Así es como Netflix rentabiliza tu tristeza
Con la incorporación de nuevas plataformas a nuestro día a día y la reformulación de nuestros propios hábitos de consumo ha ido emergiendo un nuevo concepto entre las sombras. Si nunca habías oído hablar sobre el binge-watching, parece ser que hoy ha llegado el momento. Así es como Netflix rentabiliza tu tristeza.
Lo primero de todo sería aclarar qué es exactamente eso a lo que llaman binge-watching. Este concepto hace referencia a lo que tradicionalmente se ha conocido como maratón seriéfilo. Es decir, sentarte en el sofá durante horas con el fin de visualizar cuantos más capítulos mejor. Así, sin remordimiento alguno.
Este consumo “abusivo” hace que establezcamos un vínculo con la ficción en cuestión, generando una relación directa entre visualización y estado emocional. De manera general, este vínculo, se genera con series que las preceden un considerable número de temporadas. De ahí el pasar a asumir la psicología de los personajes, vivir sus tramas con total intensidad… Nuestra felicidad o desesperación se ve intensificada por todos los estímulos que recibimos a través de la pequeña pantalla.
¿Se genera una adicción?
Los estímulos positivos se reflejan en nuestro interior elevando los niveles de dopamina, una respuesta química natural relacionada con el placer que llegamos a sentir. Si ello se le suman las posibles rutinas a la hora de visualizar la serie en cuestión (elegir un día y una hora determinada, un entorno en concreto…) nuestra adicción a la serie en cuestión se refuerza.
Como en el caso de cualquier tipo de adicción… Toda subida viene acompañada de una gran bajada. Al recibir una gran cantidad de estímulos diarios a través de una serie, en el momento que esta finaliza se genera un vacío emocional que lleva hasta sentimientos como la tristeza o la desesperanza.
Según un estudio llevado a cabo por la Oficina de Estudios Laborales de EEUU, ver la televisión es uno de las actividades preferidas de los ciudadanos de Estados Unidos al pasar casi tres horas diarias frente a la pantalla.
Abusar de este tipo de maratones también se ha visto estrechamente relacionado con sentimientos como la soledad o episodios de depresión. De hecho, la Universidad de Texas A&M hacía público que las personas que frecuentaban el binge-watching se caracterizan por no tener una fuerza de voluntad sólida. ¿Generando así con más facilidad una posible adicción? Podría ser.
Así es como Netflix rentabiliza tu tristeza.
¿Cómo crees que Netflix saca partido de esta situación? Pues es más sencillo de lo que piensas porque tras finalizar la serie en cuestión buscarás satisfacer esos sentimientos con una nueva. Y otra, y otra, y otra… Y así. Todo un gran catálogo dispuesto a saciarte donde y cuando tú elijas.
Algunos de sus trucos es apostar por más series de comedia para contrarrestar esas emociones negativas post-atracón. El sentirnos bien es algo que gusta y que queremos repetir cuantas más veces, mejor. Llegando incluso a hacer un rewatch en un futuro, ¿por qué no?
Uno de los mejores ejemplo, y recogidos de manera más reciente, es el caso de ‘Friends‘. A pesar de que se trata de una serie que comenzó su emisión en 1994 numerosos estudios han demostrado que se trata de una de nuestras series “comodín“. Series como Friends suponen una zona de confort para nosotros y una apuesta económica segura por parte de las plataformas. ¿Entiendes ahora por qué todos querían hacerse con sus derechos? Algo más de 386 millones de euros le supuso a HBO acogerla en exclusiva en su catálogo hasta el próximo 2026.
¿Deberíamos calmarnos con el consumo de series o pensáis que vamos por el buen camino?
Fran Luna
