo de la séptima temporada que no dejará indiferente a nadie. Y es que después de los últimos acontecimientos en Shameless, por fin nos han dado lo que muchos esperábamos como agua de mayo.

EXCUSAS PARA SER ELLOS MISMOS

Después de la gran confesión de Monica a Frank la semana anterior, este ha vuelto a caer rendido a sus pies (que tampoco hacía falta mucho). Justo lo que quería Monica, que tiene preparado todo un plan para robar a la propia policía, con la excusa de dejarle una herencia a los niños.

Pero con lo desastres que son estos dos juntos (y por separado) el plan pronto se va a la mierda y comienzan a saltar de plan B en plan B. Pero para el plan definitivo (robar a jubilados) necesitan ayuda, y que persona más fácil para convencer que el inocente Neil. Y el plan finalmente les sale hasta bien, al menos hasta que Debbie los descubre y los echa de la casa de Sierra, donde hasta ahora todos estaban viviendo.

Una Debbie que pese a sus dotes de mandona en casa, parece que comienza a encauzar su vida. Tiene claro que quiere casarse con Neil (según ella porque está enamorada, nosotros aun no lo terminamos de tener claro), trabaja en la lavandería donde resulta que se le da bien, ha sabido deshacerse de Monica y Frank… Debbie no lo estropees pronto. Eso si no lo estropea otro por ti.

¿PRECIO O NECESIDAD?

Y justo antes decimos lo de “si no lo estropea otro por ti” porque en cierto modo es lo que ha acabado haciendo Fiona. La mayor de los Gallagher ha luchado todo lo posible por llevar a cabo la remodelación de la lavandería Wendell’s, y le ha costado lo suyo. Pero ahora Margo, la dueña de Patsys y de un cuarto de Chicago (incluido el edificio donde se encuentra la lavandería) quiere comprar también el nuevo negocio de Fiona. Y como es de esperar, la primera reacción de la chica es por supuesto un rotundo no.

Por eso mismo sigue con sus innovadores planes en la lavandería pero sin dejar de darle vueltas a la oferta de 90K dólares. Eso son 10.000 dólares más de lo que invirtió y necesitaría mucho tiempo para sacar esa cantidad de beneficio. Si por ese número comienza a pensárselo, imaginemos cuando Margo comienza a subir la cifra. Porque aunque Fiona se empeñe en que le prometió a Etta el permitirle vivir ahí, aunque parte de su familia viva del trabajo en la lavandería y aunque sea importante para el vecindario, va a ser verdad que todos tenemos un precio. Y el de Fiona es 160.000 dólares.

Y no es hasta la escena en la que Fiona baila con Etta, cuando nos damos cuenta de que va a aceptar. Porque todo lo que le impedía vender eran muy buenas razones, pero al fin y al cabo no lo eran todo. Ese dinero supone el doble de lo que había pagado. Supone pagar el préstamo y quedarse con otros 80k dólares, y con la situación de la familia eso es dinero caído del cielo. Dinero que hubiera tardado muchos años en ganar. Lo que más duele de esta decisión es Etta y toda la cuestión ética que rodea a dicha decisión. Hay motivos suficientes para justificar ambas decisiones, unos aceptarán una y otros otra. Personalmente creo que me hubiera pasado como a Fiona, por mis principios me habría negado en las primeras ocasiones, pero tras pensarlo fríamente e imaginando el futuro y comodidad de todos, incluida Etta, me hubiera decidido por vender.

Por último con Fiona hemos tenido al fin la reconciliación entre ella y Veronica que tanto esperábamos. La amistad ha sido siempre tan especial entre estas dos, que durante toda esta temporada hemos tenido ahí un gran vacío. Y ha sido ahora, en los momentos más bajos de ambas, donde V tiene el corazón roto por Svetlana y Fiona lo tiene roto por su propia decisión, cuando no les ha quedado de otra que dejar a un lado su estúpido cabreo para poder consolarse la una a la otra.

CERVECITAS PA ESTE CORAZÓN PARTÍO

En el anterior episodio estuvimos a punto de celebrar por todo lo alto que nuestro trío favorito había medio-arreglado las cosas. Y lo hubiéramos hecho si no hubiera sido por Svetlana y su sobrada en el bar. Ahora, Kevin y V descubren qué pasó realmente, ya que mientras ellos pensaban que firmaban los papeles de adopción de los niños, lo que estaban firmando eran diferentes contratos para ceder el bar a Svetlana entre otras cosas.

Las niñas siguen siendo de Kevin y Veronica, Yevgeny sigue siendo de Svetlana, la “camionteta” sigue siendo de Kev  y V y el Alibi es de la rusa. Y lo peor de todo esto es que no pueden reclamar ni denunciar nada, porque ellos son los que han firmado los documentos. Para Svetlana, lo que ha hecho es lo más normal y lógico que ha hecho. Incluso si te paras a pensarlo tiene sentido, ella realmente es mucho mejor en el tema de la economía familiar y del bar, y será cierto que gracias a ella no se irá todo a la mierda. Lo malo es cuando recuerdas que lo ha hecho engañándolos, con nocturnidad y alevosía.

