DC crossover (I): Supergirl 2×08 ("Medusa")
¡Hola kryptonianos!
Ya está aquí, ya llegó el megacrossover de la CW para todos nuestros superhéroes y vigilantes. Entramos en una semana súper loca e Seriéfilos Enfurecidos, en la que os traeremos las reviews de las cuatro series implicadas para que podáis leerlo todo, todito todo aquí en nuestra web. Hoy os traemos Supergirl, y esta noche seguramente podréis ver el recap de Flash de la mano de Laura. Mañana como siempre Raquel os traerá todos sus feels de Arrow y el viernes esperamos que nuestra jefa Almu nos deje echarle un vistazo a sus opiniones sobre Legends. Dado que estamos un poco expectantes porque no sabemos lo que va a suceder, no descartamos que alguna de nosotras tenga que aportar su granito de arena a los recaps de las demás series. Por la parte que me toca, y por suerte o por desgracia, no creo que Supergirl desarrolle trama en las demás series, por aquello de los mundos paralelos y demás, así que lloremos todos juntos porque hasta el 16 de enero no sabremos nada de anda sobre nuestros chicos de National City. Empezamos con ello así que ¡ya sabéis lo que viene a continuación!
AVISO DE SPOILERS
Resumamos muy brevemente lo que ha sido el “crossover” de Supergirl. Durante todo el capítulo, Cisco y Barry tratan de abrir un portal interdimensional en varias ocasiones para pedir ayuda a Kara porque tienen un problema, y no consiguen llegar hasta el final del episodio. ¿Sabemos cuál es la amenaza? No. Lo único que sabemos es que Kara será la única del universo de Sueprgirl en cruzar el portal (y no saben lo que se están perdiendo por dejar a Alex). Si lo pensáis, es lógico dado que se supone que nuestra chica de acero vive en una Tierra paralela al de Flash, Arrow y Legends. En cualquier caso, hubiera sido interesante que la CW implicara más a Barry y Cisco en la trama del capítulo, aunque sólo hubiera sido para vibrar y pegar algunas tortas. Lo único que me consuela es saber que esta semana tenemos ración cuádruple de Kara pateando culos a alienígenas.
Pasemos a lo que nos interesa, que es el resto del capítulo. Cadmus la quiere liar muchísimo con el proyecto Medusa, que descubrimos que es nada más y nada menos que un virus kryptoniano creado en su día por el propio padre de Kara que afecta y mata a todo alienígena que no provenga de Krypton. Por suerte, Cadmus lo ha modificado para que tampoco afecte a los humanos, así que cuando Hank Henshaw lo libera en el bar de alienígenas donde trabaja M’gann, asistimos a una masacre poco menos que genocida. Por suerte Mon-El, que estaba allí, se salva de la muerte por salir a buscar a Henshaw, a quien confunde inicialmente con J’onn. Por desgracia, al entrar de nuevo en el local sin entender qué ocurre el daxamita resulta infectado, por lo que es puesto en cuarentena en el DEO.
Dado que la semana pasada fue Acción de Gracias en Estados Unidos, no podemos olvidar que se tienen que marcar la típica escena de la comida/cena con el pavo, pero en este caso nunca viene mal sacar cómo Kara lo cocina con su visión calorífica. Durante toda esta escena, en la que vemos el afán de protagonismo de James por intentar revelar lo guay que es ahora por ser The Guardian, también somos testigos de cómo Alex intenta contarle a su madre, Eliza, que ha salido del armario. Por si fuera poco, Mon-El hará acto de presencia y tratará de camelarse a la suegra para caerle en gracia, porque está decidido a intentar salir con Kara, y si ya a eso le sumamos el primer intento de aparición interdimensional de Barry y Cisco y la escena de Alex robando la cerveza de la nevera como si fuera un niño cogiendo galletas y chocolate a escondidas, se puede concluir que fue bastante divertida.
Kara terminará hilando que el motivo por el que Cadmus quería su sangre era para poder acceder a la Fortaleza de la Soledad de su primo para sacar información sobre el virus, y será en la fortaleza donde ella descubra que el virus fue creado por su padre. Aquí quiero hacer un parón momentáneo para homenajear al pobre Kelex, el asistente robótico kryptoniano, porque Hank y Cadmus se han encargado de reconfigurarlo para que atacase a Kara en cuanto apareciera por allí y ésta se vio obligada a destruirlo.
Sabiendo que Lillian Luthor está detrás de Cadmus, poco tarda en salir a la luz los comentarios de que “de tal palo, tal astilla”, y que si la madre y un hijo son malos, pues por fuerza la otra hija también debe serlo. Kara, que conoce muy bien a Lena, no acepta creer en ningún momento que ella esté siguiendo los pasos de su madre, pero eso no quita que ella pueda facilitarle alguna información, y por eso va a verla con la excusa de una entrevista. Por desgracia no puede sacarle nada porque Lena está colgada de un guindo, pero sí que deja a la directora de L-Corp con la mosca detrás de la oreja, y no duda en llamar a su madre para intentar averiguar qué es lo que pasa.
