Las series de los 2000: Un atentado a la moda
Echarle sus horas al correspondiente visionado de Emily En Paris nos ha hecho mucho daño. Hemos pasado de usar esa camiseta morroñosa de publicidad para salir a comprar el pan a creernos diseñadores de moda pedantes y franceses con un bigote muy pequeñito. Sí, nos hemos convertido en ese tipo de personas. ¿Remordimientos? Te adelanto que ninguno. Es por eso que hoy venimos a hablarte de esa terrible etapa de la moda que aún continúa presente en las series de la década de los 2000. Amigas, date cuenta, las series de los 2000 fueron un atentado a la moda.
Tenemos muchas pruebas y muy pocas dudas de nuestra última afirmación. Mientras que actualmente es tendencia lucir looks algo extravagantes hubo un momento de la historia en el que la gente trataba de lucir elegante. Sí, digo trataba porque obviamente el cometido no llegaba a rematarse y se quedaba en una mera intentona sin sentido.
Está bien, quizás en su momento vivíamos en una especie de nebulosa en la que las toreritas y los pasadores de estrella con purpurina nos parecían lo más. Sin embargo, como ya dijo el líder de los filósofos presocráticos, María Patiño, rectificar es de sabios. Es el momento de redimirse, echar la vista atrás y arrepentirnos de adorar algo que para nada es bueno. Sí, como nos pasó cuando no podíamos dejar de escuchar los singles de Morat.
Una de las principales culpables de este despropósito de hace casi dos décadas fue Sarah Jessica Parker y Sexo en Nueva York. Su personaje de Carrie Brandshaw supuso un antes y un después en el mundo de la moda, sin embargo, a día de hoy tendríamos un par de palabras con sus estilistas. Menudos sinvergüenzas esos señores.
El chándal descolorido con los tacones, el vestido con dobladillos o el look “la secadora no me ha dejado lista la ropa así que me hoy me viste El Mundo“… Son solo algunos de los muchos locos ejemplos que a día de hoy no tendrían cabida alguna en nuestros armarios. Sobretodo el primero de ellos, muy de tener almuerzo con tus amigos a las 14:00 y masterclass de ballet clásico a las 16:30.
Gossip Girl, serie que se supone que aportó mucho más de lo que pensamos al mundo de la moda, también hizo de las suyas. Hubo un momento en el que parecía que Chuck Bass se untaba pegamento por el cuerpo y salía a la calle con todo aquello que se le quedara pegado.
Colores combinados en talleres de costura con sede en la ONCE, mix de estilos que no desearías ni a tu peor enemigo… A día de hoy no sabemos con certeza qué pasaba en las reuniones. Seguramente los canutos volaban entre esas cuatro paredes a la velocidad de la luz.
Por otro lado, Embrujadas, durante sus primeras temporadas fue un catálogo de todo aquello que no quisieras encontrar en tu armario ni en el día de Halloween. ¿Los estilismos? Muy de los Sims 1 cuando aún no conoces el truquito de motherlode.
Las Halliwell en su totalidad han sido un cuadro pero siempre hubo una gran perjudicada. El vestuario de Phoebe fue como un mantecado de coco. Nadie lo quiere pero acaba llegando hasta las manos de un pobre desgraciado.
Más volantes que en un concesionario de coches, hombreras, estampados imposibles… Todo tenía cabida en el vestidor de la pequeñas de las Halliwell. Normal que ninguna de las actrices tengan buenos recuerdos de la serie. ¿Los verdaderos demonios a los que se enfrentaron? Sus estilistas.
Para ir dándole el broche de oro a este artículo queremos lanzar una pregunta: ¿es que nadie pensó en los niños? Si no teníamos bastante con todo el horror por metro cuadrado de tela en el vestuario de los adultos… Atención porque el de los adolescentes era aún peor. ¿La cabecilla de todo esto? No podía ser otra, Raven-Symoné.
That’s so Raven es sin duda alguna de nuestras series preferidas del mundo Disney pero, ¿acaso nadie piensa interponer ningún tipo de demanda ante semejante despropósito?
Cada año, en época navideña, cientos de miles de niños pedían ropa parecida a la de su ídolo, creando de este modo poco a poco un ejército de pequeños monstruos que promovían el daltonismo alrededor del globo terráqueo.
¿Es necesario comentar por muy de pasada que sea el por qué Raven debe pagar con décadas de prisión todo el daño realizado al mundo de la moda? Creo que no pero por si acaso procedo a adjuntar algunos de los outfits que esta señorita tuvo el valor de lucir ante la cámara.
Se recomienda supervisión psicológica posterior tras ver las imágenes de archivo que pasamos a mostrar a continuación.
Ahora queremos saber sobre ti y conocer hasta qué punto degradaste tu dignidad como persona. ¿Fuiste también una víctima mortal de los 2000? ¿A qué moda te sumaste? Yo a los pantalones con estampados militares, los rosarios de plástico y las gafas con cristales degradados.
¿Soy un monstruo? Probablemente.
Fran Luna