Gracias al consejo de Fiona, Kev acude al abogado que la ayudó a ella con el tema de su matrimonio. Y la entrevista que tiene con él parece tener muy buena pinta, al menos para Kevin. Lo que no tiene tan buena pinta es el dinero que les va a costar. ¿Aceptará Kevin?

HORA DE TOCAR FONDO

Lip tenía que tocar fondo en algún punto de la temporada, y ha sido ahora. Después del justo desplante de Sierra, Lip se ha terminado de perder en la bebida, despertándose en el tren al más puro estilo Frank. Tampoco ha ayudado demasiado el hecho de presentarse en la cafetería aun borracho y pidiendo drogas a una compañera. Aún menos ha servido la pequeña charla de Fiona para que se largara a dormir la mona.

El punto de no retorno es cuando Lip despierta en mitad del salón de Helene, la profesora por la que perdió el norte. Y al igual que este es el punto más bajo del chico, parece ser “la patada” que necesitaba para espabilar. Que fuera la propia Helene la que le dijera que necesita ayuda, que necesita parar con esta mierda. La escena al salir de la casa de la profesora, donde vemos a Lip más destrozado que nunca, no muestra otra cosa aparte de la propia decepción y rabia que tiene Lip consigo mismo. No llora por pena o por que eche de menos a Helene, llora por la vergüenza de hasta donde ha llegado, por la frustración que le provoca todo esto. Es el momento en el que parece mostrar esa decisión de “tengo que salir de esta mierda”, muestra algo de convicción en su cara, más de lo que habíamos visto hasta ahora. Y de ahí lo vemos ir directamente a una iglesia donde aparentemente se celebran las típicas reuniones de Alcohólicos Anónimos. Dicen que segundas partes nunca fueron buenas pero… ¿lo será esta?

LET’S RIDE BABY… LET’S RIDE

Lo sabemos, estábais deseando llegar a esta parte, la mayoría de la atención del capítulo la teníais puesta en esta trama. POR FIN hemos vuelto a ver a Ian y Mickey juntos sin un cristal de por medio. Y en un principio Ian ha tratado de evitar el reencuentro, al fin y al cabo ha rehecho su vida con Trevor, o al menos lo está haciendo. Pero la frase de “donde hubo fuego, cenizas quedan” se queda muy corta para estos dos, y tarde o temprano tendría que haber un encuentro.

Un encuentro de lo más controlado desde que Mickey está en busca y captura. Aunque pese al secretismo y aparente brutalidad, Mickey tiene medido hasta el punto donde se van a encontrar. Bajo las gradas, en su lugar. Un encuentro con mucho significado, porque ya dijimos la semana pasada que Mickey se tendría que volver un fugitivo, así que para eso el encuentro con Ian. Nueva identidad, dinero y camino a México, You should come, es la puerta que le abre a Ian. Thougth a lot about you inside. You’re under my skin, man. What the fuck can I do? What can I do?. Y ahí niños, es donde vemos como Trevor desapareció de la cabeza de Ian durante un buen rato.

En un último intento de Ian de demostrar que ha superado a Mickey es visitar a Trevor en el trabajo. No ayuda demasiado el hecho de que el chico esté bastante ocupado en ese momento y no pudiera pasar el rato con Ian. Y eso hace que la cabeza de Ian siga dando vueltas, tanto que le acaba pidiendo consejo a Fiona incluso. Y ella se lo deja claro: Le has dado la vuelta a tu vida. Mickey le prendería fuego. Ian se las ha apañado mejor que bien sin Mickey (aunque nosotros, pobres espectadores, no tanto), sobre todo de últimas desde que conociera a Trevor.

Por un momento casi lo tiene claro después de la conversación con Fiona y parece que va a dejárselo igual de claro a Mickey, pero oh no, no va a ser tan fácil. CASI, te sale bien Ian, casi si no te hubieras acostado con él. Y aunque parece tomar la decisión a última hora, nos arriesgamos a decir que la decisión está tomada desde el primer encuentro entre ambos así que… Let’s ride.

Y al más puro estilo Bonnie and Clyde Thelma y Louise, ambos cogen carretera y manta y ponen destino a México. Ahora siendo pesimista como siempre soy, nos toca ponernos en lo peor. Y es que quedando 2 capítulos para que acabe la temporada, y contando lo lejos que está Chicago de la frontera con México, este viaje puede acabar siendo más corto de lo que esperábamos. No nos engañemos, ha empezado muy bonito pero en esta serie las cosas no suelen salir bonito y soy de las que apuestan porque no llegarán a México y acabarán pillando a Mickey antes. Que ojalá y sí llegaran a la frontera y la próxima temporada los tuviéramos juntos allí, pero lo veo complicado, en Gallavich todo es complicado.

                  

Así que saboread bien este caramelo que nos están dado y que parece de los últimos porque, y ojalá me equivoque, esto va a durar poco. Y aviso de nuevo; va a doler.55


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Shameless 7×10: Miss me?

de Serienfurecidos Tiempo de lectura: 8 min