Netflix estrena ‘La Mujer de la Casa de Enfrente de la Chica en la Ventana’ y le damos el visto bueno (con matices)
Desde que conocimos su existencia nos moríamos por echarle un ojo. Hace unos días, gracias a Netflix pudimos ver en exclusiva ‘La mujer de la casa de enfrente de la chica en la ventana’, la nueva serie de Kristen Bell. En esta casa se apoya incondicionalmente el misterio, la intriga y, sobre todo, a la actriz que dio vida a Eleanor en ‘The Good Place’.
Kristen Bell no está sola en todo este jaleo sino que se le suman otros nombres como Michael Ealy, Mary Holland, Shelley Hennig, Tom Riley o Christina Anthony. El elenco queda conformado por un grupo bastante heterogéneo de actores que nos conducirán a través de la trama de este thriller psicológico con toques de comedia negra. Una cosa bastante loca, vaya.
En esta casa se stanea a Kristen Bell
En esta ocasión, Kristen Bell, interpreta a Anna, una señora que no solo le basta con sus problemas de serie (alcoholismo, adicción a las pastillas, miedo a la lluvia…) sino que además presencia un asesinato desde el salón de su propia casa. Claro, chocho, si te pasas el día mirando por la ventana era cuestión de tiempo de que algo así sucediera tarde o temprano. No lo decimos nosotros, lo dicen estudios de alguna universidad estadounidense. Supongo.
Con este suceso el estático mundo de Anna se ve sacudido y a través de sus ocho capítulos, de algo más de veinte minutos de duración, tratará de resolver el crimen que promete acabar con la cotidianidad a la que se ha acostumbrado a raíz de algunos hechos traumáticos del pasado. ¿Qué hechos? Pues para eso ya le echas un ojo en Netflix, que se estrena este viernes. ¡Canalla!
¿En qué se inspira?
Si sumas dos más dos te darás cuenta de lo muchísimo que bebe esta serie de otras obras como ‘La Ventana Indiscreta’, ‘La Mujer en la Ventana’ e incluso ‘La Chica del Tren’. ¿Podríamos definirla como una especie de remasterización de estas? Podría ser. También podríamos decir que es un copia y pega de manual pero no estaríamos siendo del todo sinceros. Lo nuevo de Netflix juega con varias bazas a su favor para ser la serie que te salve la vida los próximos días.
La primera de ellas es la duración. Muy pocas series de este género son capaces de condensar toda la trama en tan pocos minutos. Estamos ante capítulos cortos que van al grano y que no tienen necesidad ninguna de marear la perdiz y enredarte con tramas que no acaban por ir a ningún sitio. Y claro que sí, se agradece muchísimo. ¡Nuestro tiempo es oro, chavales!
Por otro lado, otra de las cosas que hacen especial a este proyecto es que te taladra las neuronas de principio a fin. Enciendes la televisión, reproduces y siempre dudarás de todo lo que has visto. El thriller psicológico cumple muy bien su función y te mantiene dubitativo como espectador. ¿Esto que he visto es real? ¿Ha sido mi imaginación? El hecho de que te mantenga alerta con todo lo que está por venir es de agradecer.
Además, la trama es una joyita bastante linda. No es algo revolucionario que venga a romperte los esquemas pero sí que dan ganas de sumergirte en ella del tirón. Kristen Bell, en el personaje de Anna, no hace nada más que sumar puntos en todo esto. No nos encontramos ante un personaje plano que se encuentra de repente con un asesinato en su propia cara, en el sentido literal de la palabra.
Anna, con sus traumas del pasado y diversos problemas de adicción, es víctima de sus propios demonios internos a la hora de desenmarañar todo este lío. Y sí, esto hace de lejos mucho más atractiva la historia.
No todo iba a ser bueno: hay meteduras de pata
Aunque no todo iba a ser bueno, pues hay alguna metedura de patita bastante prominente. Tras tragarte los siete primeros capítulos llega el momento de descubrir el pastel y te acaba dando la sensación de que te lo topas de una manera apresurada. Por no mencionar, porque aquí somos señoritas de bien y no hacemos spoilers, la resolución del misterio.
Creemos que, después de todo, la serie no le da al espectador el final que se merece. Tras haber disfrutado de un proceso repleto de bombones, en lo que trama se refiere, nos adentramos en un desenlace algo absurdo que incluso roza lo inverosímil. Tras su visualización te costará reconectar con la historia y quizás te inunden unas ganas bastante grandes de poner siete denuncias.
A pesar de este final, con el que aún sufro parálisis del sueño, es una serie que recomendaría para pasar un buen rato. Cumple su función. Entretiene, te mantiene en tensión, con ganas de más y hace que le des vueltas al tarro. ¿Que su desenlace es más o menos chorra? Pues sí, pero siempre hay tiempo de arreglarlo en una posible segunda temporada. Una segunda temporada que por supuesto nos meteremos entre pecho y espalda.
Recuerda que ahora puedes encontrar merchandising de tus series favoritas aquí, en la tienda online de Seriéfilos Enfurecidos.
Fran Luna
