La despedida de Bones

Nuestra serie de asesinatos y nuestros investigadores del FBI favoritos  (con permiso de Irene y sus queridos Mulder y Scully) se despiden después de 12 temporadas, 12 años de huesos y no podíamos sino hacer una review de esta última temporada y lo que ha significado  ¿Me acompañáis?

Esta temporada se ha centrado mucho en los recuerdos y en la relación entre Booth y Brennan, se ha notado que han vuelto a la esencia de la primera temporada y yo más que encantada.

 Después del final de la temporada anterior, con la vuelta de Zack como el malo malísimo sabíamos que esta temporada iba a ser una frenesí y no nos hemos equivocado. Ya desde el minuto uno hemos visto como Booth y Brennan se han tenido que enfrentar a los fantasmas del pasado y replantearse su futuro. Me ha encantado como en ciertos momentos sus roles se han intercambiado siendo Brennan la que tire más hacia la bondad de Zack y pensando que no ha sido él asesino sin tener pruebas mientras que Booth quiere pruebas irrefutables, ¡cuanto han cambiado en doce años!

Después de descubrir quién era el verdadero asesino y porqué iba detrás de Booth la temporada se ha contado con la presencia de todos los personajes, tanto vivos como muertos (oh Sweets, ¡cómo te echamos de menos!) y en este último capítulo hemos visto como todos han tenido su final feliz a pesar de que el comienzo no era tal halagüeño pues la explosión ha destruido el laboratorio y hay que volver a reconstruirlo. Quizá he echado en falta la aparición de Zooey Deschanel y de Parker ¿¡dónde demonios estás Parker!? pero me ha parecido un acierto la muerte del padre de Brennan (aunque me haya dado mucha pena) porque le ha dado una nueva visión al personaje y una preocupación: ¿quién es de verdad?, ¿cómo quiere formar una familia?

En este último capítulo hemos visto como todos los personajes se despedían de la serie e incluso como Brennan perdía la memoria, lo que de nuevo le ha hecho replantearse quién es, pero ahí estaba Booth para recordarle que ella es mucho más que su cerebro.

Todos los squints han estado presentes en el capítulo y aunque me hubiera gustado que Aubrey y Jessica se hubieran quedado juntos (eran mi OTP), no esta mal que le junten con la psicóloga, se veía venir la verdad.

En cuanto a Camille y Arastoo, parece que su cuento de hadas no se acaba y se marchan a Europa para adoptar, ¡van a ser unos padres estupendos! Como Camille se va, alguien se tiene que quedar a cargo del laboratorio y ¿quién mejor que Hodgins? YES, ¡KING OF THE LAB! Para nosotros siempre lo ha sido pero reconocérselo es lo mejor que le podía pasar y más después de todo el trauma con la silla de ruedas. Respecto a la silla de ruedas, tenía la esperanza de que saliese andando o que la cura llegase antes, pero todo no puede ser.

Otro de los momentos más emotivos ha sido cuando todos estaban recogiendo sus cosas y han empezado a salir recuerdos de todas las temporadas, ahí ya me rompí, todo estaba tan bien hilado, y traía tantos recuerdos (tanto a los personajes como a los espectadores) que me pareció una forma perfecta de recordarnos los doce años que hemos sufrido, amado y llorado con al serie.

Finalmente, Booth y Brennan se despiden sabiendo que no es el final y me parece que es la mejor despedida que se le podía hacer a la serie: siempre he pensado que Brennan no sería capaz de dejar su trabajo, por eso el final de la décima temporada me dejó tan descolocada (recordad que cerraron el final porque pensaban que no la renovaban) pero este final es perfecto. Creo que todos han tenido su papel, su momento y su despedida, incluso Sweets y Vincent.

No me queda nada más que decir que:

ONCE A SQUINT, ALWAYS A SQUINT!