American Horror Story 8×03: Amarren sus pelucas, ¡las brujas están de vuelta!
Advertencia: Antes de empezar el análisis del último capítulo os ruego, es más, lo imploro, que os pongáis compresas para pérdidas leves de vuestra marca de confianza porque lo que vamos a vivir en el día de hoy roza bien de cerca lo épico. Dicho esto, empecemos.
Apocalypse está siendo toda una montaña rusa de altibajos, en lo que el guión se refiere, de la cuál no pensamos bajarnos en ningún momento. A los cinco minutos de empezar un capítulo queremos patearle la cara a Ryan Murphy con unas botas de montaña y a los cinco siguientes nos casaríamos con él sin dudarlo. El efecto Shonda Rhimes, lo llaman.
Tras un segundo capítulo algo insulso que nos dejó con ganas de tirarnos de cabeza por el hueco del ascensor, he de dar la noticia de que nuestro corazón vuelve a pertenecer al creador de Glee y procedemos a retirar la demanda depositada del juzgado de guardia. El crossover de temporadas de American Horror Story es al fin (¡AL FIN!) una realidad y nosotros no podemos estar más felices ante este acontecimiento. Así que si estás preparado para el review semanal, donde los spoilers son elemento fundamental, solo tienes que seguir leyendo.
El personaje de Sarah Paulson en esta temporada está siendo un dolor de pussy francamente insoportable. Bueno, al menos uno de ellos, porque ya sabéis que esta señora, como buena actriz 360 que es (como diría cierta representante con dependencia a los torreznos), es capaz de meterse en la piel de lo que le echen. Sarah Paulson un día te interpreta a Shakira y al siguiente a Scooby-Doo. Su talento no entiende de registros.
Wilhemina Venable está que le falta pelos en la cabeza de los que tirarse. ¿La razón? Michael Langdon ya le ha dicho que no será ella la elegida para ir al nuevo refugio. En otras palabras: que no va a cruzar la pasarela, vaya. Ante este acontecimiento la dueña y señora del Outpost 3, junto a la fiel Miriam Mead (quién finalmente ha resultado ser un robot: Westworld was found dead), activan un plan para quitar a todo el mundo del medio. Básicamente consiste en envenenar unas manzanas y dárselas de comer a todos con la excusa de que es Halloween y hay que celebrarlo.
Yo no sé vosotros pero quién en Halloween te ofrece comida saludable en lugar de ganchitos, pizzas y similares mierdas que fácilmente podrían taponarte una arteria: no es de fiar. O sea, ¿en qué momento los protagonistas deciden fiarse de esta señora? Si a su cara de sospechosa al más puro estilo mayordomo del cluedo le sumamos el especial interés e insistencia en que todo el mundo tiene que comerse la manzana estando juntos. A la vez. Pues no sé, chica, como que algo se veía venir. Llamadme loca.
Aunque claro, recordemos que entre todos los refugiados en el Outpost 3 no suman ni media neurona, por lo que es algo que tampoco nos sorprende demasiado.
Mientras tanto Michael Langdon se dedica a hacer entrevistas a todo el mundo para averiguar quién es digno de ir al nuevo refugio. Eso sí, uno de los requisitos tiene que ser es que seas un asco de persona: que hayas dejado a tu mejor amiga leída en Whatsapp durante horas, que uses bolígrafo de tinta roja para tomar los apuntes en clase o que te pongan en la discoteca el single de Lola Indigo y no lo bailes. Ese tipo de gente. ¿Quién será finalmente el elegido? Pues no será en este capítulo cuando lo sepamos porque de repente acaban todos muertos. PUM.
Sí, sí, todos los refugiados estiran la pata. Coco es asesinada por su novio (quién entra en el refugio desde el exterior con toda la cara de un zombie de The Walking Dead), Wilhemina Venable recibe un disparo de Miriam y el resto acaban envenenados por los suelos tras comerse las manzanas de la fiesta. Vaya cuadro, nena. Las cosas como son. Aquí al Ryan Murphy se le ha ido un poco la almendra, no seré yo el que lo niegue.
En esta ocasión Ryan Murphy se ha vuelto a librar de nuestra tradicional demanda semanal porque este suceso, en el de repente se ha cargado a todo el reparto, ha desencadenado en algo maravilloso que no sabremos como agradecer ni en los próximos quince años. ¡La llegada a escena de las brujas de Coven! Ajusten sus pelucas con cinta adhesiva de la mejor calidad porque Cordelia Goode, Madison Montgomery y Myrtle Snow están de vuelta para sacar adelante a la humanidad.
Las brujas finalmente llegan al refugio y se encuentran con todo el percal. Vómitos, sangre y cadáveres por todos lados. Lo que ya dijimos en su momento que veíamos venir. Lo que jamás habríamos dicho por ningún momento es que al parecer tanto Coco, como Mallory y Dinah (el personaje irrelevante que le han dado este año a Adina Porter) son brujas también. Y como brujas que son, éstas son resucitadas por Cordelia. Magia, fantasía, embrujo, peluca… No existen palabras para definir la escena final del capítulo.
Con la llegada de las brujas, y las ganas de ver en acción a nuestros personajes favoritos de Coven, acaba este tercer capítulo que nos ha mandado la peluca sin reparo alguno al espacio exterior. Esperamos recuperarla de cara el próximo episodio. ¿Qué os ha parecido a vosotros toda esta masacre más que justificadísima? ¿Echabais de menos a nuestras brujas? Nos leemos en unos días para comentar lo nuevo de American Horror Story: Apocalypse.
Fran Luna