Lillian no suelta prenda, pero eso deja a Lena muy pendiente de lo que pueda pasar, y por eso cuando Supergirl aparece en su despacho tras haberla salvado de un ataque en L-Corp por parte de Hank Henshaw (y aquí de nuevo gracias por los portales interdimensionales, porque si no la pobre Lena estaría criando malvas), la CEO de L-Corp no se toma muy bien que Kara acusara a su madre y la echa sin miramientos de su despacho, todo con la intención de hacernos creer que al final gana más el amor de hija y que efectivamente Lena es mala. De hecho, se nos muestra explícitamente cuando Lena accede a darle a Lillian el isótopo 454, necesario para poder extender el virus Medusa por toda la ciudad, y le dice que ella está dispuesta a ayudarla con todo el tema de Cadmus.
Por suerte, a casi ningún espectador se la han dado con queso, y descubrimos desde el principio que es sólo una artimaña con dos objetivos: confirmar que Kara tenía razón y que efectivamente su madre está detrás de Cadmus, y en segundo lugar para poder detenerla dándole unos isótopos diferentes que hacen completamen inútil al virus Medusa. Gracias a dios esto nos viene de perlas porque, de no haber sido así, todos los alienígenas de National City estarían muertos, incluso el propio J’onn, que acude con Kara para ayudarla con Hank (que por cierto, mucho Cyborg Superman pero no me ha terminado de convencer… menos mal que parece ser que se lo han quitado de encima), y está dispuesto a morir para así evitar su nueva condición de marciano blanco.
Al final todo termina muy bien, y por suerte Eliza es capaz de sintetizar una cura para el virus a partir de una muestra que no sólo revertirá los efectos de J’onn, por lo que volvemos a tener a nuestro marciano verde, sino que curará también a Mon-El, que durante su convalecencia, y a punto de morir que estuvo, encontró las fuerzas no sé muy bien de dónde para lanzarse y besar a Kara, un gesto que la sorprendió al principio pero que después pareció agradarla bastante.
Sin embargo, no todo lo bueno puede pasar en el mismo capítulo, y cuando nuestra chica de acero trata de hablar con Mon-El una vez se ha recuperado, éste dice que no se acuerda de nada de lo que pasó, por lo que Kara obvia el tema y se lo oculta, pensando que así no ha pasado nada. Una lástima que Mon-El en realidad sí que se acuerda y lo único que quería hacer era comprobar si Kara estaba dispuesta a intentarlo con él. La carita de decepción de Mon-El es con la que nos hemos quedado todo el fandom, porque queremos a KARAMEL y los queremos ya.
PD: ¿alguien más se ha sentido súper satisfecho de ver la escena de los encapuchados que están buscando a Mon-El porque se han acordado de que ya vieron que pasaba algo en el capítulo anterior cuando intentó confesarle algo a Kara? ¡¡Mon-El guarda muchos secretos señores!!
Volvemos a concluir con SANVERS, que no han tenido mucho protagonismo en este episodio por toda la implicación de la trama, pero maaadre mía qué bueno ha sido lo poco que ha salido. A pesar de que Alex sale prácticamente en todo el capítulo, Maggie sólo saldrá en un par de ocasiones: el ataque de Hank Henshaw a L-Corp, al que Sawyers acude con la policía y resulta herida en un hombro, con la consecuente intervención médica de Alex que, sacando a relucir su experiencia previa cosiendo cerdos como Lexie Grey en Grey’s Anatomy, le da unos cuantos puntos en la herida.
La otra escena, es la que tenemos al final del capítulo, antes de la del crossover, en la que Maggie aparece de sorpresa en casa de Alex con una pizza y unas cervezas para poder sincerarse. Después de haberse enfrentado a la muerte, Maggie se ha dado cuenta de que lo que ocurrió cuando Alex se la declaró fue que se asustó muchísimo al pensar que ella había salido del armario sólo por ella, pero que ahora que se ha dado cuenta de que la vida es muy corta como para reprimir sus sentimientos, lo único que quiere hacer es besarla, y es lo que hace a continuación. Alex recibe el beso emocionada, y de hecho se lo devuelve después de que Maggie le pregunte si se va a volver loca por esto y ella le diga que por supuesto que si. SANVERS IS ALIVE BITCHES!!! Ahora ya entendemos que la razón de sacar el apartamento de Alex es que se necesita un nidito de amor jejeje.
¿Qué os ha parecido a vosotros el capítulo? ¿Estáis decepcionados por la poca implicación en el crossover u os ha dado un poco igual como a mí? Sinceramente creo que, dado que la trama de éste es sobre una invasión alienígena, el virus Medusa va a tener algo que ver en ello, pero bueno, habrá que disfrutar de Kara el resto de la semana, porque hasta el 16 de enero no volveremos de la mid-season, así que sin más dilación me despido de todos vosotros kryptonianos, que paséis unas bonitas vacaciones de Navidad, no os estresen mucho los exámenes y sobre todo tengáis bonitos sueños con KARAMEL y SANVERS.
Una semana más, National City está a salvo gracias a Supergirl.
Por Paula (Twitter: @PaulaGN_94)
Paula
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