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Esto sucede en nuestro cerebro cuando no sabemos decidir qué serie ver

En estos precisos instantes, y desde hace semanas, me encuentro sumergido en un parón seriéfilo del que no soy capaz de salir por mucho que lo intente. Me genera cierto hastío, o incluso ansiedad, el tener que debatir conmigo mismo qué nueva aventura consumir frente a la televisión. Ante esta situación solo me ha sido mentalmente viable el hecho de aferrarme a series que ya he visto con anterioridad. ¿Disponiendo de varias plataformas en casa por qué prefiero tragarme una vez más ese capítulo de ‘Aquí No Hay Quién Viva‘? Es mi pregunta recurrente. Hasta ahora no había sabido a qué se debía tal situación pero tras hacer una profunda investigación al fin he dado con la clave. Esto sucede en nuestro cerebro cuando no sabemos decidir qué serie ver.

Un sentimiento que puede llegar a paralizar

Disponer de demasiadas opciones ante nosotros puede llegar a paralizarnos. Así lo demostró la Dra. Sheena mucho antes de que Netflix y similares llegaran a nuestra vida. Hace casi 25 años, esta psicóloga, realizó un experimento basado en la reacción de un grupo de personas frente a un número concreto de tarros de mermelada. Se analizó la reacción de dicho grupo frente a un expositor de 24 tipos distintos de mermelada y, por otro lado, la reacción ante un expositor de solo 6 tipos diferentes. El resultado de tal estudio es más que esclarecedor.

El 60% de los participantes del experimento optaron por parar frente al stand con más variedad de mermeladas, mientras que el 40% restante permaneció en el expositor con solo seis tipos de este delicioso manjar. De estos porcentajes se concluyó que cuanta más oferta se le hace llegar al consumidor más llega a captar su atención. ¿Pero qué datos fueron definitivos?

Irónicamente solo un 3% de los participantes frente al expositor con mayor variedad realizaron algún tipo de compra durante la experiencia. Mientras tanto, en el stand con un menor oferta de tipos de mermeladas, un 30% de los participantes acabaron realizando una compra.

Tal y como explica Pedro Rey, profesor titular de Economía del Comportamiento de ESADE, respecto al experimento de la Dra. Sheena:

“Lo que nos encontramos en la llamada paradoja de la mermelada es que cuantas más opciones hay, más gente se acerca a probar pero menos gente compra. Ante tantas opciones se puede crear una presión al consumidor que bloquea su decisión. Hay una sobrecarga de la elección.”

Siendo conocedores de dicho estudio, ¿podría el gran catálogo de algunas de nuestras plataformas preferidas llegar a paralizarnos en cierto modo? La respuesta es más que clara, sí. Podría ser que nos encontrásemos en un punto en el que buscamos sentirnos libres o poderosos teniendo un mayor abanico de posibilidades a nuestro alrededor. Y en muchas ocasiones sin ni siquiera llegar a aprovecharlas realmente. ¿Nos es rentable? A nosotros evidentemente no, a las grandes plataformas de streaming, sí.

Así se aplica la paradoja de la mermelada al streaming

Según la paradoja de la mermelada, por muy saturados que estemos, estas plataformas seguirán acercándonos servicios y nosotros continuaremos “cayendo” en estos. En el caso de las series, Pedro Rey, agrega lo siguiente:

“Una cosa es probar y otro comprar. En el streaming el momento de probar es el de suscribirte al servicio. Ahí tienen que darte la sensación de ofrecer de todo, para que te apuntes. Te crean la necesidad de suscribirte a todo, pero a la hora de la verdad mucha gente se pasa más tiempo navegando por el menú que viendo algo.”

Pero, ¿en qué punto exacto es cuando nuestro cerebro renuncia a la búsqueda de una nueva serie? ¿Qué es exactamente lo que nos genera esa sensación de ansiedad cuando no sabemos que ver? Rey lo explica.

“Ese estrés es el que bloquea, porque mucha gente prefiere no tomar una decisión a tener la sensación de haberse equivocado. Pero como nos gusta probar, para entonces ya estamos suscritos.”

Vale, parece que este sentimiento de hartazgo no es del todo anormal, me quedo mucho más tranquilo. ¿Te pasa a ti también? ¿Hay manera de superar este sentimiento de sobresaturación? La mayor parte de los estudios que se han realizado a lo largo de la historia concluyen que los seres humanos no solemos actuar de forma racional ante este tipo de situaciones. ¿Podrían tener razón? Tal vez, mírame a mi, escribiendo este artículo en lugar de cancelar mi suscripción a Disney+ tras haberlo usado unas diez veces después de un año.

Lo que nos proporciona un sentimiento contradictorio de tranquilidad no es el hecho de consumir series sino el saber que tenemos a nuestra disposición muchas opciones. Hagamos uso de ellas o no.

¿Deberíamos empezar a actuar de un modo más racional a la hora de contratar estos servicios si verdaderamente no les damos la salida que esperábamos? Tal vez sea el momento de pararnos a analizar cual es nuestra propia situación actual y recapacitar acerca de esta.


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Fran Luna

Cago, odio y me spoileo a partes iguales. Mi animal espiritual es Belén López Vázquez (3°B) y todo lo que sé sobre el amor lo aprendí gracias a Pasión de Gavilanes. Yo por mis series MA-TO.
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